La losa hundida


 

 

                               Nunca se puede pretender haber dicho la última palabra. Toda acción y descubrimiento será rebasada  por otra posterior. Si un día descubrimos un bache o socavón, con el que creemos haber tocado fondo, al día siguiente surgirá otro inesperado, que se colocará al frente de la nueva categoría. La  gloria, aunque sea la de la entropía, es efímera. En Melilla ha proliferado el cemento. Los adoquines resultaban peligrosos, ya que al desgastarse formaban una capa muy deslizante, enemiga de la frenada. El asafalto, más caro de mantener, ha ido perdiendo terreno. Sin embargo,  este tipo de pavimento era conocido como «firme». En Melilla, firme ya no es nada. Todo se desmorona. Las losas de hormigón se fracturan, o hunde por algún punto. En los últimos años ha proliferado este tipo de pavimento, porque es más barato y más rápido de colocar. Los resultados ya se están viendo.  Esta losa fracturada, socavón, bache o como quiera llamarse, se encuentra en la calle del Cuerpo Nacional de Policía, en la intersección con la de Andrés Pimentel. La  ciudad se hunde, como Venecia.

                   Nota: https://elalminardemelilla.com/2014/04/25/baches-y-socavones/

Baches y socavones


         El bache es un hoyo  en el pavimento de calles, carreteras o caminos, producido por el uso u otras causas, según el diccionario de la Real Academia (RAE). El socavón es el hundimiento del suelo producido por una oquedad subterránea. El pavimento de Melilla es ondulante.  Los coches oscilan sobre él como los trenes de cercanías, que registraban cualquier ondulación del terreno. Un mismo tramo de calle se puede componer de varios tipos de pavimento distintos (adoquines, cemento y asfalto). Al haber fracturado el pavimento para instalar las nuevas tuberías de conducción de agua, se han provocado todo tipo de desniveles.

           En donde en principio existía asfalto se rellenó luego con cemento, y en dónde había cemento se volvió a insertar el mismo material, pero como parches o remiendos. El resultado es un mosaico con ranuras por donde penetra el agua. Los distintos materiales y capas con niveles de resistencia y antigüedad diferentes hace que se produzcan ambos tipos de hoyos, esto es: baches y socavones. En esta ocasión hemos registrado los más grandes, aquellos en los que el hundimiento del suelo resulta peligroso y también dañino para amortiguadores y ruedas.