Seguimos hablando de Marx, pero ya no del filósofo, si no de Groucho Marx, de los hermanos Marx. Lo que está sucediendo en Melilla ya no entra dentro de ningún parámetro lógico. Hay que sumergirse en la comedia para encontrar similitudes apropiadas.
Están fuera de la realidad, ya no se molestan en hacer el más mínimo gesto de austeridad, o simplemente alguno que de a enteder que son conscientes de la realidad económica y política en la que nos hayamos inmersos. Siguen con sus fiestas y comilonas. Ya se barrunta otra con la excusa del Día del Mayot. Les han rechazado los Presupuestos Autonómicos, en lo que apenas había una reducción del 1% del gasto con respecto al año anterior. Los sueldos y costes del gobierno se han incrementado en más de 300.000€ con respecto a 2011. No se tiene noticia de que anulen los gastos gratuitos en telefonía movil, de la que disponen no solo los miembros del gobierno, sino también la totalidad de la pléyade de altos y muy remunerados cargos de libre designación. Lo hacen todo un poco más a escondidas, pero nada más.
Hablan de que acabaron el pasado año con superavit en el ejercicio, pero se olvidan de que nos acordamos, de que en noviembre pidieron un crédito de 9 millones de euros, porque según ellos mismos decían, y está recogido en la prensa, que en caso contrario hubiesen acabado con déficit. Apenas han reducido, aparentemente, unas pequeñas cantidades en premios, en los concursos en los que se requiere participación ciudadana. En todo los demás no han reducido nada.
Siguen como estaban o incluso peor, porque parece que han perdido el sentido de la realidad. Se desevuelven en un mundo en el que no se nota la crísis, porque están protegidos por sueldos que triplican el salario medio de un trabajador melillense. Ediciones caras de cualquier cosa que pueda imprimirse, epidemia de inauguraciones, nuevas realizaciones y nuevos edificios que necesitan mantenimiento, equipamiento e incremento del gasto. Además retoman proyectos como el «cubrimiento del Río de Oro», que no es otra cosa que malgastar el dinero en cosas que no son necesarias. Son solo obras suntuarias y faraónicas.
La metáfora de los Hermanos Marx es adecuada, solo que en Melilla el grito no es el de: ¡ Mas madera !, sino el de: ¡ Más macetas !. ¿Porqué no siembran flora de jardín, como el diente de león, en vez de insertar una maceta tras de otra?. En la película: «Los hermanos Marx van al Oeste», para que la locomotora siguiese en marcha, empezaron a demontar los vagones de madera hasta quedarse sin tren, y eso es lo que está sucediendo en Melilla, que al final, nos quedaremos sin tren, solo por alimentar la locomotora desbocada.
Nota: https://elalminardemelilla.com/2012/02/04/el-maceterismo-en-melilla/

