Las aguas del pantano


Debates de Barrio Sésamo en Melilla

El pantano de las Adelfas está a solo unos pocos metros del acuartelamiento de La Legión,  y apenas a un kilómetro del centro de la ciudad.  No está ni escondido, ni lejos. Tiene una pequeña carretera de acceso, en la que se pueden observar las aves que acuden hasta allí.  No es necesario entrar en la zona militar para fotografiarlo. No es un lugar secreto, ni tampoco prohibido.

La semana pasada o la anterior,  que tanto da, se produjo un debate absurdo en la Asamblea de Melilla, en la que la principal cuestión versaba acerca  de si el pantano estaba vacío,  lleno,  o en proceso de llenado. Una hora de debate estéril,  en el que nadie se tomó la molestia de subir hasta allí,  tomar unas fotos, y bajarlas al Pleno como  prueba de la situación. Nada, nadie supo, tras el intenso debate, en que momento se encontraba el embalse.  ¿Vacío o en proceso de llenado? La cuestión es irresoluble.

  En El Alminar tenemos un abundante archivo de fotografías del embalse de Las Adelfas. La imagen más antigua lo nuestra casi completamente lleno. Gracias a la fotografía ya sabemos lo que es lleno. Vacío no lo hemos visto nunca,  pero casi a la mitad, pero sin alcanzarla, sí.  El año pasado estaba un poco más vacio que en la actualidad, en la que tampoco llega a alcanzar el nivel medio de llenado.   Así que no podemos resolver la cuestión planteada en el Pleno. ¿Vacío o en proceso de llenado? Lo que parece claro es que la situación política melillense está espantanada.

Incomprensible que nadie aportará fotos sobre su situación real, o que después de una gestión de 20 años,  con responsabilidades compartidas, se señalen solo determinados tiempos,  momentos,  o gobiernos.  ¿Es la Confederación Hidrográfica,  el Gobierno del Estado o el Autonómico? Otro asunto que no podemos aclarar.

Tras el umbral del Patio del Cura


Historia de un abandono de 30 años

El fuerte y las faldas de Camellos. La Remonta y sus espaldas. La estación de Radio Melilla, desde la que se retransmitió el bando de guerra en 1936. Todo eso sucedió en esta zona y sus inmediaciones. Las edificaciones de viviendas, el Hospital Comarcal, la iglesia de Santa Mª Micaela, y la creación del propio barrio de la Victoria, cambiaron ese pasado. Pero las historias siempre buscan su final y salir del olvido.

Habíamos entrado allí, y recorrido su superficie en 2009, antes de que existiera este blog. Guardamos las fotografías y seguimos en otras cuestiones. Eran tiempos muy convulsos y del Patio del Cura no se ocupaba nadie. El Estado lo transfirió a la Ciudad de Melilla en 1996. La Ciudad Autónoma se lo regaló al Obispado de Málaga en 1999, solo tres años después, sin ni siquiera haber intentado buscarle una utilidad. En 2023 el Obispado lo devolvió a Melilla, incapaz de recuperarlo o destinarlo a algún fin que no fuesen las clases de catequesis. Desde hace al menos dos décadas lo utiliza la Banda del Cautivo, como almacén y local de ensayo. También se usa como zona de verbenas de las comunidades parroquiales. A lo largo de todos estos años, y desde la publicación del artículo en El Alminar en 2011, hemos estado allí en escasas ocasiones, pero sin traspasar el umbral del patio. El edificio solía estar cerrado, y solo se usaban las aulas de la planta baja, para las catequesis y alguna celebración navideña.

Algunas habitaciones con colores raros, restos de actividades pasadas y la pintura fantasmal del pasillo, recuerdan a Silent Hill. Allí hubo vida y uso, como los restos de un belén,  algunos libros o la presencia de objetos varios desperdigados, sin conexión aparente.

Son 30 años de abandono documentado (1996) o de infrautilización. El edifico fue levantado en la década de 1960. Tuvo uso como instalación deportiva del Instituto Nacional de Deportes, y así lo prueba la abandonada pista de baloncesto y fútbol. También fue escuela de enseñanzas artísticas e incluso residencia. Pero de todo eso desapareció la memoria. No queda nada en ningún lado.

A pesar del largo tiempo de abandono, y del transcurrido desde su construcción, el edificio presenta un aspecto bastante bueno. No hay grietas en los muros, no se han levantado los suelos, los marcos de las ventanas resisten bien, y solo presenta humedades en techos y paredes de algunas habitaciones. Hace falta un proyecto para darle uso. Puede ser hasta residencia del párroco de la iglesia de Santa Mª Micaela, a la que pertenece, aunque todo esto precisa ser estudiado. Biblioteca de barrio, punto Wifi, sede de organizaciones y asociaciones. Hay muchos usos posibles, además del de zona deportiva y de esparcimiento. Cuenta con unos frondosos eucaliptos y unas vistas inmejorables de Melilla la Vieja y el macizo del Gurugú. La instalación  cuenta con aseos, duchas, cocina y algo de mobiliario, aunque antiguo.

  La ventaja es que no precisa de una reforma milmillonaria, y su puesta en utilidad pública podría ser casi inmediata, al menos en alguno de sus usos, como el residencial.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2011/09/26/el-extrano-caso-del-patio-del-cura-2/

La soledad de la Patrona de Melilla


A las 9h 35´ un pequeño terremoto (3,4M) sacudió la ciudad. Algunos lo interpretaban como una señal. Unas horas después se conocía el fallecimiento de un joven melillense en Jerusalén, Yaakov Pinto Bittan (QePD), en un atentado terrorista islamista, en Jerusalén. En Melilla, la ciudad que tiene la convivencia como su principal patrimonio, la noticia no podía ser peor. Los únicos responsables de este atentado ya están muertos y condenados, pero el día ya no quedó para demasiadas celebraciones, e indudablemente la procesión de la Patrona de Melilla lo es.

Cuando la voluntad de los humanos es matarse, no hay patrón, santo o deidad que pueda evitarlo. Los dirigentes que siembran la guerra y la muerte, rara vez perecen en las mortandades que causan. La clase política se enfrenta de manera crispada, y el pueblo llano se separa de los actos públicos. Nunca, en estos 14 años, hemos visto menos gente en la calle y nunca ha sido tan exigua la escolta de Regulares, que es voluntaria, como no podía ser de otro modo. Si siempre hemos hablado de los mil de la Patrona, en los diferentes momentos y tramos del trayecto, el presente año de 2025 no podemos decir que haya habido más de 500 personas, casi incluyendo a los participantes, que también eran menos. Había menos presencia en esta procesión que empezó pronto, a las 19h 00, y acabó dos horas después, en un desfile procesional muy aligerado, incluso en el paso.

Caras circunspectas en los integrantes oficiales de la procesión, completamente rodeada de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Muy espeso el silencio del público asistente, incluso en el momento de la sorprendente y colorida petalada, que ni siquiera contó con aplausos o vítores a la Virgen de la Victoria, que creo que no recibió en todo el trayecto, salvo en los momentos de la levantada del trono. Todo fue muy silencioso, parecía más la Soledad, que la Victoria. Se echaron de menos muchas presencias que tradicionalmente acompañaban a la imagen patronal de Melilla. Hasta el tiempo resultó extraño, con rachas de viento y nubes grises que acompañaron el trayecto, pero con un calor muy notable. Ya ni el tiempo acompaña.

El 8 de septiembre compartimos celebración con Asturias (Covadonga) y Extremadura (Guadalupe), junto con las advocaciones de la Caridad, de la Cinta, Victoria, Gracia, Núria, de la Encina, del Pino, de los Llanos, de  la Peña, y de la Vega.

  Destacar, como siempre,  la participación voluntaria de todos los integrantes de la procesión de alabanzas, que le dan colorido y calor, incluso en los tiempos más grises y sombríos.

El solar asolado


La defensa del escrito público

Estamos en Ataque Seco, plaza de Los Poetas, lindante con la calle Rubén Dario. Aquí existe un solar que con anterioridad fue una pequeña casa, que un día por otro, de hace más de tres años, fue derribada, desescombrada y quedó convertida en solar. Pero en Melilla no hay término medio y con la misma rapidez con la que desapareció la casa, el terreno se vonvierte en una escombrera, colonia incontrolada de felinos, con suciedades e insectos de todo tipo. Y como siempre hay algo peor, se observse observa con claridad como parte de la acera está en el aire, sin sustentación del terreno, con el consiguiente peligro para los vecinos que viven ahí. La existencia de este barrio de infraviviendas, apenas a 500 mts. del centro de la ciudad, en condiciones urbanas deplorables, sigue siendo un enigma de la gestión de la ciudad. Un poco más abajo, en el denominado centro histórico, existe la ciudad adaptable, zona sin emisiones, la de plataforma única, en constante y permanente remodelación, sin un fin ni propósito claro. Es la obra interminable.

En días pasados, el consejero ambiental de la Ciudad de Melilla , Daniel Ventura se quejaba del uso de las redes sociales para ejercitar la denuncia ciudadana sobre deficiencias en la ciudad: «Hacer este tipo de cosas en las redes sociales está muy bien, pero si hay una pérdida de agua en vez de ponerlo en las redes, lo que hay que hacer es llamar para que vayan y lo arreglen. Así probablemente ahorraríamos tiempo».

Hay que decir que los ciudadanos no trabajan para el Ayuntamiento, que esas líneas verdes o de avisos ciudadanos no existen, o no funcionan y que nadie sabe qué números corresponden, ni cuál es el horario adecuado para comunicar esas supuestas deficiencias. Lo que pide el consejero es una colaboración ciudadana gratuita y sin reconocimiento alguno, con los servicios municipales. Además, nunca hay constancia de la recepción de la llamada, ni se te indica un número de incidencia. Es un «usted llame y nosotros lo arreglamos o no, en el menor tiempo posible».

Este solar lleva en este estado al menos tres años. La Ciudad Autónoma tiene una pléyade de altos cargos y de asesores remunerados, que deberían recorrer la ciudad al menos una vez al mes, para anotar deficiencias, puntos negros, y comunicar si se reparan o no. Si nadie lo advierte de un modo público, nadie se molesta en echarle un ojo. Esta es una zona que no se transita para nada.

Ataque Seco

  Es una zona interesante desde el punto de vista histórico y arqueológico, aunque los desmontes y obras pasadas hayan acabado con cualquier posibilidad de hallazgos importante.  Todos las casas suelen tener cuevas, silos e incluso aljibes. En este solar existen lo que podrían ser muros antiguos de piedra seca. Solo el hecho de desvelaron llevará todo al camino de la desaparición rápida.

La universidad del edificio brutalista


El edificio de Correo fue abandonado en 2010, durante la era de Rodríguez Zapatero, sin que se haya sabido muy bien porqué. El edificio, construido en la década de 1950, pertenece al estilo arquitectónico brutalista, que surgió en el Reino Unido, aunque fuese muy extendido su uso en los países socialistas del Este de Europa. Para reconstruir una Europa arrasada por la guerra, el uso del hormigón (concreto) y del acero, resultaron más baratos y eficaces que otros materiales, de los que tampoco se disponía, y sobre todo, no había dinero para casi nada.

En España se agravó el problema, no solo por la devastación causada en la Guerra Civil, sino también por el bloqueo económico impuesto por los aliados al Régimen de Franco, por su apoyo y connivencia con las potencias fascistas en la II Guerra Mundial. Es pues un estilo propio de la posguerra y de la necesidad de una reconstrucción rápida.

En Melilla hay otros ejemplos de brutalismo arquitectónico, como el edifico de los Sindicatos. También fue característico para la edificiación rápida de viviendas sociales en «zonas devastadas» por la guerra. La cuestión es si existe alguna sospecha o indicio de que se trate de un edificio enfermo, o aquejado por la aluminosis, y que afecta a los edificios construidos entre 1950 y 1970 en España. La calidad del cemento franquista era bastante mala. Tras 15 años de abandono absoluto, el inmueble de Correos presenta en estado lamentable. Algunos expertos se posicionan claramente por «haberlo demolido», dada su nula calidad estética y de la propia obra. Estos expertos creen que esos casi 9 millones de euros para su rehabilitación, y que a la larga se tratará de un dinero perdido, y que necesitará de una nueva inyección de dinero, tras la consiguiente modificacación del proyecto.

Su uso «universitario y cultural», es solo una intención, en un edificio que se adapta mal a las necesidades, funcionalidades y conceptos arquitectónicos modernos. De hecho, el primer revés ha sido la denegación del proyecto de un grado universitario de Ciencias de Datos e Inteligencia Artificial, con radicación en Melilla, por la baja calidad del proyecto, por parte de la Universidad de Granada (UGR). Si parte de ese proyecto dependía de la puesta en marcha de este edificio y de su adaptación a usos universitarios, se entiende esa «falta de calidad». La puesta en marcha de un Grado académico, requiere otras muchas cosas, además de la rehabilitación de un edificio en estado lamentable y con una precaria funcionalidad. En el refranero español sería «vender la piel del oso antes de cazarlo». Ya era un edificio inhóspito, incluso para Correos.

La idea es buena y parece que la va a poner en marcha la propia UGR, pero en la ciudad de Granada. También es una paradoja que se gaste una cantidad alta en un edificio ruinoso, y se permita la demolición de edificios modernistas.

De la laguna negra a la Dana


Una Dana o lluvia torrencial e intensa, «se forma por una gran bolsa de la corriente de aire frío polar que, al desgajarse del chorro de la corriente principal y rodearse de aire más cálido, se precipita de modo intenso y violento sobre una zona determinada, causando grandes estragos y sobre todo, pérdida de vidas humanas, como ha sucedido en Valencia. Todo esto ha existido en la historia de La Tierra, y han existido violentas transformaciones del clima planetario, que han extinguido y trnasformado la vida en nuestro planeta, en decenas o cientos de ocasiones. ¿Qué ocurre ahora? Que esta es la primera ocasión o época, en que la actividad humana incide y provoca cambios o alteraciones en el clima planetario, de modo global, por la propia actividad humana. En ninguna de las anteriores hemos tenido nada que ver. Siempre fueron cosas de la geología, de las glaciaciones, o de la caída de meteoritos. De otro modo no hubiésemos llegado hasta aquí, o no estaríamos nosotros contando o relatando estas cosas. Estarían probablemente los monos, o los primates, o los símios, o como se quiera denominarlos.

¿Podemos evitar algo de lo que va a pasar? Según Juan Luis Arsuaga en sus conversaciones con Juan José Millás en La conciencia contada por un sapiens a un neandertal (Alfaguara); No, no podemos evitar nada: «Creemos elegir, y esa creencia está basada en que nos faltan datos. Si tuvieramos a la vista todos los datos de una acción, veríamos que las cosas no habrían podido suceder de un modo distinto al que sucedieron». Esto es el principio antrópico fuerte. En las condiciones físicas actuales, determinadas en todo el Universo, no existe otra posibilidad de humanidad que la nuestra, y hemos llegado hasta aquí, porque no había otras opciones posibles, ni una evolución distinta. Los orangutanes habrían liderado la evolución en otro planeta y en otro universo, no en éste.

El sábado pasado estábamos con las activistas climáticos de Guelaya frente a la Laguna Negra, en plena desembocadura del río de Oro, en donde lleva formada una charca pestilente desde hace décadas, sin que ninguna administración sepa darle solución. La propia charca o laguna negra es el resultado de una nefasta acción de gestión en 2019, que al instalar ahí una fuente ornamental de colores, creaba en realidad un lodazal o pozo de cienos y sedimentos de las aguas fecales, que supuestamente se depuran a apenas 50 metros.

Hace unos meses estuvimos con los mismos activistas ecologistas de Guelaya, en una charla del diputado de Las Cortes Valencianas Juan Bordera, quien precisamente habló sobre «El fin de las estaciones», título de su libro, y de la desaceleración de la corriente marina atlántica (que intercambia calor y frio en el Hemisferio Norte), y de las consecuencias climáticas que eso podría acarrear. el problema es que el consenso empeiza y acaba aquí. Hay cambio climático, lo dice una agencia de la ONU, pero no existe acuerdo sobre el límite climático a rebasar , sobre si se ha rebasado ya, sobre su posible irreversibilidad, y sobre sus consecuencias, que son estas, los fenómenos climáticos extremos.

Acabamos,  mostrando nuestro pesar a la Generalidad de Valencia por el alto número de víctimas y destrozos físicos, y nuestras afecto y solidaridad con tan importante Comunidad para la historia de España, y en aquellos otros lugares, como Letur, en los que también se han producido víctimas mortales y desaparecidos.

  Lo que ya se constata que falla, es la gestión política, bien a pequeña o gran escala.  La gente se agrupa, se apoya, se defiende. Funcionan todos los servicios de emergencias, como la UME, cuyo valor ya es un consenso nacional entre la gente, o la AEMET (Agencia Estatal de Metereología).

Con mar en calma


Con una completa calma en el mar y en ausencia de viento, del martes 8 de octubre, un día después del aniversario de la batalla naval del Golfo de Lepanto. Así ha partido de nuestro puerto el buque multipropósito Juan Carlos I, que permanecía amarrado en el muelle del faro desde el pasado viernes. Las gentes del mar, que no son la misma que nosotros, dicen que «mar en calma no hace marinos«, ni probablemente navegantes tampoco. Es en las tempestades en donde se manifiestan y templan los caracteres humanos. Pero nadie quiere las tempestades. No se puede vivir en tempestad permanente, hay que saber vadearlas o navegar dentro de ellas. El estado del mundo induce a pensar que estamos inmersos en un ciclón, y quizá solo al principio.

El buque insignia de La Armada de España partió del puerto en la mitad de la mañana, tras una complicada maniobra en la que fue auxiliado por dos remolcadores, uno tirando desde popa para desalinerar el buque del dique de amarre Nordeste 3. La ausencia de viento proporciona las mejores condiciones posibles para una maniobra de desatraque. Durante esta maniobra, cada miembro de la tripulación se encuentra en su puesto en cualquier parte del buque.

Desde ese momento y en paralelo con el dique, el portaaeronaves L-61 pareció cubrir la entrada al puerto de Melilla, con lo que podemos hacernos una idea de la distancia entre el dique melillense y el marroquí, que todavía está en obras de ampliación y modificación. La profundidad media en la zona es de 14m. La maniobra de salida se prolongó por espacio de una hora, luego la proa del buque enfiló el rumbo norte. Todo constituye una clara metáfora de la vida y de este blog.

No podemos saber cuándro regresará o si lo hará, pero aquí, en El Alminar de Melilla, hemos cerrado una historia de 11 años, cuando visitó por primera vez la ciudad, y en la que no pudimos subir a verlo. Ahora el ciclo está completo. Conviene siempre no dejar cabos sueltos, algo que también dicen mucho los marinos. Siempre hay que tener claro el rumbo, y que no se llega a él por una única ruta de nacegación. Esta vez hemos podido asistir a la estancia completa, verla y poder contarlo.