Maniobras en la oscuridad


En un blog que no solo es literario, sino que es parte del propio devenir de la ciudad, que crece y se desarrolla con ella, la actualidad y los acontecimientos imponen sus propios ritmos y exigencias. No solo es el autor el que escribe y organiza una serie de tema. La ciudad está ahí fuera y formamos parte de ella.

Melilla está mal iluminada. Hay muchas farolas, muchas luces, pero a pie de asfalto o de plataforma única, hay poca visibilidad en muchos puntos de la ciudad. Pese a los accidentes más violentos, la realidad muestra que la velocidad media en el contador de un vehículo, no supera los 15 km/h. Hay muchos golpes, pero suelen ser leves para los vehículos, y no demasiado graves para los peatones y conductores, cuando estos resultan implicados, o son víctimas de ellos.

Las ultraterrazas han llegado para quedarse, sobre todo las que son instalaciones fijas de metal, ocupando el espacio destinado a los aparcamientos públicos, y también el de los bulevares. Hablamos en este caso del barrio del Real. El anterior gobierno cesó su mandato en 2019, sin redactar un reglamento claro sobre las terrazas y la ocupación de la plataforma única de la calle de La Legión. Como no sabían resolver el problema creado, fueron prorrogando las prórrogas y el problema quedó listo para el siguiente gobierno, que fue el actual. Sin embargo, llegó la pandemia y lo prorrogado se convirtió en casi derecho de ocupación, y se extendieron nuevos permisos temporales, que camino van de ser definitivos.

Pero no es esta la cuestión, sino la de la escasa visibilidad en las intersecciones del barrio del Real, cuestión que se acrecienta por las noches, cuando todos los gatos son pardos. La plataforma única redujo el espacio para peatones y vehículos, que no pueden ser expulsados porque son barrios populosos. La vulnerabilidad del peatón se redujo instalando verjas de hierro en algunas zonas, que al estar situadas sobre el límite de la calzada, dificultan la maniobrabilidad hasta el límite. Además, se impidieron algunos giros hacia el exterior (calle Capitán Arenas) que desahogarían el tráfico en la vía principal, y se llenaron las esquinas con los terribles maceteros-abrelatas, aparte de las señales y postes.

Pero siempre hay algo peor que lo anterior y son las terrazas fijas de forja, ocupando todo el espacio disponible hasta el mismo borde de la calzada y de las esquinas de giro. Algunas de ellas prácticamente tapan cualquier resto de visibilidad. El espacio es tan exiguo para todo, que esta misma tarde, un vehículo y una motocicleta han coincidido en el mismo espacio. Parece que solo se han rozado, pero la motocicleta ha acabado en el suelo, y el vehículo estrellado contra el árbol, porque la terraza metálica estaba haciendo barrera en el otro lateral.

Esta es la situación. Ante algo imprevisto, solo queda la opción de contra qué objeto estrellarse. Afortunadamente nadie iba rápido, pero encaja con esta reflexión pendiente. Y que nadie brame contra los coches, porque ahora mismo los que más peatones están atropellando son los patinetes eléctricos.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2019/11/24/bolardos-abrelatas-y-otros-obstaculos/

Edificios


 

                                            La gestión ruinosa
Nos hemos acostumbrados a ver edificios abandonados, en ruinas durante años, a verlos desplomarse poco a poco o de golpe. Nos hemos acostumbrado a ver el patrimonio inmobiliario de la ciudad desaparecer y también a la pérdida de las señas de identidad de cada barrio. Nos hemos acostumbrado tanto a todo, que se derrumba un edificio por causa del viento y nos creemos hasta la explicación.
A nadie le interesa ya nada, porque después de la larga década de la desidia, todo el mundo mira hacia otro lado, o incluso más lejos. Esto sucedió con el edificio de la antigua Casa del Reloj, primitiva iglesia de La Asunción, o de la Feria de Muestras en tiempos del Protectorado español. Es posible que un fuerte golpe de viento desprenda parte de una cornisa, una balaustrada o una gárgola. Lo que no es habitual es que el edificio se muestre ya derrumbado por dentro.
Esto quiere decir que el edificio estaba ya debilitado en su interior, lo que convierte en una irresponsabilidad que permanezcan tantos años en pie, con evidente riesgo de derrumbe, frente a la ciudadanía.
Lo que está dentro no está a la vista, salvo que por casualidad algo quede abierto y se pueda echar un vistazo al interior. Si el exterior es amenazante, lo que no está a la vista puede ser al menos el triple. Sin embargo existe un caso, en el que el estado exterior de un edificio es amenazante, el interior también, y no se actúa en ningún caso. Esto ya no es desidia, es dejación. Sucede esto con un inmueble en la esquina de las calles de La Legión y Castilla, del Barrio del Real. Su aspecto completo es amenazante, y ahí sigue desde hace varios años.
A lo sucedido con el inmueble de la calle alcalde Antonio Díez, pudiera pasarle lo mismo con otro de la calle Teniente Mejías. El aspecto exterior apunta hacia una fachada en ruinas, incluso hay una parte del muro de la azotea que pudiera caerse con un fuerte golpe de viento, o tal vez ni siquiera con su necesario concurso. Un leve temblor sísmico pudiera dar al traste con el murete. Sin embargo, una desvencijada ventana de madera permite ver que el interior ya está derrumbado, desde el techo hasta el suelo. Esto podría provocar que la presión de los escombros o un nuevo desprendimiento, pudiera causar un colapso definitivo del inmueble, modernista por cierto.
                   Estamos en peligro sin que nadie lo evite. Hay al menos 100 edificios en este estado rodeándonos, y no lo sabemos. 

El bulevar del Barrio del Real


          El Barrio del Real fue diseñado en las primeras décadas del siglo XX, cuando se conquistó la zona tras la guerra de 1909. Está realizado sobre ejes longitudinales y transversales, que constituyen  amplios bulevares. El más importante de ellos es éste, el de la calle de La Legión. Esta calle se divide en ocho tramos con sus correspondientes isletas. Este barrio es el que más población alberga en estos momentos, 12954 habitantes, según el último dato del INE (Instituto Nacional de Estadística).

              En el mes de julio empezarán una obras para reformar el bulevar principal. Se revocarán aceras, el paseo central y se cambiará el diseño del mismo. Los ocho tramos del bulevar tiene 200 aparcamientos aproximadamente y un número casi igual de árboles, de ficus plantados en 1942. Se sabe que se perderá una cuarta parte de las plazas de aparcamientos, y en principio no se ha dicho nada acerca de los árboles. El barrio del Real no solo es residencial, sino también comercial. Suprimir una de cada cuatro plazas disponibles tendrá sus consecuencias, sobre todo porque no hay alternativas.  También se quiere eliminar la presencia de terrazas en la zona central del paseo, que pretenden ser derivadas hacia las calles laterales. Se ensancharán los pasos de peatones y probablemente redundará en una mayor pérdida de plazas de aparcamiento e incluso de árboles.

           En un principio la remodelación estética del paseo central estaba presupuestada en 1,6 millones de euros y un plazo de ejecución de obras de ocho meses. Nadie discute la necesidad de una actuación sobre las calles y bulevares del Real, muy deterioradas, pero sí se plantean dudas sobre si esta era la reforma adecuada y si existían otras posibilidades. ¿Se trata solo de una operación de maquillaje en  la calle principal, o se pretende actuar sobre los problemas endémicos del barrio?, como el urbanismo desordenado, liquidación del modernismo y prostitución callejera. Hay quienes piensan y pensamos  que no resolverá nada y son muchos los que desconocen lo que se les viene encima, con ocho largos meses de obras, que se iniciarán en julio y acabarán en el electoral mes de mayo.

            ¿Ha habido suficiente información, se podían proponer alternativas?. El folleto informativo y las noticias de prensa que servían de exposición pública lo dejaban muy claro: se podrán proponer modificaciones salvo en lo sustancial. O sea, se aceptan opiniones y propuestas sobre el tamaño, forma y cantidad de las papeleras y farolas, pero poco mas. La obra se va a llevar a en tiempo y forma.

            El problema del aparcamiento no es cualquier cosa, es la realidad de un barrio con trece mil habitantes, que casi duplica la población durante el horario comercial, y en el que las plazas de garaje con sus correspondientes vados, no han dado el resultado apetecido, puesto que la mayoría son inutilizables como tales, salvo para trasteros o sede social de las familias. Las calles son muy estrechas, los tamaños muy ajustados y los coches no caben. Aparcamientos y la ausencia de viales de comunicación adecuados para la densidad del tráfico melillense, son los dos problemas señalados de modo constante por los redactores del PGOU (Plan General de Ordenación Urbana), todavía no aprobado.

         El significado de las zonas verdes (residentes), o azules (temporales), solo significa pagar por lo que hasta ahora es gratis, y solo suele hacerse en zonas céntricas, nunca en periféricas.

          Nota: https://www.facebook.com/groups/barriorealmelilla/