El callejón de Pandora
Esta es la última calle de Melilla, más allá del callejón de Pandora, no existe nada. Esta entrada difícilmente se entenderá fuera de nuestra ciudad, pero es que El Alminar, aunque es un blog abierto al mundo, es ante todo, un blog de Melilla. Hemos criticado hasta casi cansarnos, la política errática y sin sentido de denominación de calles en Melilla, sobre todo en La Cañada de Hidúm y en el cerro de Reina Regente. Sin embargo, como está escrito en El Quijote: no hay libro tan malo que no tenga algo bueno dentro de el, o como en el cuento, la flauta a veces suena, aunque sea por casualidad. Esta calle, justo en el final de la ciudad, y al final de la carretera de Hidúm, y casi en los límites del barrio, es la que mejor tiene puesto el nombre, porque Melilla, se asienta sobre el callejón de Pandora, en toda la extensión y profundidad de esta mítica historia.
Los Distritos 4º y 5º
No hace falta ser experto en nada, o consultar estudio sociológico alguno, para saber que en los distritos 4º y 5º de Melilla, se asienta no solo el presente de esta ciudad, sino también su futuro, sea cual sea este. No hace falta ser economista ni nada que se le asemeje, para percibir que las 2/3 partes de la pobreza y el paro de Melilla, se asientan sobre estos dos barrios: Cañada de Hidúm y Cerro de Reina Regente, más el barrio de Cabrerizas. También sabemos, que muchos de los que están diseñando o gobernando este presente, ya no estarán aquí, cuando ese futuro se abra y despliegue todas sus facetas. Es parte de la ley no escrita de Melilla: quién la hace, no la paga después.
Todo lo demás es epidérmico, me refiero a los lemas de las 4 culturas , de todo para los cuatro pueblos pero sin ellos. Mesa interconfesional y demás zarandajas de una política tan hueca como un coco, pero sabrosa, sobre todo para algunos.
La leyenda de la Caja de Pandora tiene dos versiones. La primera es que contenía todos los bienes y las buenas intenciones humanas y que al abrirse, se disiparon. Afortunadamente, el imprudente que abrió la caja, se dió cuenta y la cerró con rapidez, con lo que algo de bueno quedó dentro de ella. Esto explicaría que todavía alberguemos alguna esperanza en el ser humano. La otra versión es que contenía todos los males y todas las malas intenciones humanas, que son muchas, y que al abrirse la caja, se esparcieron todos por el mundo. Viendo el estado actual de las cosas, es difícil quedarse con una u otra versión, pero la moraleja, que los cuentos y leyandas antiguas siempre las tienen, es que en ningún caso, debe abrirse la Caja de Pandora, por si todavía contiene algo.


