La «tierra firme» de Pedro Sánchez


   La Larga Marcha es el proceso de retirada estratégica de Mao Zedong y Zhu Enlai y sus «guardias rojos» a través del territorio de China, entre 1934 y 1935, tras el cual se hicieron con el control de parte del territorio chino, y que a la postre les daría el triunfo sobre los nacionalistas de Chiang Kai-Sheck.

 La Larga Marcha de Pedro Sánchez se inicia en 2016, cuando los dueños del partido, entre los que se encontraba Rodríguez Zapatero (que hoy grita airado en los mítines) dirigen una auténtica caza del hombre político contra Pedro Sánchez, al que responsabilizaban de la cosecha de los peores resultados del partido socialista en toda su historia desde la restauración de la Democracia en España. Todo está muy bien descrito en «Había partido: de las primarias a la Moncloa«, de José Félix Tezanos. El Comité Federal del PSOE liquidó a Sánchez a la vista de todos, con pucherazos, con personas escondidas tras las cortinas, con traiciones y deslealtades diversas, y fue arrojado a las tinieblas. Y allí, en un ambiente denso, pronunció su más célebre frase: «Esto no se ha acabado«, versión adaptada del «Volveré» del Terminator. Todos los que le traicionaron iban a pagarlo caro (o están fuera, o mendigan los aplausos de la derecha, como Joaquín Leguina), mientras que los que le fueron leales conforman su núcleo duro, esos en los que siempre confía, y en nadie más.

  En la historia de los partidos políticos de la presente etapa democrática, no se ha visto nada igual. Los que han caído en una conspiración, sucumbieron para siempre. Solo se perdonó a Susana Díaz, y se le ofreció un puesto en el Senado por designación Autonómica. El resto del libro presenta la cuestión de la redefinición de la socialdemocracia o la situación de la democracia en los partidos, pero sin resolverlas. El gran empecedor contra Sánchez es Tomás Gómez, en la Federación Socialista Madrileña, al que acusa de «haber tenido secuestrada a la FSM». Este libro y el Manual de Resistencia son casi el mismo, narran el mismo periodo de hechos, pero el último en primera persona.

       El Partido de Pedro Sánchez

  Durante medio año, apoyado por su familia y un grupo de leales, recorre cada federación socialista y las incorpora a su causa. Las que se le unen voluntariamente son recompensadas, las que le son esquivas, como Andalucía o Madrid serán arrasadas. No quedará ninguno de los viejos nombres. Pedro Sánchez recupera y construye un partido socialista a su imagen y semejanza, como hiciera Felipe González en Suresnes en 1974, sin sombra de traiciones, o al menos eso cree él. Lo único que hermana, incluso ideológicamente a ambos dirigentes, son las siglas. Sólo González es su alter ego en el partido, aunque le profesa un gran respeto. Todo lo demás ha cambiado, incluso las definiciones. En 2017 el apoyo popular a Sánchez era inmenso, aunque eso luego no se tradujera en una representación parlamentaria amplia. La aparición de los nuevos experimentos políticos como Podemos y Ciudadanos (ya extintos o en desintegración final), redujo la fuerza del bipartidismo clásico, que quedó muy mermado. El único que decidirá su final será él mismo, o los votos de la ciudadanía, que aunque no le sostienen lo suficiente, tampoco le disminuyen el grado de apoyo. En el presente año y en solo 2 meses, fue capaz de recuperar 1 millón de votos, con el que frenar el acceso de la ultraderecha de VOX, al gobierno de la nación. Este es su principal objetivo y así lo expresa en su más reciente libro Tierra Firme, título homónimo a una novela de la escritora Matilde Asensi. Aquí sus asesores, redactores o colaboradores, se han apuntado un tanto negativo. El título hubiese mejorado solo con la utilización de una preposición ( en, hasta, desde, por) o cualquier otra. 

Investidura fallida, expulsión del PSOE, moción de censura, la cólera y el Manual de Resistencia

 Curiosamente, porque nadie parece leer los libros de los presidentes, el Manual de Resistencia es todo menos eso. No se dan instrucciones para resistir, ni tampoco se justifica el motivo, Hay muchas dosis de suerte en su trayectoria, de «baraka». Entre el 1 y 2 de marzo de 2016, Pedro Sánchez se somete a una investidura fallida tras su acuerdo con Ciudadanos de Albert Rivera. Podemos cometerá un gran error político y auspiciará la caída de Sánchez votando «no» en la sesión de investidura. En realidad solo buscaban vengarse de Pedro Sánchez, por no haber conseguido relegar a los socialistas a la 2ª fuerza política de la izquierda. De haberse dejado formar ese gobierno, Mariano Rajoy no se habría dado una segunda oportunidad a Rajoy para prolongar su agónico gobierno, lastrado por la corrupción y la sombra de la utilización del Poder público para la persecución de personajes públicos. La aparición de VOX se hubiese retardado y su fuerza electoral mermada.

  Los 85 escaños del partido socialista en 2016 son utilizados en su contra por los conspiradores de octubre. Pedro Sánchez se ve obligado a dejar la Secretaría General, y en un arrebato de cólera renunciará a su acta de diputado. Formulará otra de sus frases célebres «No es no», y abandonará el Congreso para no verse obligado a abstenerse en la investidura de Rajoy. En solo medio año habrá reconquistado su Partido, y se convertirá en el primer presidente del gobierno que ni siquiera es diputado, y que accede al cargo por una moción de censura triunfante, la del 1 de junio. El uno siempre presente en sus grandes acontecimientos personales y políticos.

    En Tierra Firme

  Pedro Sánchez entierra firme a todos sus adversarios, tanto los internos como los externos. Casado, Leguina, Gómez, Iglesias, Rivera, habitan ahora en los círculos del infierno o del purgatorio político. Algunos más esperan engrosar esa lista, como Isabel Díaz Ayuso, a la que accederá en cuanto encuentre un candidato con el que hacerle frente en Madrid. Su línea semi histriónica, empieza a mostrar signos de debilitamioento. La gente prefiere gestión y busca a quienes sean capaces de llevarla a cabo. Lemas como «socialismo o libertad», pueden resultar eficaces, pero no se come, o vive con ellos. Aun así, el caso de Madrid es extraño.

  ¿Qué es Tierra Firme? Son las reflexiones surgidas del susto electoral de las elecciones municipales y autonómicas de Mayo, de 2023. Pedro Sánchez está acostumbrado a vivir en el mismo borde del desfiladero. A formar mayorías de gobierno imposibles, aunque ello le suponga desdecirse o rectificar sus anteriores planteamientos. Esa versatilidad crispa a sus adversarios, entre otras cosas porque no logran su descarrilamiento electoral, ni siquiera en las condiciones más adversas. Uno no debe culpar al otro de variar sus postulados o de ser imprevisible, y esa sí es una de sus principales virtudes, imprescindibles en un político. Su defecto, o el de sus asesores, es no reconocer abiertamente y con prontitud, esos cambios de postulados. Pedro Sánchez apoyó claramente la aplicación del artículo 155 tras el desafío independentista catalán, solo que ahora ha visto la necesidad de aplicar una amnistía política a todos los implicados en la irresponsable acción de Puigdemont (una declaración de independencia que duró un minuto es una charlotada), pero ya la llegará la hora de ajustar esas cuentas.

 Tierra Firme es también la declaración airada contra todas las calumnias de las que se le ha hecho objeto, y de las que sus colaboradores no son capaces de atajar, algo de lo que también se queja. Resulta sorprendente que un Presidente de Gobierno tenga tan poca defensa ante difamaciones gravísimas (traidor a España, sepulturero, asesino, gobierno Frankenstein, relaciones familiares con el narcotráfico, negocios en Marruecos, dictador, golpista, tirano, psicópata, etc). El energumenismo de los gritos en su contra en los actos institucionales es algo que debería ser evitado. No es posible que actos, incluso con la presencia del Jefe del Estado Felipe VI, se vean sometidos y condicionados por esa manifestación de zafiedad extrema. En Manuel de Resistencia manifiesta su sincera sintonía con el Monarca. España puede estar en riesgo, pero por parte de aquellos que intentar desestabilizar incluso el propio entramado constitucional. El primero que escribió sobre la necesidad de una segunda Transición fue José Mª Aznar, y no Podemos, que finalmente acabó participando alegremente del Régimen del 78.

  ¿Qué nos espera? Bronca, la hipérbole y el hipérbaton político (la alteración de los términos y significados). Todo es fascismo o comunismo, golpes de Estado y traiciones a España, la sombra de la liquidación de los Tres Poderes, aunque no sea cierto o muy discutible, o no estén tan separados. El libro es un programa político para el futuro, que se cumplirá o no, dependiendo de los resultados electorales. Tierra Firme no es el libro rojo de Mao. Leídos todos los libros, afirmamos que por lo general, el pueblo sabe muy bien lo que vota, y distingue entre unas elecciones generales, unas autonómicas, europeas o unas municipales. Los partidos suelen plantear una unidad de acción electoral, pero la gente separa perfectamente su voto. Sólo que en un mundo de listas electorales cerradas, los partidos no buscan la eficacia o la competencia personal, sino la adhesión del acólito.

En política no existe la tierra firme. Abunda el lodo fino y las arenas movedizas. En los libros, además del detalle del colchón de Rajoy, y otras anecdotas de bajo calado, no hay detalles que permitan interpretar a la persona.

SOS Melilla


              Todo empezó en 1999, cuando el corruptísimo GIL (Grupo Independiente Liberal) desembarcó en Melilla obteniendo 7402 votos y 7 diputados. Coalición por Melilla obtuvo 5833 votos y 5 escaños, el Partido Popular 5338 y otros 5 escaños. La Unión del Pueblo Melillense (UPM)  partido regionalista y siempre a la derecha de los populares obtuvo 3258 votos y 3 escaños. El Partido Independiente del todavía presidente en funciones Enrique Palacios obtuvo tres escaños y otros dos el Partido Socialista de Román Dobaños. En esas elecciones la UPM obtuvo su techo electoral. Nunca sacaron más de esa cifra, y a veces sí obtuvieron menos.

                      En una situación de desmemoria absoluta y de amnesia selectiva e intencionada, el corifeo del régimen acusa a Gloria Rojas, cabeza electoral socialista, de pretender la Presidencia de la ciudad con solo 4 diputados, cuando la UPM de Imbroda alcanzó el cargo que hoy ostenta con solo 3, en la moción de censura contra el entonces presidente Mustafá Aberchán en 2000. Todo esto parece haber sido olvidado. Ocurre que en Democracia 13 son más que 12. Así pues, la suma de esos 3 diputados upemistas, más los transfugados del PIM de Enrique Palacios, los 5 errantes del PP y los dos socialistas a los que obligaron desde Madrid a votar a Imbroda, sumaron 13 y acabaron con el gobierno efímero de Aberchán, primer presidente de origen rifeño de la ciudad de Melilla, desde 1497.

                              En marzo de 1808, el pueblo de Madrid no tuvo más remedio que amotinarse en Aranjuez, en lo que se denominó como la primera revolución española, contra el valido Manuel Godoy, al grito de «abajo Godoy y su camarilla», que se habían adueñado del la Corte y de la voluntad soberana. La Democracia moderna estableció varios mecanismos para acceder al Poder, que no fuese los motines. El principal es la votación en urna, aunque ya hemos visto de que modo puede ser adulterada. La conspiración palaciega ha sido sustituida por la democrática y también legítima, moción de censura.

                      Juan José Imbroda, todavía presidente de la Ciudad, accedió al gobierno en 1998 tras derrocar al primer presidente de Melilla Ignacio Velázquez, mediante una moción de censura, promovida, impulsada y llevada a cabo desde la UPM. De un modo democrático se acabó con un gobierno desviado y sin rumbo. El siguiente peldaño hasta la Presidencia lo alcanzaría en una segunda moción de censura, la del año 2000. De este modo, puedo afirmarse correctamente que el presidente Imbroda no alcanzó el poder máximo por una votación directa en elecciones, aunque luego sí lo haya refrendado entre 2003 y 2011 con 3 victorias electorales. En 2015 precisó de nuevo de maquinación y pacto, para alcanzar la suma de 13, que en nuestra ciudad no es maldita, sino todo lo contrario.

                     A Ignacio Velázquez se le censuró dos veces, la primera el 1 de marzo de 1997, en el Pleno que interrumpió mediante un decreto fraudulento, y la definitiva en 1998, que proclamó presidente a Enrique Palacios, que también intentó impedir una ulterior censura  de Imbroda intentando cerrar el Palacio de La Asamblea y acabó igualmente inhabilitado para cargo público. La misma pena que hoy pesa sobre Mustafá Aberchán, hasta que su condena en 1ª instancia sea revisada y probablemente anulada

                                                   Frente a los Idus

                       Los Idus romanos eran unas celebraciones que se llevaban a cabo los días 13 o 15 de cada mes. Siempre había que guardarse de ellos porque solían traer sucesos imprevistos. No es justo que se haya puesto la línea roja sobre el nombre del presidente cepemista, porque el remedio nunca puede ser igualado a la enfermedad, y el médico no es lo mismo que el paciente. Aun así, la medida de excluirlo de un pacto de gobierno resulta adecuada aunque excesiva, y permite una posterior reparación.

                  En 2000 Juan José Imbroda ya como Presidente,  no tuvo reparo o remordimiento en sentar en su consejo de gobierno a Ignacio Velázquez, al que había destituido y que ya estaba condenado por la Justicia. Dos años después tuvo que destituirlo nuevamente al ser confirmada su pena de inhabilitación (17 años), por el Tribunal Supremo. Cuando el claque del régimen se rasga las vestiduras por un posible pacto de gobierno con CPM, por la condición procesal de Aberchán, vuelve a demostrar un desconocimiento absoluto de la historia, y de cuál es el origen del poder imbrodista.

                               En Melilla hemos visto convocar un pleno urgente en 1993 (Ignacio Velázquez),  aprovechando que una concejala socialista estaba fuera de la ciudad. Hemos visto como se compraban las voluntades de 2 diputados en 1997, para provocar su salida de la mayoría del Popular y servir de apoyo a la moción de censura promovida por UPM. Hemos visto interrumpir votaciones, intentar cerrar el salón de plenos., destituir concejales desde Madrid (Román Dobaños y Malika Mohamed) y forzar pactos contra natura. Hemos visto casi todo, pero hay una realidad y es que 13 son más que 12.

                                                     Sábado 15 de junio

                          El próximo sábado no debe ocurrir nada que no sea un relevo ordenado y dictado por la aritmética parlamentaria, tras un legítimo pacto entre fuerzas políticas opuestas o en común acuerdo. El Partido Popular, con la incrustación de UPM desde el año 2000, no puede reprochar nada a nadie, tras 19 años de gobierno.

                         En aquellos años, 1997, 1998 y 2000, hubo enfrentamientos y algaradas en las inmediaciones de la Asamblea. Esperamos que este año se proteja todo el entorno de la plaza de España. Si sucede cualquier otra cosa que no sea la suma de 13 contra 12, se impide votar, se cambian la voluntad de algún diputado, alguien no llega al Pleno, o se fuerza una abstención desde Madrid, las consecuencias pueden ser imprevisibles y fulminantes para el futuro de la ciudad. Hay temor entre la ciudadanía, que recuerda vagamente todas estas cosas. Lo único posible y admisible es un relevo ordenado, y bajo mandato de las urnas.

          Cada diputado tiene idéntica representación, un 1/25 de soberanía popular. No hay lucha entre sociedades alternativas, ni Oriente contra Occidente, ni medievo contra modernidad. Hay aritmética democrática, la que llevamos aceptando desde hace 19 años. No sabemos más que nadie, solo hemos sido testigos de las cosas, y hemos escrito sobre ellas, recordamos y probamos lo que decimos.

Tiempos Nuevos


         Tiempos Nuevos fue una revista mensual de política internacional de la extinta Unión Soviética, editada en español. Me gustaba el nombre y el enfoque de la política mundial. Todo era novedoso. En la década de 1980 existía una alternativa política y económica a las relaciones internacionales. Ahora, nuestra única opción es suavizar o paralizar el desarrollo del capitalismo del desastre, como lo llama Naomi Klein.

            La formulación marxista (eliminados ya sus excesos), de la que deriva el socialismo, es una ideología del Estado, como elemento común y de protección de los ciudadanos. El liberalismo extremo que propone el capitalismo de Milton Friedman, es justo lo contrario, o sea, la reducción del Estado a los niveles mínimos e imprescindibles, y la cesión de todo el espacio a «los mercados». En una sociedad así, el individuo queda expuesto a lo que pueda obtener por sus propios recursos, casi sin amparo de ningún tipo. La concentración de la riqueza en cada vez menos manos, y el auge del imperio de las multinacionales, con poderes superiores a los de muchos Estados, y que son verdaderos «dictadores privados», no augura un futuro halagüeño, por mucho que una afirmación de Perogrullo, diga que en el siglo XXI se vive mejor que en el XII, y en este último mejor que en el I aC.

                               Los resortes del Estado

             Definir qué es un Estado no es cosa fácil, porque existe una parte visible que todos vemos y una intangible, difícil de materializar o de concretar en una descripción. Cuando un Estado, como el nuestro, se ve comprometido por la corrupción, o por intentonas secesionistas, es normal que se produzca reacciones de defensa, no siempre acertadas. Hay casos de destrucción inevitables, como Yugoslavia, en el que casi todos empujaron en direcciones opuestas, y dieron lugar a la debacle actual. Hay asaltos de la corrupción que amenazan con minarlos, como Italia o España, o que acaban con ellos, como México y Brasil, en lo que se denominan Estados fallidos, en la expresión de Noam Chomsky. Algunos otros son destruidos intencionadamente, como Iraq, Siria o Libia, para abrir nuevos territorios a los mercados.

               Hay una vieja idea que vaga por páginas y libros, en la que se dice que en algún rincón del Estado, hay siempre una luz encendida en algún despacho, en permanente estado de vela. En algún lugar acaba llegando todo lo que se escribe, dice u opina. Esto es un hecho que hemos podido comprobar en una ocasión en El Alminar. Algo aquí escrito, llegó en menos de un día al centro mismo del Estado. Esa es una de las razones por la que seguimos escribiendo, cuando casi todo aconseja dejar de hacerlo. Nosotros, en El Alminar, sí creemos en el Estado y en su defensa.

              Lo escrito es recogido por alguien, que a su vez lo comenta, y se va expandiendo, y puede llegar a generar una corriente de opinión. Siempre existe la labor de individuos aislados, que se posicionan en la defensa del Estado. Jose Luis Peñas, es el ex concejal del PP de Majadahonda que denunció la trama de la Gurtel, y que además aportó pruebas y grabaciones que permitieron desmontar la trama en la Autonomía de Madrid. Su declaración ante el juez Baltasar Garzón dio lugar a la apertura de las investigaciones en 2009. Un defensor del Estado puede surgir en cualquier lugar.

                                        La sentencia 20/ 2018

               Ángel Hurtado, presidente de la Sala 2ª de lo Penal de la Audiencia Nacional, no solo se opuso a redactar la sentencia, sino que también discrepó de varias medidas tomadas por sus compañeros, y provocó el retraso en la promulgación de la misma, lo que al final ha acabado ocasionando un daño mucho mayor, pues esta se ha emitido en el peor momento político posible. Jose Ricardo de Prada, ya sustituido, es el magistrado que empujó la redacción hacia una sentencia más dura y ejemplarizante. Así pues, podemos considerar a esto último entre el grupo de los defensores del Estado.

               En la larga (1687 páginas) fundamentada y sólida sentencia, el Tribunal sentenciador enumera un amplio catálogo de prácticas corruptas y que perforan y vulneran todos los tipos de contrataciones por parte de las Administraciones Públicas: sobreprecios, comisiones pactadas a cambio de contratos públicos y cobradas por adelantado, y fraccionamiento de contratos; un instrumento para encubrir irregularidades, en opinión de los magistrados, así como también fijan su atención sobre los contratos menores: «una irregularidad para evitar controles». En este entramando de fuga de dinero público, aparecen llamativamente las empresas de eventos, de las que analizaron 668 operaciones.

               «El dinero es un bien fungible y por tanto sustituible», dice el Tribunal, por tanto susceptible de hacerse  desaparecer de muy diversos modos. Sociedades pantalla, empresas creadas «ad hoc» sin actividad real y con objetivo meramente fiduciario. La sentencia 20/2018 es una clase magistral sobre la corrupción, en la zona limítrofe con la Administración Pública. El contrato administrativo al que se opta, bajo el amparo de la Ley de Contratos del Sector Público, está previamente acordado en la práctica corrupta puesta a la luz por la sentencia, mediante el conveniente pacto extramuros. Hay una cosa que hace observar el Tribunal, y es que ese pacto previo o posterior, no tiene porqué derivar siempre en un incremento del mismo, sino que podría suponer también la reducción de beneficios por parte del contratista o del subcontratista.  Como en toda actividad humana, la codicia está siempre presente.

         La sentencia 20/2018 establece como probada la relación personal de Correa con dirigentes del Partido Popular, así como la relación entre el Grupo Correa y el Partido Popular: «Creándose por otra parte en paralelo, un eficaz sistema de corrupción institucional a través de mecanismos de manipulación de la contratación pública central, autonómica y local a través de su estrecha y continua relación con influyentes militantes  de dicho partido que tenían posibilidades de influir en los procedimientos de toma de decisión de la contratación pública de determinados entes y organismos que dirigían o controlaban directamente o  a través de terceras personas (Comunidades Autónomas y Municipios gobernados por el PP». «Mediante el inflado de precios, se obtenían importantes cantidades a costa del erario público, para el lucro personal, o que luego se repartían entre cargos públicos designados como corruptos, bien en metálico, o en forma de regalos, tanto para ellos como para sus familias». Esto es lo que dice la sentencia.

          La Justicia, como uno de los Poderes del Estado, se ha mostrado capaz de ser útil a su defensa. En casos así, solo la Justicia puede poner freno a semejantes desmanes.

                                        La Moción de Censura

           Cada uno de los 350 diputados del Parlamento español ostenta la misma carga de soberanía y legitimidad delegada por el pueblo español. El artículo 113 de la Constitución Española regula y define el mecanismo de la moción de censura. Es por tanto una acción legítima, legal y constitucional, contra la que no se pueden poner objeciones. Solo la suma aritmética (176 diputados), decide cuando una moción de censura prospera o fracasa. La moción de censura es un modo de exigir la responsabilidad política a un gobierno en un momento determinado. A la presidencia del gobierno se puede llegar de modo directo, elecciones, o a través de una moción de censura. Leopoldo Calvo Sotelo llegó a la presidencia del gobierno en 1981, tras la dimisión de Adolfo Suárez tras un moción de censura, que no prosperó, pero que le erosionó de modo definitivo

          El 24 de mayo se publicó la sentencia de la Trama Gurtel. La opinión de que la corrupción es la carcoma que devora un Estado es generalizada. Es el principal problema del país junto con la amenaza secesionista. La sentencia confirma que la práctica corrupta está asentada en el centro mismo del Estado (vicepresidentes de gobierno, ministros, presidentes autonómicos, concejales). Tras el estado de conmoción, surge la reacción. El consenso ciudadano avala una respuesta del Congreso de Los Diputados. Tras unos días de aparente inacción, el hoy Presidente Pedro Sánchez se decide por el uso del mecanismo constitucional.

              En opinión del Alminar, se trata de un salto con red, no al vacío. El consenso ciudadano, los estados de opinión, y las consultas en el interior del Estado tejen los apoyos y acuerdos necesarios. Son fuerzas muy divergentes, y sumas imposibles de realizar de otro modo, salvo que se trate de una acción de supervivencia del Estado Constitucional Español. El gobierno está paralizado y sin capacidad de respuesta. Las amenazas: corrupción y separatismo están dentro y frente al Estado. La única posibilidad de hacerles frente es esta, una suma en la que todos ponen algo de su parte y deben ceder.

                   En contra de la opinión más extendida y divulgada, la opción de Pedro Sánchez y el apoyo de todos los partidos políticos, excepto PP y Ciudadanos; es ya la última alternativa, previa a la desintegración del Estado, bajo la corrupción y los procesos secesionistas. No es que el Partido Socialista se eche en brazos de los separatistas para auparse al Poder. Ha sido justo lo contrario, que el apoyo de todos los grupos del arco parlamentario (Podemos, nacionalistas, republicanos) le han ayudado a obtener la Presidencia del Gobierno, para regenerar la Democracia, poner freno a la corrupción y para buscar una alternativa Constitucional al proceso separatista ya en marcha.

                      Solo tienen  un año para encontrar y poner en marcha la única alternativa posible. El fantasma de Yugoslavia está cada vez más cerca, que también era un Estado corrupto. De modo imprevisible, el 1 de junio se ha abierto la posibilidad de un tiempo nuevo.