La universidad del edificio brutalista


El edificio de Correo fue abandonado en 2010, durante la era de Rodríguez Zapatero, sin que se haya sabido muy bien porqué. El edificio, construido en la década de 1950, pertenece al estilo arquitectónico brutalista, que surgió en el Reino Unido, aunque fuese muy extendido su uso en los países socialistas del Este de Europa. Para reconstruir una Europa arrasada por la guerra, el uso del hormigón (concreto) y del acero, resultaron más baratos y eficaces que otros materiales, de los que tampoco se disponía, y sobre todo, no había dinero para casi nada.

En España se agravó el problema, no solo por la devastación causada en la Guerra Civil, sino también por el bloqueo económico impuesto por los aliados al Régimen de Franco, por su apoyo y connivencia con las potencias fascistas en la II Guerra Mundial. Es pues un estilo propio de la posguerra y de la necesidad de una reconstrucción rápida.

En Melilla hay otros ejemplos de brutalismo arquitectónico, como el edifico de los Sindicatos. También fue característico para la edificiación rápida de viviendas sociales en «zonas devastadas» por la guerra. La cuestión es si existe alguna sospecha o indicio de que se trate de un edificio enfermo, o aquejado por la aluminosis, y que afecta a los edificios construidos entre 1950 y 1970 en España. La calidad del cemento franquista era bastante mala. Tras 15 años de abandono absoluto, el inmueble de Correos presenta en estado lamentable. Algunos expertos se posicionan claramente por «haberlo demolido», dada su nula calidad estética y de la propia obra. Estos expertos creen que esos casi 9 millones de euros para su rehabilitación, y que a la larga se tratará de un dinero perdido, y que necesitará de una nueva inyección de dinero, tras la consiguiente modificacación del proyecto.

Su uso «universitario y cultural», es solo una intención, en un edificio que se adapta mal a las necesidades, funcionalidades y conceptos arquitectónicos modernos. De hecho, el primer revés ha sido la denegación del proyecto de un grado universitario de Ciencias de Datos e Inteligencia Artificial, con radicación en Melilla, por la baja calidad del proyecto, por parte de la Universidad de Granada (UGR). Si parte de ese proyecto dependía de la puesta en marcha de este edificio y de su adaptación a usos universitarios, se entiende esa «falta de calidad». La puesta en marcha de un Grado académico, requiere otras muchas cosas, además de la rehabilitación de un edificio en estado lamentable y con una precaria funcionalidad. En el refranero español sería «vender la piel del oso antes de cazarlo». Ya era un edificio inhóspito, incluso para Correos.

La idea es buena y parece que la va a poner en marcha la propia UGR, pero en la ciudad de Granada. También es una paradoja que se gaste una cantidad alta en un edificio ruinoso, y se permita la demolición de edificios modernistas.