Y sus discípulos melillenses
Iosiv Vissarionovich Djugashvili, también conocido como Beso, o incluso como Stalin (acero), el hombre al que nadie llamaba por su nombre, porque todos le llamaban «camarada Stalin», fue un depurador de..fotografías. Creo que fue el primero en el mundo en darse cuenta de que la historia podía manipularse abiertamente, incluso fue pionero en la depuración fotográfica. No bastaba con eliminar al adversario, sino que además debía borrarse todo rastro de su recuerdo, incluso en libros oficiales. Stalin murió, pero sus métodos depurativos quedaron intectos, incluso fueron perfeccionados. Un insigne melillense, el más insigne de todos, Fernando Arrabal, ha sido borrado de cualquier díptico promocional, por haber apoyado abiertamente el regreso político y físico de Ignacio Velázquez. Ocurre que Fernando Arrabal es más grande que todos, es un inmortal. Su nombre y su obra permanecerá, cuando absolutamente todos los hombres del presente ya no sean recordados por nadie.
La actividades de Stalin, su obsesión por la manipulación de la historia, fueron denunciadas por George Orwell en 1984 y en Granja Animal. Modificaba la historia a su antojo, tanto, que inició el borrado de personajes de las fotografías, un técnica algo burda en aquellos años, década de 1930, pero que abría una puerta nueva a la falsificación de la historia. El adversario político era hecho desaparecer de cualquier lugar, libro, placa o recuerdo. Sus técnicas manipuladoras, eran toscas. No podemos imaginar lo que hubiese podido hacer si pudiera haber contado con las técnicas actuales. Lo que no se comprende es que con los modernísimos programas de retocado de fotografías, se recurra, en el año 2012, al burdo y tosco tijeretazo. Mal está hacerlo, pero mucho peor es hacerlo mal.
En 1938, quedarse con una fotografía original de Stalin paseando junto Nikolai Yezhov junto al río Moscova podía constituir un riesgo, sobre todo, cuando se había dado la orden de destruir todas las fotografías anteriores. En 2012 no tiene sentido alguno, sobre todo porque siempre hay alguien que tiene el libro anterior, el actual, y está dispuesto a mostralo en cuanto se lo pidan, como es el caso.
La tosquedad del asunto es de tal calibre, que demanda o exige una dimisión inmediata. No se puede seguir al frente de la Cultura de Melilla, después de haber consentido, ordenado o autorizado algo así. Además está la parte con más calado, la impresión o edición de 4000 libros, que nadie ha visto, que no están en Melilla y todo por la módica cantidad de 70.000€ . Hay motivos para dudar de todo, incluso de que se hallan editado esos 4000 ejemplares. Hay que explicar todo, hasta el más mínimo detalle, y responder hasta la última pregunta. Luego que cada cual actúe en consecuencia.
Relato de los hechos
En 1997, con ocasión de los actos de conmemoración del V Centerario de la Conquista de Melilla, se recibe en la ciudad a una delegación de judios melillenses afincados en Israel. Devolvían la visita que un año antes, 1996, se había realizado a la ciudad de Jerusalem, en donde se funda la Casa de Melilla, editándose en libro conmemorativo en 1998. El Presidente era en aquel entonces Ignacio Velázquez Rivera (1991-1998).
Diez años después se repite la visita a Jerusalem, en ese momento el presidente es ya Juan José Imbroda. Se siguen los pasos marcados anteriormente y se reedita otro libro conmemorativo, pero en vez de hacer uno nuevo, recordando las dos visitas, se procede a hacer fusilería del texto anterior. Se recortan algunas fotos, se hacen desaparecer otras y se incluyen fotografías nuevas. La nueva edición de 2008 consta de 4000 ejemplares, de los cuales, no hay ni uno solo en biblioteca alguna de Melilla. Se hace desaparecer de la historia al anterior Presidente de Melilla.