Veneno en el aire


La lucha contra el amianto

Se intenta relanzar la actividad comercial en el Mercado del Real. Es un lugar muy frío e inhóspito en invierno e igualmente húmedo pero caluroso en verano. Es un lugar difícil, pero tiene una amenaza latente, la enorme extensión de su cubierta de uralita que se proyecta sin protección por todo el espacio.

El amianto se siente y se huele. No es el olor procedente de las cañerías y desagües. Tampoco es el inconfundibles olor de la pescadería y del zonal. Es algo diferente, que pica en los ojos cuando llevas allí más del tiempo recomendable, como en el tejado de Chernobil.

En un día estable, sin viento ni agua, esa cubierta resulta amenazante, oscura, tan oxidada. Un derrumbe allí convertiría todo en una zona infranqueable. En un lugar prohibido. Pero cuando hay viento todo es diferente. La fina película imperceptible que cubre toda la uralita, expulsa miles de pequeñas partículas invisibles pero letales. El veneno se mueve. Igual ocurre con la lluvia, cuando las canaletas reparten el agua por las inmediaciones, en incluso dentro de ña propia superficie del Mercado.

Después de 5 años de lucha en solitario contra el amianto, contra la uralita, desde El Alminar, consideramos una buena noticia que se haya iniciado ña elaboración de un catálogo de este material nocivo, con impacto directo sobre ña salud pública. El siguiente paso debería ser la elaboración de otro plan para su retirada, empezado por aquellos lugares en los que se realiza actividad pública, como este mercado.

Por eso preguntamos, de modo directo, sin margen para la duda, esperando una respuesta directa: ¿ Es seguro seguir manteniendo actividad humana y comercial aquí? Está ahí presente, se le nota, se inhala. Tenemos clara nuestra respuesta. ¡ No !

El Mercado del Real


              A solo un año del fin de la legislatura autonómica (2019), el gobierno de Melilla ha definido como prioridad «salvar o encontrar un futuro» al mercado del Real. Hace 5 años* (2013), lanzamos un aviso sobre el declive irremediable de este tipo de mercados en Melilla. A lo largo de ese lustro, el mercado de Cabrerizas, que en principio iba a ser solo remodelado, ha desaparecido definitivamente. El mercado central se encuentra en crisis completa, y el del Real en situación terminal.

            La proliferación de fruterías en las inmediaciones de los mercados, de autoservicios, de supermercados, de pescaderías e incluso la venta ilegal de productos perecederos en los alrededores, han acabado por lastrar las posibilidades de supervivencia de los mercados tradicionales. Son demasiados años sin llevar a cabo medidas eficaces, o sin ni siquiera tomar medidas.

                      El mercado del Real apenas tiene ya activos 12 puestos, de los más de cien que llegara a albergar. La pérdida más significativa fue el cierre en sus instalaciones del establecimiento de comidas preparadas «El Asturiano», que ha fijado su ubicación definitiva y única en la calle Ibáñez Marín. Las instalaciones del mercado del Real fueron inauguradas en 1941. Hoy es un edificio frío en invierno, muy húmedo y se encuentra completamente destartalado. Sus pasillo están vacíos, carece de despacho de pan, y el último establecimiento de «ultramarinos», desapareció hace más de cinco años. Solo resisten la cafetería,  tres carnicerías y otros tantos puestos de frutas y verduras, más los del pescado.

                 Los mercados tradicionales o de abastos, la célebre plaza, tienen el gran handicap del horario. Para tener un futuro tendría que buscarse  alguna actividad alternativa, pero la proliferación de la misma  oferta en cualquier manzana del barrio, impide encontrar una solución. En su estado actual, el mercado del Real no tiene futuro. Es un edificio obsoleto con varios problemas, uno de los principales es la cubierta de uralita o amianto, que debe ser sustituida completamente. En realidad debería ser remodelado de modo completo, pues ya solo es la carcasa.

            El desarrollo económico de la ciudad está descontrolado, con cientos de establecimientos del mismo tipo. Otros sectores económicos vigilan mucho la posible competencia. Debe existir un límite y tope para cualquier actividad. No pueden darse licencias infinitas en un determinado sector, y restringirlas hasta el paroxismo en otros. Hay desorden y eso se deja notar en la ciudad. Desde Navidades está anunciada una visita del gobierno de Melilla al Mercado del Real, que todavía no se ha producido.

        Nota:https://elalminardemelilla.com/2013/07/15/la-caida-de-los-mercados-en-melilla/

 

 

La sombra del verano


                   

                                   El paseo de los árboles fantásticos

    Es la avenida del General Villalba, el fundador del Barrio del Real. La política de podas ha reducido los árboles a meros esqueletos. Algunos se secaron y tuvieron que talarlos. Otros están cinchados con armazones de hierro para evitar su desplome. Estos que se ven, han tardado casi dos años en volver a echar esas minúsculas ramas. Apenas un rastro verde en su troncos secos y de color ceniza.

    No dan sombra y apenas conservan un hilo de vida. Los pájaros los han abandonado y ahora buscan protección en las cornisas, en los huecos de las persianas o incluso en los condensadores de los aparatos de aire acondicionado. Los árboles ya no sirven para su principal función, que es la de dar sombra y frescor en las ciudades y ofrecer protección a las aves. Cada vez hay más insectos, pero es porque cada vez hay menos aves en las ciudades. Las podas sistemáticas destruyen su habitat y convierte en inhóspitas las aceras. Llevamos denunciando esto casi todo el tiempo del Alminar, pero con cada denuncia recrudecen su acción arboricida.

    La gente se cansa de denunciar, ya no lucha, apenas reclama. Las pocas asociaciones de vecinos que quedan son pantallas o correas de transmisión del Poder. La Consejería de Medio Ambiente solo existe como dirección de correo electrónico.

    En Melilla hace calor, la sombra del verano ya se está acercando. Mayo empieza a abrasar. Este paseo del Barrio del Real es muy transitado. Es una de las principales vías de comunicación del barrio. En una de sus aceras está el mercado municipal. Atravesar este solar requiere valor. No hay rastro de sombra. Los árboles están chamuscados. Sin embargo, esas pocas ramas, por seguir llamándolas así, serán podadas de nuevo cuando correspondan. Hemos vuelto a fotografiar todo, para luego mostrar, comparar y seguir poniendo en evidencia esta «política verde».