Amanece sobre la Alcazaba de Málaga


Lo primero que se ve al llegar en barco desde Melilla, tanto a Málaga como a Almería, son sus imponentes alcazabas árabes. Hasta el pasado siglo XX ambas estuvieron muy descuidadas en cuanto a monumentos, pues hasta el siglo XVIII fueron utilizadas con fines militares. Luego vino el abandono y el olvido, pero como siempre digo, el olvido preserva, aunque parezca una paradoja, aunque quizá lo sea. el caso es que ambas ciudades nos ofrecen dos imponentes monumentos de mas de mil años de antigüedad y que se han convertido tanto en emblemas de la ciudad, como en objeto de estudios arqueológicos y en fuente de conocimiento  y de cultura. Málaga y sus obras del metro están sacando a la luz los restos y los límites de sus antiguas murallas musulmanas, porque aparte de la majestuosa alcazaba, un alminar que pertenece hoy a una iglesia, el mercado de las atarazanas, magníficamente rehabilitado, conserva pocas cosas más de su pasado islámico en la capital. Aun así, y con financiación Saudí, se está construyendo en ella la mayor mezquita de toda Andalucía, la más moderna y lo que será el mayor centro de estudios islámicos de España. Todo un acierto y una reconciliación con parte de su pasado, en una ciudad que es símbolo de las tradiciones cristianas y que posee, una de las más imponentes Semanas Santas de Andalucía, que es como decir de España.