Melilla 1983


Barriada de La Constitución

Melilla, como casi toda España, salió muy pobre del franquismo. Era un ciudad paupérrima, Rafael Ginel Cañamaque, el primer alcalde constitucional, disolvía la UCD en 1983, y se retiraba de la política. El modernismo estaba en ruinas, tras décadas de desatención. Casi toda la ciudad era de planta baja y las condiciones de los barrios y de las viviendas eran muy deficientes. Las llaves y nombres de los adjudicatarios se entregaron en marzo de 1983 y las familias empezaron a residir en el mes de junio.

La primera barriada residencial popular construida en la ciudad, para alojar a 400 familias, fue la de La Constitución. Contaba y sigue contando con una asociación de vecinos, diversos locales de negocios, y con el tiempo, se edificaría un colegio en la linde del barrio.

El único problema fue que se edificó sobre la ladera de una colina, por lo que la nivelación del terreno resultó imposible. Melilla, como Roma, está asentada sobre 7 colinas. La urbanización fue proyectada bajo el amparo de Unión de Centro Democrático y las viviendas fueron entregadas con el primer gobierno socialista, que alcanzó su primera mayoría municipal en mayo de 1983. La última etapa de los gobiernos ucedistas estuvieron dominadas por los escándalos del cemento con aluminosis. El mercado de mayoristas, que tuvo que ser derribado o los esqueletos de hormigón de los que hoy constituyen la urbanización de Minas del Rif, y que se mantuvieron en estado espectral durante una década.

En aquellos tiempos y décadas, conceptos como la accesibilidad no existían. La diferencia de altitud entre la parte baja y alta del barrio es muy notable, tanto que crean dificultades que no han sido resueltas, pese a que la barriada cumplirá ahora 40 años, casi los mismos que la Constitución a la que homenajea. Enormes desniveles, eso sí, sobre una tierra fértil, lo que hace que tenga uno de los mejores bulevares urbanos. Las rampas, las escaleras, los desniveles, e incluso trincheras sin muros siguen presentes, sin que nadie les encuentre solución.

Una de las primeras medidas llevadas a cabo por el nuevo gobierno municipal de Gonzalo Hernández fue la de retirar el nombre del Generalísimo para la avenida principal, que se mantenía incólume en 1983. Quizá fue una de las últimas capitales en retirarlo de su callejero. A las elecciones concurrieron Alianza Popular, el Partido Socialista, la Unión Melillense Independiente de Pepe Imbroda, dos listas vecinales, el Centro Democrático y Social, y el Partido Nacionalista Español de Melilla. El PSOE de Gonzalo Hernández consiguió 14 concejales, 6 AP de Eduardo Guerras y 5 concejales para la UMI. En ese año se instaló el monolito de la Constitución en el borde de la plaza de España.

El alcalde Gonzalo Hernández en Melilla


                 Primer y único alcalde socialista ( 1983-1991)

              El que fuera primer alcalde socialista desde la restauración de La Democracia en España y en Melilla, Gonzalo Hernández Martínez, ha regresado a Melilla con ocasión del XI Congreso de Juventudes Socialistas,  como invitado de honor. Fue una gran sorpresa por se el único que ya no reside en Melilla de los que fueran secretarios generales del PSOE. Pasado el tiempo y olvidadas las antiguas discrepancias políticas, resalta el hecho histórico de ser el primer y único alcalde socialista que ha tenido esta ciudad, desde la recuperación de La Democracia en 1979. Gonzalo Hernández ganó las elecciones municipales de 1983 y repitió victoria en 1987. También fue senador socialista de la V Legislatura, desde 1993  hasta el año 1996.

           Hoy, algunas de sus realizaciones como la de La Piscina Municipal, inaugurada en abril de 1990, permanecen en la ciudad de Melilla como la única instalación deportiva de este tipo. Si en Melilla no se hubiese instalado la época de «la desmemoria» y  de  «la recompensa al acólito», tenga o no méritos, es indudable que la Piscina Municipal debería llevar su nombre.

      El tiempo debería hacer olvidar viejos rencores, discrepancias de diverso signo y críticas hacia Gonzalo Hernández, que hoy resultarían absurdas, de colocarse de nuevo ante los ojos escrutadores de la hemeroteca. Al final de todo, sólo quedan o deberían quedar los hechos. Fue un reencuentro sorpresa y una acertada y aceptada invitación, por parte de la ejecutiva saliente de Juventudes Socialistas de Melilla, que hasta ayer presidía el melillense Amin Azmani.

   PD: Se ha llegado a una situación en la que a algunos, no se les perdona un error (por muchos que cometieran), y a «otros»  no se les  ve ninguno, cuando yerran casi a diario. Eso no es bueno y además constituyen un falseamiento de la realidad política y social de Melilla.

Una sola piscina Municipal en 21 años


          En abril de 1990 se inauguraba la primera y única piscina municipal de Melilla. La obra la realizó el PSOE y todavía, 21 años después, se está viviendo de esas rentas, ya muy exiguas. La natación melillense está dando hoy frutos a nivel nacional, pero los 75.000 ciudadanos de Melilla, sólo tiene esta piscina para uso deportivo, terapéutico o simplemente para aprender a nadar.

          El presente Gobierno Local, que lleva en el ejercicio desde el año 2000, nunca ha considerado el iniciar las obras para dotar a una ciudad como Melilla de una segunda piscina municipal o para crear un área recreativa de verano para los melillenses. Mientras tanto ha construido un tercer pabellón de Deportes (Baloncesto) que además será sede de la Consejería de Deportes, o a lo mejor ni siquiera eso, porque quizá, al menos nominalmente, se suprima la Consejería.

      En los últimos diez años las subvenciones al deporte se han incrementado de manera desaforada, ascendiendo a volúmenes, que prácticamente convierten a los principales equipos deportivos (futbol y baloncesto), en equipos municipales, sin embargo, muchos de sus directivos cobran como si fueran dirigentes de equipos privados. Si alguien se toma la molestia de cuantificar las subvenciones deportivas en los últimos diez años, obtendrá una cifra escalofriante. Mientras tanto, se sigue viviendo de la piscina municipal de Gonzalo Hernández, Alcalde de Melilla entre 1983 y 1991.

       La Ciudad del Futbol, en los Altos del Real es una isntalación deportiva que apenas se ha usado, porque al estar cosntruida sobre un vertedero de desechos urbanos, se ha hundido varias veces, obligando a constantes y cuantiosas reparaciones. ¿Alguien se ha molestado en saber cuál ha sido la cantidad invertida en las instalaciones deportivas menos usadas de la historias de Melilla?. El que lo haga, obtendrá otra cifra escalofriante. Mientras tanto, se sigue viviendo de la piscina municipal de Gonzalo Hernández, Alcalde de Melilla entre 1983 y 1991.