Tras el umbral del Patio del Cura


Historia de un abandono de 30 años

El fuerte y las faldas de Camellos. La Remonta y sus espaldas. La estación de Radio Melilla, desde la que se retransmitió el bando de guerra en 1936. Todo eso sucedió en esta zona y sus inmediaciones. Las edificaciones de viviendas, el Hospital Comarcal, la iglesia de Santa Mª Micaela, y la creación del propio barrio de la Victoria, cambiaron ese pasado. Pero las historias siempre buscan su final y salir del olvido.

Habíamos entrado allí, y recorrido su superficie en 2009, antes de que existiera este blog. Guardamos las fotografías y seguimos en otras cuestiones. Eran tiempos muy convulsos y del Patio del Cura no se ocupaba nadie. El Estado lo transfirió a la Ciudad de Melilla en 1996. La Ciudad Autónoma se lo regaló al Obispado de Málaga en 1999, solo tres años después, sin ni siquiera haber intentado buscarle una utilidad. En 2023 el Obispado lo devolvió a Melilla, incapaz de recuperarlo o destinarlo a algún fin que no fuesen las clases de catequesis. Desde hace al menos dos décadas lo utiliza la Banda del Cautivo, como almacén y local de ensayo. También se usa como zona de verbenas de las comunidades parroquiales. A lo largo de todos estos años, y desde la publicación del artículo en El Alminar en 2011, hemos estado allí en escasas ocasiones, pero sin traspasar el umbral del patio. El edificio solía estar cerrado, y solo se usaban las aulas de la planta baja, para las catequesis y alguna celebración navideña.

Algunas habitaciones con colores raros, restos de actividades pasadas y la pintura fantasmal del pasillo, recuerdan a Silent Hill. Allí hubo vida y uso, como los restos de un belén,  algunos libros o la presencia de objetos varios desperdigados, sin conexión aparente.

Son 30 años de abandono documentado (1996) o de infrautilización. El edifico fue levantado en la década de 1960. Tuvo uso como instalación deportiva del Instituto Nacional de Deportes, y así lo prueba la abandonada pista de baloncesto y fútbol. También fue escuela de enseñanzas artísticas e incluso residencia. Pero de todo eso desapareció la memoria. No queda nada en ningún lado.

A pesar del largo tiempo de abandono, y del transcurrido desde su construcción, el edificio presenta un aspecto bastante bueno. No hay grietas en los muros, no se han levantado los suelos, los marcos de las ventanas resisten bien, y solo presenta humedades en techos y paredes de algunas habitaciones. Hace falta un proyecto para darle uso. Puede ser hasta residencia del párroco de la iglesia de Santa Mª Micaela, a la que pertenece, aunque todo esto precisa ser estudiado. Biblioteca de barrio, punto Wifi, sede de organizaciones y asociaciones. Hay muchos usos posibles, además del de zona deportiva y de esparcimiento. Cuenta con unos frondosos eucaliptos y unas vistas inmejorables de Melilla la Vieja y el macizo del Gurugú. La instalación  cuenta con aseos, duchas, cocina y algo de mobiliario, aunque antiguo.

  La ventaja es que no precisa de una reforma milmillonaria, y su puesta en utilidad pública podría ser casi inmediata, al menos en alguno de sus usos, como el residencial.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2011/09/26/el-extrano-caso-del-patio-del-cura-2/

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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