Restitución del nombre de José García Viñas


La cuestión de la calle teniente Sánchez Suárez

Jaime Fernández Gil de Terradillos fue el último delegado del gobierno republicano en Melilla. Arrestado en julio de 1936 y luego canjeado por algún prisionero franquista en la zona republicana. Dejó escrito un memorándum sobre lo sucedido en nuestra ciudad en los semanas previas a la sublevación militar del Ejército de Marruecos. Ese informe fue interceptado por las autoridades franquistas, que lo depositaron en el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca.

En ese informe oficial, se sitúa al teniente Sánchez Suárez, aún presente en el callejero melillense, en el escenario de al menos dos crímenes, el del concejal Aurelio Solís, y el del alcalde de Melilla Antonio Díez. El informe es conocido desde hace décadas y pese a todo, el siniestro personaje no logra ser descolgado del nomenclator urbano melillense. Es como si existiese un temor atávico y reverencial hacia ese nombre. Fue el jefe de los escuadrones que encargados de la represión callejera en la ciudad, y el encargo del reparto de pistolas junto a Seguí, con las que se dirigió el asalto a la Comisión de Límites, que supuso el inicio técnico del golpe de Estado contra la II República. Tenía el grado de teniente de Ingenieros.

Dos Leyes de Memoria, la de 2007 y la actual, no han conseguido acabar con su presencia nominal en nuestras calles y el motivo no es el desconocimiento, porque es algo que sabe todo el mundo. Se están quitando nombres poco representativos del denominado «alzamiento», pero los nombres significativos siguen presentes y vigilantes.

Calle del doctor García Viñas

El doctor malagueño y figura internacional del movimiento anarquista García Viñas, acabó ejerciendo su profesión médica en nuestra ciudad, en donde atendió a sus pacientes hasta el último día. Era muy querido entre las clases populares, que le siguieron guardando gratitud más allá de su fallecimiento en septiembre de 1931. Le fue otorgada esa calle en su memoria, y que le sería retirada en 1940 por el primer ayuntamiento franquista, para colocar en su lugar al teniente Sánchez Suárez, el represor muerto en acción de guerra en Oviedo en marzo de 1937.

El doctor José García Viñas es una celebridad política que decidió acabar sus días en Melilla. Es muy numerosa la documentación biográfica existente sobre su persona, y fácilmente localizable. Los historiadores e investigadores melillenses Carlos Esquembri, Juan Díez y Francisco Narváez (Culi), han glosado y rescatado su figura desde diferentes aspectos relacionados con su acción en nuestra ciudad, y de los que ofrecemos algunos enlaces.

Completamente ateo, decidió ser enterrado en una tumba sin nombre de la antigua parte civil del cementerio de La Purísima, bajo dos enormes piedras de granito del Gurugú. A su lado, le acompaña su esposa Josefa Dómine, también sin nombre y en las mismas condiciones. Sus tumbas, desconocidas para muchos, reciben culto constante, a punto de cumplirse un siglo desde su fallecimiento. La gente solo deposita monedas y flores en las dos enormes piedras, y ninguna figura de culto o rito católico.

Así pues, la cuestión es doble. Por un lado la inmediata salida del teniente represor del callejero y al que no queremos nombrar más. Por otra la restitución de la memoria del doctor García Viñas, ocultada desde hace más de 80 años, debe hacerse sin ninguna dilación ni excusa más. No podemos esperar a una tercera ley de Memoria. En realidad, de haber existido voluntad, no hubiese hecho falta casi ninguna.

En Historia del Movimiento Obrero de Melilla, Narváez y Miguel Ángel Roldán documentan el periodo final de la vida de García Viñas en Melilla: Tras varios años ejerciendo la medicina en Málaga llega a Melilla en 1902 donde fue nombrado médico de beneficencia por la Junta de Arbitrios, con un contrato temporal que devino en definitivo en 1906. Fue Director de la Casa de Socorro, Decano del Cuerpo de Médicos de la Beneficencia Local y Director del Centro Higiénico (servicios de laboratorio y profilaxis) desde el año 1923 hasta su jubilación con ochenta años en los primeros meses del 1927. Su etapa en Melilla estuvo exenta de activismo político o sindical, salvo en sus intentos de fomentar la implantación de la Liga del Impuesto Único que comentamos en otro apartado de este libro. Participó activamente en las actividades de la Cámara de Comercio, de la que era miembro electo por el gremio de profesionales y, sobre todo, tras 29 años en la ciudad dejó marcado un camino ejemplar entre la clase trabajadora, pues «no había obrero para el que fuera desconocido y que al hablar de él no lo hiciera dignificando su personalidad» pues en Melilla, como en Málaga y Barcelona, «fue esclavo de su profesión, en cuya práctica puso siempre desinterés, amor al prójimo y atención esmerada y meticulosa».

Nota: (1) https://melillaizquierda.blogspot.com/2011/11/la-antigua-calle-doctor-garcia-vinas.html; (2) http://elheraldodemelilla.blogspot.com/2009/02/doctor-jose-garcia-vinas.html; (3) https://elalminardemelilla.com/2016/07/08/la-historia-obrera-de-melilla/

Memoria Histórica en Melilla


           Hay muchas historias y muchas memorias, pero bajo el concepto de Memoria Histórica se pretende recuperar la dignidad histórica y social de los defensores de la II República, y el rescate desde el olvido de la memoria de todos los que perdieron su vida por defender la legalidad legítima republicana, bajo la feroz represión franquista.

                    Podemos Melilla tras la Memoria Histórica

                Recuperando el pasado y el trabajo anterior, el Círculo Melilla Sí se puede, organizó las I jornadas por la recuperación de la Memoria Histórica, que se organiza bajo ese epígrafe, y cuya pretensión es recuperar todo el trabajo anterior y poner en marcha el embrión de una futura asociación de la Memoria Histórica de Melilla, que se pretende de carácter independiente. El Circulo de Melilla, dirigido por Gema Aguilar y José Cabo, contó en el respaldo de Laura Pérez Ruano, secretaria general de Podemos Navarra y José Ramón Ustasun Recalde, responsable de la asociación de Memoria Histórica de Navarra.

               Tanto José Ramón Ustasun como Laura Pérez explicaron las dificultades que han existido en Navarra, muy carlista y tradicionalista y gobernada por la Unión del Pueblo Navarro hasta 2013; para eliminar la abundantísima simbología franquista existente en el Territorio Foral. El caso más llamativo y difícil ha sido la exhumación de los restos de los generales golpistas Sanjurjo y Emilio Mola en Pamplona, que recibían culto en un enorme mausoleo y conjunto monumental en la capital Navarra, ahora ya vaciado.

                  Tras la exposición argumental y política, quedó entre los asistentes a estas primeras jornadas, la intención de hacer surgir en la ciudad un asociación con esta finalidad, para lo cual regalaron un cuadro del propio Ustasun, recreando la figura de Virgilio Leret, que se pretende sea el vínculo entre Navarra y Melilla, aparte de que nuestra ciudad fuese conquistada decenas de años antes de la incorporación del ilustre Reino de Navarra a la Corona de Castilla, como figura en los embretes de los sobres municipales.

                                 La recuperación del pasado en Melilla

           En nuestra ciudad, desde hace tres décadas se está intentando recuperar todo ese pasado, desconocido para muchos melillenses, y al que ni siquiera se le da importancia. En los 8 años de gobierno socialista en Melilla (1983-1991), se hizo un primer intento desde el propio poder municipal, pero sin demasiada profundidad ni amplitud. Al llegar la derecha al poder en el inicio de la década de 1991, nada tuvo continuidad y todo volvió a caer en el olvido. Esta parte de la historia estaba representada y argumentada por el que fuera concejal socialista Francisco Narváez, conocido en la ciudad como «Culi».

              La parte histórica profesional le correspondió al historiador y director del Archivo Central de Melilla Vicente Moga, autor de diversas publicaciones sobre el tema, como La Historia de la Masonería y su represión en la ciudad, y también de varios libros sobre la obra literaria de Carlota O´Neill, escritora española encarcelada en Melilla, y esposa del comandante aviador Virgilio Leret, primer fusilado tras la sublevación militar de Franco.

                  La argumentación social y política corrió a cargo de Enrique Delgado, portavoz del Colectivo Ciudadano para la Supresión de Símbolos Franquistas (COCISSFRA), agrupación de asociaciones, sindicatos y partidos de izquierda en Melilla, que se mantuvo activo entre 1999 y 2010. Son tres intentos de recuperar la memoria en diferentes vías, en diferentes periodos de tiempo y sin continuidad entre ellos.

           Nota:http://www.naiz.eus/eu/actualidad/noticia/20160831/el-ayuntamiento-de-irunea-comienza-los-tramites-para-exhumar-los-restos-de-mola-y-sanjurjo