Atravesando La Vía Láctea en Melilla


 

24 bandas reductoras de  velocidad en una sola vía

       La carretera de la Vía Láctea, nombre absurdo donde los haya,  comienza junto al callejón de Pandora (carretera de Hidúm) y acaba junto a la Fuente de Trara (carretera de Rostrogordo). Es, era, una vía muy adecuada, pues comunica la zona de alta de Tiro Nacional y el Poblado legionario, con la carretera de Farhana en apenas 5 minutos, yendo a 50 kms/h, velocidad recomendada en vías urbanas. Es una vía que suelo utilizar para cambiar de un sector a otro de la ciudad, sin necesidad de pasar por el saturado tráfico del centro. También sé que esta zona no es transitada por la mitad de la población de Melilla, pese a que aquí hay un mirador con las mejores vistas de la ciudad y del barranco de Cabrerizas.

          Reconozco que cuando leí en prensa que un grupo de vecinos de la zona protestaban por la instalación de bandas reductoras de velocidad me extrañó por un doble motivo. El primero porque nunca había oído noticia alguna sobre excesos de velocidad en esta zona, o accidentes, que sí suelen ser frecuentes en otras parte de Melilla, como el Paseo Marítimo (antiguo y nuevo), la carretera de Alfonso XIII o la calle Álvaro de Bazán. El segundo motivo de extrañeza era el propio hecho de protestar, pues las bandas reductoras han sido instaladas en otros lugares de nuestras calles y nadie ha protestado, es más, se han recibido como «una bendición».

                        Bandas reductoras de lomo de asno

       A principios de la semana tuve que utilizar esta vía de comunicación y me encontré con una auténtica tortura sobre el asfalto. Se han instalado 18 bandas reductoras del tipo lomo de asno, construidas en cemento, que se añaden a las 6 existentes , lo que ofrece un total de 24, sobre una de vía de 2 kms, o sea, algo más una cada 1oo metros. En dos tramos concretos hay instaladas 3 consecutivas (cemento, goma rígida, cemento), en distancias que no superan los 50 metros entre las tres. Es un despropósito y una auténtica ruina para los amortiguadores.  Ahora entiendo por qué, todas las piezas de los amortiguadores de los vehículos, son las estrellas en las tiendas de repuestos automovilísticos. No solo son los baches, socavones y hoyos en las vías, son también las bandas reductoras de velocidad, especialmente las de goma rígida, especialmente dañinas para la amortiguación, según me contaba alguna de las personas a las que pregunté, si la situación del tráfico en la zona aconsejaba una acción tan contundente y desproporcionada.

      Después de ver el resultado, que ha costado 67.000€, y de leer los consejos del Ministerio de Fomento sobre la instalación de este tipo de medidas disuasorias de la velocidad, tengo mis dudas de que se correspondan con la normativa y sobre el material elegido, el cemento, que se deteriora con mucha rapidez, como es el caso de las instaladas hace poco más de dos año sen diversos lugares de la ciudad, como la de la calle Ibañez Marín, que en realidad es un paso sobreelevado y que ya es una ruina. Pero todo esto ya lo escribimos hace tiempo.

             Lo que resulta absolutamente incomprensible es la situación de los márgenes de la carretera, llenos de escombros y de basura desde hace meses.

         Nota: (1) http://www.fomento.es/NR/rdonlyres/180E9859-01CD-45A2-92CB-B5B4D1137624/81033/1160101.pdf.

                          (2) https://elalminardemelilla.com/2011/12/31/pasos-sobreelevados/

La última calle de Melilla


  

                                 El callejón de Pandora

       Esta es la última calle de Melilla, más allá del callejón de Pandora, no existe nada. Esta entrada difícilmente se entenderá fuera de nuestra ciudad, pero es que El Alminar, aunque es un blog abierto al mundo, es ante todo, un blog de Melilla. Hemos criticado hasta casi cansarnos, la política errática y sin sentido de denominación de calles en Melilla, sobre todo en La Cañada de Hidúm y en el cerro de Reina Regente.  Sin embargo, como está escrito en El Quijote: no hay libro tan malo que no tenga algo bueno dentro de el, o como en el cuento, la flauta a veces suena, aunque sea por casualidad.  Esta calle, justo en el final de la ciudad, y al final de la carretera de Hidúm, y casi en los límites del barrio, es la que mejor tiene puesto el nombre, porque Melilla, se asienta sobre el callejón de Pandora, en toda la extensión y profundidad de esta mítica historia.

                               Los Distritos 4º y 5º

        No hace falta ser experto en nada, o consultar estudio sociológico alguno, para saber que en los distritos 4º y 5º de Melilla, se asienta no solo el presente de esta ciudad, sino también su futuro, sea cual sea este. No hace falta ser economista ni nada que se le asemeje, para percibir que las 2/3 partes de la pobreza y el paro de Melilla, se asientan sobre estos dos barrios: Cañada de Hidúm y Cerro de Reina Regente, más el barrio de Cabrerizas. También sabemos, que muchos de los que están diseñando o gobernando este presente, ya no estarán aquí, cuando ese futuro se abra y despliegue todas sus facetas. Es parte de la ley no escrita de Melilla: quién la hace, no la paga después.

      Todo lo demás es epidérmico, me refiero a los lemas de las 4 culturas , de todo para los cuatro pueblos pero sin ellos. Mesa interconfesional y demás zarandajas de una política tan hueca como un coco, pero sabrosa, sobre todo para algunos.

         La leyenda de la Caja de Pandora tiene dos versiones. La primera es que contenía todos los bienes y las buenas intenciones humanas y que al abrirse, se disiparon. Afortunadamente, el imprudente que abrió la caja, se dió cuenta y la cerró con rapidez, con lo que algo de bueno quedó dentro de ella. Esto explicaría que todavía alberguemos alguna esperanza en el ser humano. La otra versión es que contenía todos los males y todas las malas intenciones humanas, que son muchas, y que al abrirse la caja, se esparcieron todos por el mundo. Viendo el estado actual de las cosas, es difícil quedarse con una u otra versión, pero la moraleja, que los cuentos y leyandas antiguas siempre las tienen, es que en ningún caso, debe abrirse la Caja de Pandora, por si todavía contiene algo.