Humazos fronterizos


Las fronteras entre España y Marruecos llevan inactivas año y medio, y no hay visos de que vuelvan a tener actividad alguna. La preocupación se palpa en ambos lados, sobre todo por los que tienen sus familias en el otro lado. Los trabajadores transfronterizos han desaparecidos. Cientos de expedientes de renovación están caducado sin posibilidad de realizar los trámites necesarios. Todavía hay muchos nacionales marroquíes atrapados en Melilla y desconocemos cual es la situación en el lado marroquí.

En una frontera no puede existir zonas opacas. La semana pasada ardía el cañizo silvestre crecido en la zona de Beni-Enzar, en la otra ladera del arroyo mezquita, que sirve de frontera natural entre ambos países, aunque este curso es artificial y fruto de un desvío hecho con posterioridad a 1920. Hoy el humazo se dejaba sentir en el antiguo paso peatonal de Mariguari. El humo solo es humo, pero no deja de alarmar, porque el fuego es incontrolable y la quema del cañizo hay que hacerla con mucho tiento, ya se una quema fortuita o controlada.

Hay obras y actuaciones en ambos lados de la frontera. Todo está cada vez más despejado y la visibilidad es muy grande. Así pue, en una frontera nada ocurre de manera fortuita, ya sea un grupo pequeño, como el de ayer en el espigón del dique Sur, o en «la gran evasión a Ceuta» de hace un mes.

Pensado con el tiempo y la distancia, o sea, con perspectiva, el cierre total de la frontera con Melilla en marzo del año pasado, recuerda más al cierre ordenando por Franco de la verja de Gibraltar, que a otra cosa. El gobierno de un «país amigo» con el que se tienen relaciones diplomáticas, no cierra sus fronteras de un solo golpe, de modo permanente, y sin permitir corredores humanitarios, para que los atrapados de uno y otro lado pudiesen reintegrarse a sus respectivas zonas.

De momento todo lo que tenemos es esto, humo.

El tráfico del Puerto de Melilla


         En una tranquila tarde de domingo en las playas de la ciudad, la actividad en la bocana del Puerto de Melilla parecía no tener fin. Entraron cuatro buques, dos de cargas y dos de pasajeros con dirección a Melilla o Beni-Enzar. En ambos categorías se fue un buque para cada lado. La embarcación de la Semana Náutica desplegó su inmenso velamen, que se elevaba en altura por encima de uno de los barcos más grandes. La actividad de los buques sí deparó bellas e interesantes imágenes.

     La ocasión nos ha llevado a consultar las memorias de actividades del Puerto de Melilla, que publica la Autoridad Portuaria. En ella pueden consultarse toda clase de datos interesantes, como la cifra de negocios del Puerto, la clase y tipo de mercancía desembarcadas, con destino no solo a nuestra ciudad, y también las características de la propia bahía melillense. La cifra de ingresos del Puerto ha bajado de los 10 millones de euros en el año 2015, última cifra publicada, situándose en los 9,8, cuando en los años anteriores alcanzaron los 10, 1 millones en 2013 y 10,5 millones en 2012. Es un descenso leve, pero parece una tendencia. Los ingresos se obtienen en un 70% de las tasas portuarias. En el capítulo de gastos, el de personal acapara la mitad de todo lo ingresado. En el año 2015, el resultado de la explotación presentó un diferencial negativo de 1 millón de euros con respecto a lo presupuestado, algo que no ocurrían en años anteriores, en donde el superávit era algo habitual.

      El tráfico de pasajeros se sitúa en una cifra cercana al millón de pasajeros, pero sin llegar a superarla. Las líneas o destinos preferidos por los melillenses son Málaga, Motril y Almería. La mercancía desembarcada casi alcanza el millón de toneladas métricas. Los vientos dominantes son los del Oeste (poniente), y Este (levante), ambos con componente Norte. La mayor ola registrada superó los 7 metros. El calada del Puerto es de 12,5 metros y las mareas alcanza una diferencia máxima de un metro entre bajamar y pleamar.

                          Ampliación del Puerto: ¿Realidad o quimera?

       El puerto de Melilla podría estar cerca de su techo en cuanto a desembarco de mercancías y de pasajeros, sobre todo porque ya no estamos solos en esa actividad económica. El Puerto de Beni-Enzar ya tiene su cuota de pasaje y de momento solo se dedica a la descarga de mineral y materiales sólidos, pero cualquier día podría no ser así.

        La posible, futurible o quimérica  ampliación del Puerto de Melilla, para competir con los de Algeciras, Tanger o Nápoles no parece una alternativa económica viable, aunque ya haya generada abundantes gastos y producidos algunos réditos, políticos en algunos casos. Parece que la propia mercancía es el proyecto de ampliación, y no la ampliación en sí, que aparte de la Patella Ferrugínea, plantea un problema técnico y logístico que nadie ha explicado: ¿Como se rellenaría la superficie de la ampliación?. La única posibilidad sería la de comprar el sólido en Marruecos y trasladarlo a la ciudad para su volcado, a un ritmo de 100 camiones diarios durante dos años, con todos sus días. No parece algo posible, aparte de que Marruecos está construyendo su propio puerto de aguas profundas, más allá del Cabo Tres Forcas.

           Nota:http://www.puertodemelilla.es/index.php/informacion/memorias/memorias-del-puerto-de-melilla