En la versión melillense del «sheriff del condado», se advertía en días pasados a los melillenses, que quienes aparquen encima de las aceras, pueden empezar a recibir en sus barrios las visitas de los coches de la Policia Local. No será en El Alminar desde donde se justifique esta bárbara e incívica práctica. Ocurre que se están instalando nuevas tuberías, se están adecuando los pasos de peatones para permitir la accesibilidad de las personas discapacitadas y casi siempre, un mal diseño de las nuevas aceras, está eliminando las ya exígüas plazas de aparcamieto existentes.
No se aparca siempre encima de las aceras porque se sea «un salvaje» o «un irredento», a veces se sitúa el coche encima de la acera, para seguir permitiendo el paso de vehículos por la ya estrecha calzada, o simplemente para conservar a salvo el espejo retrovisor lateral. El número cada vez mayor de «mastodónticos» 4×4, está eliminando la posibilidad de aparcar normalmente, porque su «elefántico» tamaño hace imposible compartir el espacio en los escasos y pequeños aparcamientos públicos existentes.
El otro día se señalaba al Barrio de La Libertad como uno en los que se ejerce la práctica de aparcar sobre las aceras. La verdad es que si se aparcase correctamente, entonces se dificultaría el trásnsito por la calzada de los vehículos. En el Barrio de La Victoria sucede otro tanto. No se puede justificar algo así, pero también es verdad que hay espacios en donde falta acera y otros en donde sobra. Un correcto diseño del espacio disponible, una señalización adecuada de las plazas de aparcamiento, optimizaría mucho la superficie para aparcar, para el tránsito de las personas. Todo esto implicaría salir de los cómodos despachos en donde están instalados los prebostes locales. Hay zonas en donde no se ha vuelto a invertir un € desde el día en que se construyeron, y eso que ya han pasado 5 décadas. Incluso en los lugares en donde todo el mundo aparca bien, la circulación es muy dificultosa.
Se derriban casas de planta baja, se unifican solares. Se levanta un edificio que multiplica por diez los habitantes de la zona y no se crea ningún aparcamiento nuevo, con lo que el problema sigue aumentando. Todas las ciudades tienen estos problemas y todas intentan resolverlo. Impedir en el Barrio de La Libertad aparcar en uno de los lados de la calle, equivaldría a dejar a cientos de coches sin lugar posible para aparcar. Si en vez de «donar» toda la superficie del llamado Patio del Cura al Obispado de Málaga, se hubiese creado una zona de aparcamiento, no existiría ahora estas dificultades. Lo mismo ocurre con el solar recalificado de la explanada de San Lorenzo, o en el pésimo parking de la plaza del Consejo de Europa (Hotel Melilla Puerto).



