Barcos de Armas


    Restaurar la conexión con Almería

   Las preguntas sobre el mejor contrato de la historia marítima de Melilla, siguen aumentando,  pese al silencio de todas las partes implicadas en su confección.  Es indudablemente el mejor contrato posible para las navieras, que también callan.

  En completo silencio,  sin la alerta de una nota de prensa, la naviera Armas ha mejorado su doble e insuficiente oferta (3 días con Almería y 3 con Motril), sustituyendo al envejecido buque Volcán de  Timanfaya, por el de Tamadaba, apenas de dos años menos, pero que lo sitúa por debajo del límite de los 20 años de antigüedad.

   El contrato marítimo del Ministerio de Transportes y comunicaciones estableció un decisión salomónica, dotando a cada línea marítima con 10 millones de euros, un número básico de frecuencias, y dejando en libertad a las navieras para decidir las cuestiones técnicas y logísticas.  El siempre cuestionable «salomonismo» podría haber  equiparado las conexiones de Málaga y Almería, exigiendo las 6 frecuencias mínimas,  y cubriendo siempre los fines de semanas.  También se podría haber exigido que el día libre de comunicaciones,  si es que es necesario,  no fuese coincidente en ambas navieras.  Sigue siendo incomprensible que el sábado sea un día inhábil para el transporte marítimo,  existiendo 3 trayectos posibles, y que un ciudad como Melillla esté cerrada por vía marítima, a lo largo de 32 horas (desde las 23h 59′ del viernes,  hasta las 08h 00 del domingo), sobre 3 trayectos posibles, incluyendo el de Motril.

   En días pasados,  un ciudadano nos abordó en la calle para contarnos vicisitudes de la conexión alterada con Almería,  que está impidiendo que jóvenes almerienses  vengan aquí a estudiar,  por la imposibilidad de regresar a sus domicilios familiares en fin de semana,  así como también está impidiendo la conciliación familiar de los soldados y militares profesionales,  que pueden plantearse el seguir en nuestra ciudad. Incluso nos comentó el caso de médicos jóvenes,  que habían descartado la opción melillense,  por el mismo motivo.

  ¿Nadie pensó en estas variables,  en la Comisión de Transportes? ¿Hay expertos en estas materias en esas comisiones? Motril no tiene estación marítima y el embarque se realiza desde la explanada del puerto. Además esta situado a 90 kms. de Málaga, 110 de Almería y 65 de Granada,  por lo que resulta una opción alternativa  a las dos básicas. Pero no es equiparable a Almería.

  En medio de esta cuestión sin respuesta, todavía,  se registra la intervención de la Delegada del Gobierno Sabrina Moh, en el sentido de revisar esta anomalía. Al menos resulta loable ese posible intento de rectificación,  o mejora, aunque no sea reconocido como tal. Pero hubo que haberlo evitado desde el principio.

   En la presentación del nuevo contrato se dijo que en fechas espaciales se reforzarían las conexiones, pero estamos en Ramadán,  llega la Semana Santa, la Africana, y ningún naviera ha dado señales de alerta. Ni siquiera un barco por trayecto y día.  Eso es un contrato de mínimos. En caso de necesidad,  lo más recurrente es el barco.

   Hoy llegaba a puerto la patrullera de altura Audaz, de La Armada española, y ofrecía una señal clara. Lo que se necesita es audacia.

 

El barco compartido de Armas


Aventuras de Navidad en el buque Volcán de Timanfaya

Trasmediterránea fue vendida al grupo de construcciones Acciona, que a su vez la mal vendió a la naviera Armas, que tampoco tenía dinero físico para comprarla, lo que incrementó su deuda. Armas todavía existe porque consiguió un aplazamiento de su voluminosa deuda, de los que 50 millones de euros son reclamados por Acciona infraestructuras. La situación de las navieras del Estrecho es catastrófica, a pesar de las voluminosas ayudas obtenidas del Estado, por la declaración de interés público de las líneas de comunicaciones entre Melilla y los puertos peninsulares. Los años pandémicos y la suspensión de las comunicaciones agravaron una situación económica imposible de revertir.

Naviera Armas volvió a la línea entre Melilla y Almería con su antaño buque estrella, el Volcán de Timanfaya, pero con solo tres trayectos semanales, ya que el buque está compartido con la ciudad argelina de Ghazaouet. Cada vez que el barco regresa del trayecto con Argelia, lo hace prácticamente desmantelado. En el trayecto del pasado día 23 entre Melilla y Almería, en el buque no quedaba nada. No funcionaban las bombas de vacío de los aseos en toda la banda de estribor, ni había agua en muchos de los 50 camarotes. No había toallas, faltaba ropa de cama, tapas de los aseos, e incluso las cortinas de las ventanas y duchas. Los melillenses estamos acostumbrados a cualquier tipo de circunstancias, pero la acumulación de todas ellas produjo cierto asombro entre el pasaje.

Ninguna queja con respecto a la tripulación que intentaba capear el temporal de reclamaciones, sobre una mar completamente en calma. Neptuno se apiadó de tripulantes y viajeros y no quiso añadir ninguna calamidad nueva a una situación difícil. No se ha movido una sola ola en toda esta semana. La situación mejoró algo en el viaje de regreso, al menos daban colchas y toallas y habían recuperado la bomba de vacío rota. De todo se encargan los tripulantes, que ofrecían las cartas de reclamaciones a todos los que quisieran plasmar en ellas sus desventuras. Otra pasajera, con experiencia en la atención al público, aconsejaba no hacerlo, dado el paupérrimo caso que suele hacerse a este tipo de reclamaciones. No había pues opciones. El buque tenía rumbo, estaba gobernado, pero en situación de deriva completa.

Para mayor inquietud y en el punto intermedio del viaje, se apoderó del buque una espesa niebla que impedía ver más allá de las propias barandillas. Parecía un viaje en el tiempo, y podríamos haber aparecido en la Almería del siglo XV o en la del XVIII. Las reclamaciones no sirven porque no hay organismo, institución o entidad que las atienda.

La tripulación escasa y desanimada, atendió con eficacia y amabilidad al estupefacto pasaje. Nunca se había visto nada peor, o quizá sí, pues ya son muchos viajes y la memoria no abarca todo. Balearia la naviera vinculada a la familia Matutes, perteneciente desde el año pasado al grupo empresarial de Adolfo Utor, está ganando la apuesta, pero por desestimiento de la competencia. La situación mejoró en el viaje de regreso, pero la naviera Armas/Trasmediterránea está en situación límite.

Ahora sí acabamos el año. Feliz Año 2023 a todos los/as lectores que nos siguen acompañando, y a los/as comentaristas, y a toda la comunidad alminarense.