Llega a Melilla el trabajador de la Reforma Laboral del PP
Por la calle Álvaro de Bazán se suele pasar rápido, más en este tramo, para que no te pille el corte del semáforo. A primera vista parece un trabajador normal, que da paso o aconseja desviarse a la derecha, para evitar la carga y descarga de materiales del edificio en construcción. Una visión más reposada, si se va desacelerando porque el semáforo ya está en rojo, permite comprobar que no es un trabajador, sino un muñeco a pilas o alimentado con energía solar. En la península, sobre todo en las autovías, es muy normal y habitual verlos, sin embargo, en Melilla ha aparecido hace apenas una semana, por este motivo, le llamo el trabajador de Mariano Rajoy, o el de la reforma laboral del PP.
Las ventajas son evidentes. El coste laboral es cero, el número de horas de trabajo que puede desempeñar no tiene límites, y sus derechos laborales no existen. Es el sueño de cualquier empresario español, de la nueva Confederación de Empresarios. Podríamos aceoptar que era obligado reformar todo, el acabar con los derroeches, el racionalizar los recursos, el adaptarse a las nuevas circunstancias económicas mundiales.
Lo que no puede admitirse o disculparse, es que se haya mentido tanto, que se haya engañado a gran parte del electorado, con el único fin de ganar unas elecciones. Es inadmisible que el entonces candidato Mariano Rajoy dijera en el debate televisado de noviembre: «No se confuda señor Rubalcaba, no piense que todos somos como Vds. Yo no haré nada que no figure en mi programa»; y que seis meses depués diga lo siguiente: «Si tengo que hacer algo que dije que no iba a hacer, lo hago y ya está».
¡Para qué decir nada más!

Me gustaría saber cuànto ha costado ese muñeco…inútil. Con una señal vertical tirábamos, total para como está el tráfico, nos va a despistar más que otra cosa. ¡Ay, qué divertido es gastares la pasta en bobaditas, sobre todo si no es el propio!
Seguro que es coste casi cero, como el Día de Melilla en Flor. O lo habrán regalado con el «pack de reforma laboral».
Un pequeño inciso. El coste del muñeco será cosa de esa empresa privada que construye esas casas, ¿no? El dinero si es suyo propio… o será de los que compren las casas.
Otra cosa es la legalidad o la conveniencia del muñecote, pero creo que en esta ocasión los gobernantes nada tienen que ver.
El muñeco no me causa ningún trastorno. Ironizo sobre «el falso Rajoy» y lo que dijo que nunca iba a hacer. Ha quedado como un político embustero, mucho antes de lo que él mismo pensaba. La vida es así. Presumes de algo y acabarás mordiendo el polvo.
al final es buena la reforma jejeje