Pedro Sánchez en la historia de Melilla


   Los hospitales son muy importantes en la historia de Melilla, tanto, que cualquier melillense conoce los nombres de los  hospitales que han sido en la historia de la ciudad ( del Rey, Docker, Cruz Roja, Remonta y ahora el Universitario). Iniciar, y sobre todo culminarlo, hace entrar a un gobierno e incluso a una época, en nuestra historia. Inaugurarlo es un hecho histórico.

  Esto lo que ha ocurrido hoy, 2 de junio, festividad de San Pedro exorcista, actividad muy importante en un país lleno de demonios. La historia del ya vigente Hospital Universitario, recorre toda la existencia del Alminar, de este modesto blog, y atraviesa tres gobiernos, uno de los cuales (el de Mariano Rajoy), lo mantuvo paralizado y en estado de abandono durante casi 8 años. No vale pues,  echar la culpa de la inauguración, a quienes iniciaron las obras,  por presuntos defectos que tuviera el proyecto original, que nunca se han demostrado o puesto sobre la mesa. La infraestructura hospitalaria es imprescindible para Melilla. Este hospital nos integra en la sanidad del siglo XXI, y si se gestiona bien, su vida útil se prolongará hasta el VI Centenario de la ciudad en 2097. Las previsiones de gestión deben trascender con mucho, al propio momento histórico.

  Mandatarios del Estado en Melilla

  Pedro Sánchez ya es el presidente de gobierno que más veces ha visitado la ciudad, tres, con la presente, a la que hay que añadir la de mayo de 2021 (crisis de los 10.000), y la de marzo de 2022, para reiniciar las obras del hospital universitario varado, que ha sido inaugurado hoy mismo, 2 de junio de 2025. El primer presidente que visitó Melilla fue José Canalejas en 1911, acompañado al Rey Alfonso XIII, que también había visitado la ciudad en 1905, para dar comienzo a las obras del Puerto. Es algo más de un siglo de visitas de Estado, y en las que el monarca Alfonso XIII ostenta el haber sido el primer jefe de Estado en visitarnos, y también el que más veces lo ha hecho, tres, como Pedro Sánchez en la Presidencia del Gobierno. Aunque se han sucedido otras muchas obras a lo largo de la historia, estas dos (puerto y hospital), pueden considerarse como las más importantes, tanto en su magnitud, como en los recursos que ofrece a sus habitantes. Con una visita tenemos al Rey Juan Carlos I, y a los presidentes Adolfo Suárez y Rodríguez Zapatero. Debería ser obligada una visitas a las Ciudades Autónomas, al menos una vez por Legislatura, para cada presidente del gobierno de España.

Autoridades, invitados, público

El público, el pueblo, fue alejado del acto de inauguración, permaneciendo fuera del triple vallado del complejo hospitalario, imaginamos por los escándalos que suelen montarse en las visitas del Presidente Sánchez PérezCastejón, en cualquier lugar al que acuda. Apenas pudieron ver los coches y poco más. Los rectores del acto, obviaron que esas «manifestaciones airadas» están organizadas por sectores muy radicalizados de la política española, y que en Melilla no tienen una presencia determinante o articulada. Pedro Sánchez ha estado en el complejo hospitalario el tiempo justo para la recepción, la ruta guiada por el interior del hospital (Laboratorio, área de Tomografía y Resonancia), acto de inauguración de la placa conmemorativa, y discursos rituales. En total una hora y media, acompañado por la Ministra de Sanidad Mónica García, por fin en Melilla, y flanqueado por la Delegada del Gobierno Sabrina Moh y el Presidente de Melilla Juan José Imbroda. No hubo rueda de prensa, no suele haberlas, charlas con autoriades o gestores hospitalarios, ni encuentro con el público. Todo extraordinariamente rápido, en la ciudad más tranquila posible.

El desarrollo de la comitiva

Una comitiva de Estado es un tren que te arrolla. La labor de la prensa es muy ingrata, pese a que es la que da testimonio de todo. Primero hay que acreditarse, mostrar todo el equipaje y realizar una fotografía delante de un responsable de seguridad. Luego se reciben unas clases rápidas sobre como actuar en presencia de las autoridades. Se camina siempre delante de ellos, que no se detienen nunca, y no se entretienen demasiado en mirar las cosas. El tiempo es mínimo, las fotografías se hacen en bloque, y luego se mira para ver que ha salido. Se camina rápido de un lado a otro. La autoridades tienen otra ruta y siempre te las encuentreas de frente. Si ves una buena foto, tienes que hacerla en ese segundo o la has perdido. Suele haber nervios entre los escoltas y agentes de Seguridad del Estado, que establecen líneas imaginarias que no se pueden traspasar. Sus miradas cubre todo el espacio y vigilan los 360º en torno al presidente del Gobierno, o a la autoridad que corresponda. Es imposible pasar de un entorno a otro, por ejemplo del de prensa al de invitados. Todo el mundo parece estar revuelto, pero cada uno está en su sitio. Hoy, se ha podido fotografiar casi a discrección. El presidente Sánchez tenía el tiempo justo, pero no tenía prisa en algunos momentos.

¿Quién hace un hospital?

Las infraestructuras las llevan a cabo, además de los obreros, las líneas segunda y tercera del organigrama del Estado. Son gestores de todo tipo, ya se públicos o privados, secretarios de los ministerios participantes en el desarrollo del hospital. Los responsables del equipamiento, del personal. Existe una pléyade de personas trabajando en todas las áreas imagiables, que hacen posible que estas infraestructuras tomen forman y sirvan al ciudadano. Eso es el Estado. A los recalcitrantes les diremos que este no el hospital de Pedro Sánchez, aunque haya sido quien puso la voluntad política en su conlcusión y al que le ha correspondido inaugurarlo. En la acción política importa, sobre todo, el cómo acaban las cosas. Otros, que ahora se quejan, lo tuvieron paralizado durante casi ocho años, cuando no quedaban más de tres para su finalización.

Conclusión

Melilla y todos sus habitantes, estamos de enhorabuena porque este hospital esté ya en marcha. Se asienta sobre una superficie de 45.000 m2 y una capacidad para 256 camas. Es una infraestructura total, con capacidad para atender casi el 100% de las necesidades médicas de los melillenses. Es una obra visible desde cualquier punto de la ciudad. Su coste ha sido de 150 millones de euros y trabajarán allí más de 1200 personas. Es algo absolutamente necesario para esta ciudad. Una buena noticia. La gestión posterior será otra cuestión, pero necesitamos verdades. Hechos.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2015/10/20/hospital-universitario-cronica-de-una-paralizacion/

Historia de una ambulancia


                En una ciudad como Melilla es habitual ver una ambulancia marroquí camino del Hospital Comarcal, aunque no en las cifras que las que algún partido intenta amedrentar a los ciudadanía. El mayor daño hecho a la Sanidad en Melilla fue la paralización de las obras del nuevo hospital en 2012, tras la victoria electoral del Partido Popular. De esto se sigue hablando muy poco en la ciudad y la Sanidad Pública es algo prioritario.

               Mientras que la sanidad melillense quedó en niveles mínimos bajo los anteriores gestores (2012-2018), hemos visto proliferar todo tipo de clínicas privadas de salud, ofreciendo, previo pago, tratamientos e intervenciones a los que se tendría derecho en el sistema público, pero que carecen de especialistas. Esto motiva que el ciudadano/a de Melilla deba optar por pagar de su bolsillo tratamientos, consultas e intervenciones, bien en la ciudad o en el exterior.

               Ha pasado año y medio y sigue sin resolverse el complicado asunto de las Clínicas Radiológicas Remartínez, que fueron sacadas del sistema público de diagnóstico mediante un ardid administrativo, que todavía no ha podido ser revocado.

                  En todos los ámbitos somos clientes o usuarios, salvo en el de la medicina, en el que somos pacientes. Esto quiere decir que lo que está en juego es nuestra  salud, y por eso rige la norma de pagar y callar, porque va tu vida en ello. No hay nadie protestando porque las compañías de prestación de servicios sanitarios hayan reducido sus servicios al mínimo, o que incluso los tengan  por debajo, pues no hay médicos especialistas de determinadas especialidades en la ciudad. La norma se salta con la presencia mensual de una especialidad y con listas de espera sobrecargadas. Apenas hay médicos de medicina general con consultas propias, y los que hay están abarrotados. Las compañías ofrecen una prestación mínima, y otra más amplia previo pago mensual.

                                     Las ambulancias marroquíes

            Sin embargo, hay un partido político que ha hecho bandera social de la presencia de ambulancias marroquíes en nuestra ciudad, creando alarma e incluso rechazo social. Obviamente, las ambulancias de la zona no están al nivel de las melillenses, como tampoco lo están los hospitales públicos de Marruecos y de España. Sin embargo nadie habla de que el mejor dermatólogo de Melilla esté en Nador, y es al que acuden muchos melillenses para tratar sus afecciones epidérmicas. La sanidad privada en Nador tiene un nivel parejo con la de nuestra ciudad.

            El pasado miércoles observamos como una ambulancia marroquí parecía recoger a un paciente en la plaza de España, imaginamos que para trasladarlo al Hospital Comarcal. Esto sí es cuando menos extraño. Una cosa es traer un paciente desde Marruecos y otra que esas ambulancias estén prestando asistencia en suelo de Melilla. Sin embargo, el tema sanitario sigue fuera de la campaña política. Cada día se abren más clínicas privadas y se deteriora irremisiblemente la Sanidad Pública. Al día siguiente de realizar las fotografías de la ambulancia marroquí «operando» en plena plaza de España, nos enteramos que se han inmovilizado 4 de estos vehículos, y que constituían no solo un lucrativo negocio, sino también una espesa trama.

         En el mes de octubre algunas especialidades tenían ya las citas completas en el Hospital Comarcal, para todo lo que queda de año. Así pues, ante cualquier eventualidad, la única posibilidad de asistencia específica es acudir por Urgencias, algo que luego los gestores sanitarios, que no los profesionales médicos, reprochan a los pacientes.

          Estos también son problemas de la sanidad melillense, no solo el de las ambulancias marroquíes. Para resolver esto, el de la asistencia médica a ciudadanos marroquíes en Melilla, bastaría con firmar desde Madrid un convenio de atención sanitaria, para que luego el gobierno de Marruecos se haga cargo de la atención prestada a sus ciudadanos, igual que hace España con el resto de países europeos.

               Es cierto que el coste sanitario de la atención a pacientes marroquíes es elevado, pero no tanto como para hacer quebrar el sistema sanitario melillense. El colapso del hospital se debe a que ya es una infraestructura insuficiente y obsoleta, a la falta de especialistas, y a una muy discutible gestión en los últimos ocho años. Tampoco se entiende la total renuncia al cobro de toda o parte de esa asistencia. Esta es la parte visible, pero también hay otras muchas situaciones de las que nadie habla, ni siquiera los sindicatos de profesionales médicos y sanitarios, como el de la creación de una clínica privada, que quedó paralizada tras el cambio de gobierno nacional y local.

         La pregunta es: ¿Qué grado de descontrol se ha permitido en esta ciudad en los 10 últimos años?.