Valla y frontera en Melilla


Historia de una frontera

Un disparo de cañón (El Caminante) realizado en 1862 delimitó el territorio de la ciudad de Melilla. Hasta ese momento y desde 1497, la frontera de la ciudad se encontraba en lo que fue el edificio del Banco de España, en pleno centro urbano y a más de dos kilómetros del perímetro fronterizo actual. La delimitación del territorio se acuerda y lleva a cabo en la 2ª mitad del siglo XIX, nunca antes. El terreno se marca con una serie de hitos, o pequeñas torres, que todavía existen, pero no se lleva a cabo ninguna otra obra material. Es solo una delimitación básica. En la década de 1970, tras una epidemia de cólera, se instala una rústica alambrada, que es la que permanecerá hasta 1995.

Lo que se denominó como obras de impermeabilización fronteriza, con cargo a los fondos FEDER (Fondos Europeos de Desarrollo, se iniciaron en 1995, con el gobierno de Felipe González y con Manuel Céspedes como delegado del gobierno. Se construyó la carretera perimetral, una valla o alambrada de poco más de dos metros, y una serie de torretas de vigilancia dotadas de cámaras de seguridad, que fueron robadas. A partir de 1996 el perímetro no ha parado de ser reforzado nunca, y las crisis migratorias han sido constantes. Por la ciudad de Melilla han pasado desde entonces más de 20.000 personas, de todas las nacionalidades imaginables. Los inmigrantes han sido atendidos siempre, y en casi su totalidad obtuvieron el permiso de residencia. Los ciudadanos melillenses recuerdan todas y cada una de las oleadas migratorias, bien pacíficas o en avalanchas, y siempre bajo el incesante ruido de los rotores de los helicópteros. En casi 3 décadas de inmigración constante, nunca se había producido una tragedia como la del pasado 24 de junio, día de san Juan. Pese a la campaña desatada por un sector de la izquierda más intransigente, se ha impuesto el término de tragedia y no el de «masacre», que lucía en su camiseta la diputada María Dantas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en su visita a la ciudad la semana pasada, como integrante de la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados.

Es normal que todos estos datos no sean conocidos al otro lado del Mediterráneo, y en realidades tan alejadas de nuestra ciudad como puedan ser el País Vasco, representando por el diputado de Bildu, Jon Iñarritu, y Cataluña. Sin embargo, la obligación de un parlamentario es recabar de modo exacto la información, ya que cualquier organismo o institución tiene el deber de facilitársela, como máximos representantes de la soberanía popular. Sin embargo, son muchas las imprecisiones que puede leerse en los medios de comunicación que en los medios informativos (El País, Público, La Vanguardia) que están marcando el paso en torno a los sucesos del pasado junio, en la frontera entre Marruecos y Melilla (España).

Salto, frontera, la Comisión y el ministro Marlaska

¿Mintió el ministro Marlaska y ocultó información sobre lo sucedido en la frontera entre Melilla y Marruecos? Lo primero que hay que decir es que todo gobierno se defiende a sí mismo, aunque sea de una manera paupérrima como lo está haciendo. Si no es por el video de la cadena pública del Reino Unido (BBC), aquí no se hubiese abierto comisión informativa alguna, y no se hubiese facilitado información a los grupos parlamentarios,

Lo segundo es que sin la colaboración de la parte marroquí, que nunca se tendrá, lo que sabremos será siempre la mitad de esa verdad que se pretende averiguar. Lo que muestra el vídeo de la BBC, y otros muchos grabados desde el propio territorio marroquí, es que «la larga marcha» de los 5000 inmigrantes hacia Melilla, se origina en Marruecos, y que el trágico salto que acabó con la vida de al menos 23 personas, se produce desde el lado marroquí de la valla. El diputado Jon Iñarritu reproduce en su cuenta de Twitter, un croquis publicado en el diario El País, en el que sitúa el lugar en donde se produjeron la mayoría de las muertes del 24 de junio. Toda esa zona a la que se denomina patio interior, así como los pasillos inmediatos a los tornos y las puertas, es territorio marroquí, sin ningún género de dudas. Ese terreno procede de la franja denominada como «tierra de nadie», que Marruecos nunca reconoció y que ocupó en toda su extensión, a lo largo de todo el perímetro melillense. En realidad es que Marruecos ni siquiera reconoce a Melilla o Ceuta.

Solo los vídeos de la parte marroquí, podrían aclarar la totalidad de lo sucedido, el número exacto de muertes, y los puntos exactos en que se produjeron, aunque con los vídeos que ya se conocen, y en Melilla son muchos, las dudas son más bien pocas. Otra cosa es si una vez forzada las puertas de acceso, y accediendo a la zona intermedia, hubo allí fallecidos o heridos, pero sin que todavía puede considerarse como territorio melillense. Los heridos de este lado del territorio fueron trasladados al Hospital Comarcal, y todos los que pisaron este lado del vallado, el español, fueron de modo directo al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. Es en esa zona difusa de terreno, en donde está el conflicto que ahora debate e intenta dilucidar la Comisión del Congreso de los Diputados.

Fotografías e hitos fronterizos

Una fotografía obtenida en un desaparecido foro de antiguos reclutas en Melilla, muestra de modo formidable la realidad de la frontera africana entre España y Marruecos. En ella se ve un hito fronterizo de la antigua muga, que quedó al otro lado tras erigirse el vallado. El hito todavía existe y hemos podido localizarlo. España renunció a unos pocos cientos de miles de m2 de terreno, al levantar el actual vallado fronterizo. ¿Mintió Marlaska por encima de sus posibilidades? como dice el diputado vasco. No nos atreveríamos a decir tanto, pero no tan poco. Lo que no hay es caso «masacre de Melilla», sin restar ni un solo ápice a la tragedia. Mientras tanto, en Melilla solo hay silencio.

Marruecos anuncia el fin del contrabando


Nabyl Lakhdar, Director General de Aduanas marroquíes

Quien así se expresa es el Director General de las Aduanas marroquíes, en una entrevista concedida ayer (02/06/2022) al diario TelQuel: «Si algunos trabajadores y comerciantes esperan reanudar el tráfico de mercancías entre enclaves españoles y Marruecos: el contrabando ha terminado», afirma el alto cargo marroquí de Aduanas. Aparte de expresarse sin tapujos sobre este tipo de comercio, que aquí se denomina como «atípico o transfronterizo», incluye otro matiz que no pasa desapercibido, el de «enclaves», que no ciudades.

Nabyl Lakhdar no parece apuntar en una dirección permisiva en cuanto a la relación económicas con las ciudades españolas norteafricanas, aunque para él no lo sean: «Tarajal y Beni Ensar son puestos de pasajeros. Además, incluso en términos de regulaciones aduaneras, estos los puestos solo están abiertos a los viajeros y no a las operaciones comerciales» y añade: «Esto no significa que estamos en contra del comercio con España, pero queremos que este oficio se lleva a cabo en las reglas del arte y en condiciones humanas». Aquí volvemos nuevamente a la interpretación. El director de Aduanas de Marruecos habla de relaciones con España, y en los puertos que ellos consideran españoles, aunque no lo diga en la entrevista. Ceuta parece tener un camino más sinuoso, porque nunca tuvo aduana comercial con Marruecos, mientras que la de Melilla está en el aire, porque fue suspendida de modo unilateral por el anterior Gobierno islamista de la Monarquía Alauí. Se trataría de cuándo y cómo reabrirla.

Según Lakdar, ahora mismo no existen infraestructuras adecuadas para la relación comercial con las ciudades: «Para iniciar operaciones comerciales, es necesario construir Infraestructura. Actualmente, incluso las condiciones geográficamente no lo permiten. Además, no es un tema candente. Los pasos de Ceuta y Melilla son sólo pequeños pasillos». La prioridad de Marruecos es atender a las 9000 mujeres porteadoras y buscar otra actividad económica para los contrabandistas, dice en la entrevista y añade: «Debemos entender que no podemos violar la ley, cualesquiera que sean las dificultades sociales. Mi preocupación es ayudar finalmente a la marroquíes para encontrar trabajo lejos de una actividad ilícita».

Sin embargo, el Jefe de las Aduanas de Marruecos no dice nada sobre la imposibilidad de volver desde Melilla o Ceuta con un yogur, un medicamento, un paquete de tabaco, una falda o unos pantalones, de modo individual y que se permite entre todos los países. Mientras tanto, Melilla permite pasar hasta 10 kilos de pescado por vehículo, y otros tantos de fruta o verdura (cada 100 coches son 1 Tm de productos alimenticios).

Por lo que respecta a los trabajadores transfronterizos afirma que pueden entrar a ambas ciudades, pero da esta inquietante respuesta a la pregunta de Imanne Jaouhar, cuando le requiere sobre aquellos que no teniendo un contrato, soliciten un visado, contesta lo siguiente: –¿sin visado? ¿Para hacer qué?

El objetivo es , para Lakhbar «que las personas que quieran cruzar, por una razón válida, puedan hacerlo rápidamente, no es necesario que el puesto esté -viciado- por personas que solo retrasan el tránsito«. La mercancía que ya está entrando «bajo cuerda», a nuestra ciudad, podría estar incluida baja esa afirmación. Esta claro que los marroquíes no quieren que la «era del contrabando», que ya consideran cerrada, vuelva a reproducirse bajo otras fórmulas. Todavía parece muy pronto para saber como será el futuro de ambas fronteras.

El Jefe de las Aduanas de Marruecos no parece abrir puertas, pero tampoco cerrarlas de modo definitivo. Por el momento, lo más urgente es el mencionado tema de la compra individual de productos en establecimientos de ambas ciudades, sin que vuelvan a establecerse cadenas de transporte.

Nota: https://www.elconfidencial.com/espana/2022-06-03/marruecos-desmiente-al-gobierno-de-espana-aduanas_3436008/