A la memoria del Juez Falcone


Es el único rito público del Alminar, desde el mes de mayo de 2011, cuando iniciamos este recorrido que se extiende ya a lo largo de una década. Cada 23 de mayo se detiene toda actividad en el blog y no se escribe de ninguna otra noticia o historia. El 23 de mayo de 1992 es el día en el que fue asesinado el juez Giovani Falcone y lo dedicamos de principio a fin, a mantener viva la llama de su memoria.

Previamente consultamos el libro de conversaciones de Marcelle Padovani de con el juez de Palermo, y siempre extraemos un mensaje nuevo, un párrafo distinto, que nos llama la atención. Nada fue planificado previamente, pero al surgir el blog en los primeros días del mes, nos dio tiempo para dedicarle ese día de conmemoración y así podemos decir que su memoria, su nombre, nos acompaña casi desde el primer día, y lo hará hasta el final. Es un rito, y como tal debe ser respetado. No es fácil, porque siempre surgen cosas de las que escribir y a veces la realidad está llena de acontecimientos. Sin embargo, no podemos ni debemos faltar a esa cita.

Existe el crimen organizado, y el crimen se organiza contra el Estado. Esta es una realidad innegable, que corre paralela a la actividad estatal. Como decía el propio Falcone: «No deja de ser curioso que en cuanto se comente un crimen grave, o cada vez que el orden público tiene una actuación desastrosa, se deposite en el parlamento, apenas transcurrida una hora, un proyecto de ley encaminado a acrecentar la represión, pero que corre el riesgo de regresar bien pronto a los buenos y malos hábitos, tan pronto como la situación se calme». Vivimos la cultura del momento, la del instante. Pasado un tiempo todo queda en el olvido y en la misma situación anterior.

¿Murió Monstesquieu, como dijera Alfonso Guerra, o en realidad, su idea era una utopía? La separación de poderes existe en la democracias, pero también la Justicia está muy influenciada por el Poder Político, que a su vez es Ejecutivo y Legislativo ¿Cuál es el camino a seguir?

Gianni Falcone lo expresaba claramente: De nada sirven las leyes si no van acompañadas de una sólida voluntad política; y esta no nacerá mientras todo el país no sienta la necesidad de combatir el crimen organizado (corrupción). El marco y las estructuras existen, sobradamente; solo falta ponerlos en marcha con unos hombres profesionalmente competentes. Siempre que digo esto, mis interlocutores ponen los ojos en blanco, como si yo estuviera diciendo majaderías o blasfemando.

Falta una cultura de servidores del Estado, jueces y juezas, desligados de las tentaciones políticas y equidistantes con la sociedad. La sociedades son cada vez más complejas, aparecen problemas en los que antes ni siquiera se había pensado, como los malos tratos y el feminicidio, y la falta de formación de la Justicia es notoria. Los ciudadanos sienten que están desasistidos, no solo en estos temas, sino también en el de la corrupción a gran escala, y en el ámbito de la gestión pública. El 29 de julio, poco más de dos meses después, sería asesinado su amigo y también juez, Paolo Borsellino.

Giovanni Falcone


              «Hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y… compañeros de partido». Giulio Andreotti

       Yo no soy Robin de los Bosques, no soy tampoco un kamikaze; ni mucho menos un fraile trapense. Soy, simplemente , un servidor del Estado en tierra de infieles¹.  Cada 23 de mayo, desde el año 2011, el tiempo se detiene en El Alminar, para dedicarlo al recuerdo de Giovanni Falcone, juez antimafia en Palermo, asesinado el 23 de mayo de 1992, junto a la salida de Capaci, en la autovía de Palermo. El misterio nunca resuelto es que solo una pocas personas, quizá menos de 5, conocían los desplazamientos de Gianni Falcone, uno era siempre Giulio Andreotti, presidente del Gobierno de Italia y uno de los personajes más impenetrables de la política europea.

                 Pese a todo, él estaba convencido de que tarde o temprano su deuda con la mafia solo se saldaría con su muerte. Su amigo y también juez, Paolo Borsellino fue asesinado apenas dos meses después, cuando acudía a visitar a su madre en la ciudad de Palermo.

                «Y lo que nosotros no podemos ni debemos hacer, es no querer darnos cuenta de hasta qué punto nos hemos habituado a tratar esta tendencia con indiferencia, a considerar como normales prácticas de apropiación que se están convirtiendo, un poco por todas partes, en cada vez más corrientes»².

                La actividad mafiosa, la acción corrupta es el reverso del Estado y de la Ley como concepto máximo. Nadie cree corromperse  cuando ayuda de manera ilícita y sin embargo lo hace. Y es en ese lado del reverso humano en donde la actividad mafiosa se asienta cómodamente, creando esa moral paralela que parece absolver siempre al correligionario, y condenar de manera implacable al adversario.

                 Es una obligación del Alminar hacer este receso anual, para detenernos en la memoria y el nombre de Giovanni Falcone. Es un rito que debe cumplirse, para recordar que existe una vía alternativa para el Estado, para la sociedad, para la política. Nunca hay que rendirse a las tinieblas. La luz, por débil que sea, siempre indica el camino. Son solo 24 horas al año, pero suficiente para mantener vivo el recuerdo, mientras sigamos aquí.

 Notas: 1 y 2. Giovanni Falcone, Marcelle Padovani. https://elpais.com/internacional/2013/05/10/actualidad/1368210149_944865.html