Alto riesgo de amianto en el Mercado


Todo ha quedado en silencio. Se vuelve a escribir al dictado. En El Alminar, no. Seguimos viendo y observando todo. Aquí no escribimos porque no es nuestra voluntad hacerlo desde el pasado 28 de mayo. Nos hemos tomado 150 días de descanso preceptivo, porque es imposible escaparse de la realidad circundante. El único recurso es alejarse de ella lo más posible, hasta que vuelta a asaltarte, porque lo hace. El silencio del Alminar no tiene otra causa detrás de él que el cansancio y el hartazgo infinitos.

Las obras de la calle García Cabrelles

Hasta 2019 nos gobernó la desidia, hasta este mismo año la irresponsabilidad. Ahora no sabemos. Nos gobiernan, de momento. Las obras de la calle García Cabrelles fueron literalmente abandonadas por el gobierno saliente. Pasear por allí supone un ejercicio de averiguar qué pasó. ¿Dejaron las obras y salieron corriendo? ¿Están abandonadas o acaban de empezar después de un año? Los combativos grupos de denuncias han desaparecido, o solo se mantienen activos para «denunciar al que denuncia» algo. Los otros merecieron su final, pero los melillense siguen esperando que les gobiernen de acuerdo con el inmenso mérito de seguir resistiendo aquí, porque son miles los que han abandonado la ciudad en el último lustro.

Amianto en inhalación

Parece que hay gobierno porque han colocado un cartel de «Alto Riesgo de Amianto por inhalación«, junto a la puerta del Mercado Central de Melilla. El cartel advierte de que la presencia de amianto en suspensión supera el máximo legal permitido, y de que la permanencia en la zona o incluso el tránsito es peligroso. Sin embargo, no se han adoptados las medidas que seguirían a ese tipo de anuncia, que está camuflado como un cartel de obras cualquiera. De hecho obliga a detenerse y leerlo, que es lo que no recomienda la advertencia: «ni detenerse ni pararse» allí para nada.

El primer paso tras detectar la presencia de tuberías y canalizaciones con amianto hubiese sido el advertir de la incidencia a la población. ¿Quién es el/la nuevo/a consejero/a de Sanidad? La siguiente medida hubiese sido acordonar la zona, impedir el paso por la acera contigua, por los restos de lo que en su día fue un paso de peatones, e incluso cerrar esa pùerta de acceso al Mercado Central. Nada de eso se ha hecho, y el amianto sigue allí especiendo su veneno. ¿Quién es el Consejero de Seguridad Ciudadana?

La reflesión final es si este amianto detectado en el suelo es solo un resto, si hay más, y sobre todo si lo hubo a lo largo de toda la obra de García Cabrelles, y que el anterior gobierno ni siquiera detectó, o no quiso detectar, o ni siqueira comunicó, total ¿para qué? Urgen respuestas, una previsión seria sobre lo que puede haber allí, y medidas que preserven el riesgo para la salud de las personas. La advertencia invisible recomienda el uso de mascarilla al pasar por las inmediaciones.

Post data: Nos enteramos de esta incidencia gracias al soplo de un ciudadano colaborador del Alminar.

El gran lío del Rastro


                       Las imágenes no son de hoy, pero da igual, porque esto sucede en el Rastro todos los días. Es una zona caótica y sin regulación de tráfico. Aquí no se invierte nada, porque no se ve. No hay rotondas, casi ni señales, pero tampoco existen normas civilizadas. En este punto confluyen los flujos de tráfico de las calles García Margallo, de Gran Capitán, y de la carretera del Tiro Nacional, más la subida hacia Montes Tirado y el giro hacia García Cabrelles. En la práctica se puede realizar casi cualquier giro. Aquí se atasca la COA (autobús de Melilla) todos los días, al menos media docena de veces. Para solucionar este inmenso enredo, que más parece una pista de coches de choque, con coches girando en cualquier dirección, bastaría con impedir que la circulación procedente de la calle Gran Capitán, pueda seguir en dirección ascendente hasta la calle Montes Tirado, cortando a su vez los vehículos que giran desde García Margallo en dirección a García Cabrelles. No hace falta una rotonda millonaria. Con una señal y una isleta sobre la calzada sería suficiente. No hay carriles marcados sobre el pavimento. No están indicadas las zonas de giro. No hay señal que prohíba nada. En teoría, todo está permitido aquí.