Un comentario en “Mesita tuti frutti

  1. Esa era la salida al patio trasero, había una puerta desde la entrada del hospital que comunicaba con el jardín. Me encantaba, adentrarme allí, siempre tranquilo. Silencioso. Era nuestro lugar de evasión, pequeño refugio.

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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