Doña Sofía, la Reina madre, en Melilla


La visita de Doña Sofía de Grecia, la Reina madre, ha sido toda una sorpresa, anunciada la semana pasada. Es una visita privada, al objeto de conocer y apoyar el Banco de Alimentos de Melilla, entidad que preside Pedro Paredes. Aunque ya era conocido, se descubre que siempre hay personas trabajando por la imagen de la ciudad, y eso es bueno. La ciudad está siempre necesitada de gestos de este calado, porque, aunque denominada como emérita, no ha perdido su condición de Reina, ni el tratamiento de «majestad». En su dimensión histórica, es una de las personas cuya imagen ha sufrido menos erosión, dentro de la Casa Real de España. No se puede valorar así, pero su visita es un pequeño guiño, enviado desde lo más alto del Estado. El ser madre del Rey reinante, Felipe VI, y como tal, ya tiene el derecho adquirido a reposar en el Panteón de Los Reyes de España, del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

En noviembre de 2007, visitó la ciudad en su condición de Reina consorte, pues propia, desde Isabel I de Castilla, solo ha reinado otra mujer, Isabel II. Reinas regentes ha habido varias, Isabel de Farnesio y Mª Cristina, que dejó amplia huella en el nomenclator de nuestra ciudad. Todas las pocas Reinas españolas, han tenido una importancia específica en nuestra historia como ciudad, y es algo que se conoce muy poco. En aquel entonces hicimos nuestras fotos, pero faltaban 4 años para la creación del blog. Por esto y otras muchas cosas, decimos siempre que: «antes de que existiera El Alminar, ya era«.

Si algo hemos aprendido en estos 14 años ya cumplidos, es que es imposible hacer previsiones específicas sobre el devenir cotidiano, porque lo que llamamos «actualidad» es tan voluble, que todo se modifica y altera, tanto en un par de días como en un instante. No imaginamos que podríamos escribir y volver de la Reina doña Sofía, madre y emérita, en Melilla. Pero es que también es cierto que, en ocasiones muy contadas, sí existen segundas oportunidades. Y esto ha ocurrido hoy, 8 de mayo. Personas, personajes de este rango, no suelen volver sobre sus pasos.

Era una visita privada, no había protocolo, ni vallas, ni previsión de público. No había cordones de seguridad. Solo estaban los justos, los designados por el Banco de Alimentos, que eran los organizadores del encuentro, y los anfitriones de doña Sofía. Había poca o casi nula tensión ambiental. Los periodistas y redactores gráficos, trabajando sin las espesas normas de seguridad y acreditación, de los actos y visitas oficiales. Luego, en tan solo dos horas, fumata blanca en Roma, y la llegada de León XIV, antes cardenal Prevost. Demasiado para un solo día.

Nota: Agradecería a Merche Melilla su intercesión por el Alminar,  en la línea de prensa.

Los pobres, los ricos y el banco de alimentos


 

                     Sobre la caridad y la pobreza

       Utilizo el evangelio como guía,  a veces,  pues en ellos y en sus ordenadas y diferentes redacciones, aparecen infinidad de temas que siguen resultando actuales.  La pobreza, los ricos y la falta de caridad son asuntos de siempre.  En Mateo 6, 1-3, aparece este comentario: «Cuando hagas limosna, que no sepa tu mano derecha lo que hace tu mano izquierda, así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, te lo pagará».  Queda claro que el valor de la caridad es el silencio, que quede oculta. En ciertas ocasiones leemos que se va a llenar a cabo un cena benéfica en favor de determinada asociación de caridad, en donde no parece tan claro si la intención es la propia caridad o que ésta se conozca. En días pasados leímos que cierto grupo iba a realizar una cena benéfica en la cubierta de un barco de carga, y que descontado el precio de la cena, el resto iría destinado a una asociación de caridad.

       El Hadiz 1º del profeta del Islám dice que: «Los actos valen por su intención, y  a toda persona se le computarán sus obras  de acuerdo con la intención con la que las haya realizado». Queda claro que si la intención es que sea conocido el acto de caridad, entonces  será tenido en cuenta como tal.

                                  Elogio de la viuda. Marcos 12, 41-44

         Estaba Jesús sentado frente al banco de las ofrendas observando las donaciones de la gente. Muchos ricos echaban mucho dinero y se acercó una viuda que echó dos monedillas. Llamando a sus discípulos dijo: «En verdad que esta viuda ha echado más que nadie, porque ella ha echado todo lo que tiene y los demás solo lo que les sobra».

                                      El banco de alimentos de Melilla

           Una amiga y colaboradora del Alminar me pidió que me ocupara del Banco de Alimentos de Melilla, una entidad que recoge y reparte todo tipo de productos alimenticios, bien procedentes de excedentes o de donaciones. Hay varias asociaciones e instituciones que colaboran en el reparto de alimentos: Hijas de Mª Inmaculada, la Asociación por la Solidaridad e Igualdad Social (ASIS), o Cáritas, son solo algunas de ellas. Las personas con necesidades alimenticias se inscriben en las listas de registros de estas entidades colaboradoras, que comprueban la veracidad de la necesidad,  y cada seis meses son llamados para hacerles entrega de determinados productos. La realidad es que las necesidades son mucho mayores de las que luego pueden hacerse cargo. El tiempo de espera es largo y lo repartido no suele ser abundante. Luego se da la tradicional «picaresca» y los rumores sobre le reventa de productos son constantes y extensos, pese a que los controles sobre las familias son exhaustivos, en palabra del presidente de la institución en Melilla, Juan Paredes.

                                          La solidaridad en Melilla

    Los más solidarios de entre los ciudadanos/as  melillenses son las personas normales con ingresos absolutamente normales, que dedican una parte efectiva de su dinero a la caridad. Esos ciudadanos/as, nunca serán conocidos y su fin no es otro que el ayudar a los que lo pasan mal. La carga de la solidaridad y de la crisis, está siendo solventada por las familias y por ciudadanos anónimos, mientras que los ricos  están aportando solo cantidades testimoniales, y a veces ni eso. En una entrevista publicada en días pasados en el diario El Faro, la asociación ASIS, confirma que las donaciones de particulares son las que permiten, en gran medida, la labor humanitaria de asociaciones como la suya.    Otra parte importante de esa solidaridad no conocida ni divulgada, se lleva a cabo  en las llamadas «tiendas de barrio», que hacen cuentas a las familias en apuros y van cobrando el dinero como pueden.

             Melilla debería tener un banco de alimentos que repartiera productos donados por los supermercados, por distribuidores de alimentos, y por familias ricas, que destinando apenas un pequeño porcentaje de sus mercancías o de sus ganancias, podría cubrir ciertas necesidades de productos alimenticios básicos en familias melillenses, al menos una vez al mes. Todo lo que no sea eso, es meramente testimonial y poco, muy poco efectivo.

           Es un insulto social, que Melilla pague 1€ por consumición de cerveza a partir del mes que viene a personas sin necesidades, existiendo decenas de familias que no pueden comprar arroz, garbanzos, pastas alimenticias o lentejas. Podrían destinar ese € por consumición al banco de alimentos y no a gente que ya tiene dinero.

          Notas: (1) http://www.elfarodigital.es/melilla/sociedad/107741-asis-atiende-a-traves-del-banco-de-alimentos-mas-de-230-familias.html