Dédalo fabricó unas alas, para escapar junto a su hijo Ícaro, de la isla de Creta, en la que estaban confinados, por orden del Rey Minos, en el laberinto del Minotauro. Ícaro, emocionado por poder volar, ascendió en dirección al Sol, y según iba subiendo, el calor del astro solar derritió la cera y se estrelló contra el suelo, o el mar, que por los efectos de la tensión superficial del agua viene a ser lo mismo. La leyenda tiene muchas lecturas, pues evidencia el deseo humano de alcanzar cada vez nuevos retos e imponerse sobre sus destino, o escapar de él. También advierte sobre los riesgos de ascender demasiado rápido, y sobre la inevitabilidad de que alcanzado el punto más alto, siempre llega la hora del descenso. «Todos los hombres ascienden y caen», explica Ptolemeo, antiguo general de Alejandro, al narrar la vida del macedonio, en la película de Oliver Stone.
El ascenso debe ser pausado, debe seguir un ritmo, buscar una capa de aire adecuada y asegurarse la sustentación. Hay límites que nunca deben ser rebasados. Alterar cualqueira de esos parámetros supone el riesgo de acabar estrellado. No tener en cuenta que tarde o temprano, llega la hora del descenso, implica vivir de espaldas a una realidad cierta e inexorable.
Las visitas del Alminar en marzo
La cifra de visitas totales al Alminar de Melilla en el mes de marzo ha alcanzado las 32.814, con una media diaria de 1059, y un día, el 3 de marzo, con 6896 en una sola jornada. Es el máximo registro alcanzado en los 22 meses de existencia del blog. Nunca antes se había superado la media de 100o visitas al día. Son 54oo visitas más que el mes de marzo del año pasado, que fue también el que más visitas registro de todo el año 2012, con una media de 895 diarias. Esas eran las cifras máximas hasta el presente y ya finalizado, mes de marzo.
Nota: La fotografía del avión está realizada en Málaga, el pasado 18 de marzo, volando por encima del Sol, que ya declinaba hacia su ocaso, iluminándolo por la parte de la panza.
