Tras podar, talar


              Tenemos ya que usar los verbos en el modo infinitivo. Tantas son las entradas sobre podas que hemos escrito y elaborado a lo largo de casi ocho años de existencia del Alminar. Son mas de 30 artículos sobre podas, talas y maneras de podar, que es difícil no repetir los títulos. La entrada más antigua sobre una poda escrita en el blog data del año 2012.

               El tocón es la parte del tronco de un árbol que queda unida a la raíz cuando lo cortan por el pie. Melilla se está llenando de tocones, por todos lados, en cualquier calle. El tipo de poda que se realiza en nuestra ciudad, constante, devastadora, sistemática, sin respetar estaciones, sin tener en cuenta la situación del árbol, aniquilando ramas principales, secundarias o todo lo que sobresalga, acaban secando los troncos. Los árboles se convierten en esqueletos, en naturalezas muertas.

                 Esto ha ocurrido con la totalidad de los árboles de la calle Luis de Ostariz, en la acera colindante con el hospital universitario. Se podaban cada dos años, daba igual que se hubiesen recuperado o no. Con mucho esfuerzo por parte del árbol, volvían a florecer algunas débiles ramas, o un tímido intento de vegetación. Daba igual su estado, a los dos años les volvía a caer la poda encima. En febrero de 2016 advertimos sobre la situación límites de esta hilera de árboles, y los definimos como «los árboles fantasmas».

                 La mayoría de ellos ya no son nada. Están siendo talados desde ayer. La vida se resiste a desaparecer. Los árboles lucharon hasta el último momento por sobrevivir y seguir en su lugar, en donde llevaban décadas, pese a las podas sin contemplaciones. Antes de ser definitivamente talados, fueron objeto de una última poda. Acción absurda para este lamentable final. No quedará ni siquiera el tocón. Se cubre el alcorque para luego plantar un árbol ornamental que no moleste y sugiera una apariencia de vegetación.

                 Nota:https://elalminardemelilla.com/2016/02/12/podar-sobre-podado/

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Podar sobre el árbol podado


 La avenida de los árboles fantasmas

    ¿Qué hay que podar aquí?. Esta es la calle de Luis de Ostariz, frente al antiguo cuartel de Ingenieros, y sobre el paralizado Hospital Universitario de Melilla, la gran labor de la última legislatura de la derecha popular.

      En Melilla hay árboles que no superan las podas devastadoras a los que los someten y se convierten en esqueletos. Este es el caso de este grupo de árboles, podados hace más de un año y de los que ninguno consiguió recuperar su ramaje. Son árboles secos y muertos. Apenas en uno hay cuatro hojas y une rama que ha conseguido abrirse paso. Hay muchos árboles en la ciudad que ya no se recuperan, muchos lugares que pierden su sombra para siempre. En esta ciudad se podan ramas, de devastan troncos y lo que haga falta. Los cinamomos de la avenida de Los Donantes de Sangre, que acababan de soltar sus hojas en otoño, han vuelto a ser reducidos al esqueleto. Con podas así los troncos se secan, y luego se parten y caen en los días de fuertes vientos.

      Aquí ya no hay nada que podar, sin embargo, la poda está anunciada para el día de hoy. Lo que hubiera algún día ya no existe. Un árbol es muy difícil de reconocer por el tronco. Si esto era alguna especia conocida, ya no hay quien lo recuerde. Poco más hay que decir. Solo ver las imágenes y contemplar el desastre medioambiental, al que está sometida la ciudad. Convierten la vegetación en maleza.