Lo que todavía queda


             Todo desaparece en Melilla. Lo viejo lo tiran y lo nuevo también se cae. En los últimos meses se están desprendiendo recubrimientos de fachadas por toda la ciudad. La antigüedad de las casas es casi lo de menos. A veces aguanta más lo antiguo que lo nuevo, salvo que lo tiren. Esta casa es un ejemplo de la desidia en la gestión que asola la ciudad. Hace dos o tres años una casa próxima, en la calle Miguel Zazo,  se encontraba en construcción. La pluma de la grúa estaba mal montada y se cayó sobre el tejado de ésta, que también hace esquina con la calle General Buceta. Jamás se reparó nada. Es más, da la sensación de que la situación se aprovechó para iniciar el lento, seguro finalmente lucrativo camino hacia la ruina.

           Me he fijado muchas veces en esta casa. Creo que es la última con tejas en el centro de la ciudad. Sin embargo, lo que más destaca es el voladizo de madera y su bonito artesonado. Todo está ya roto y parcialmente desprendido. Son solo ruinas, como casi todo, que veremos por muy poco tiempo más. Hace ya tiempo que no vive allí ningún vecino. En la zona se venden casas completas.

La gestión de las ruinas


 

                            Un derribo tras otro, hasta la ruina final

      Con el desmontaje de marcos de ventanas, rejas de los balcones, cristales y otros elementos interiores, se ha iniciado lo que parece ser  el próximo derribo de un inmueble modernista, el situado sobre la calle del General Marina. Cuando todo esté desmantelado, y en un fin de semana, cuando el corte de tráfico no cause excesivos problemas, las máquinas demoledoras acabarán con un edificio modernista más. Todo llega demasiado lejos en Melilla. La Administración actúa tarde y mal, y ya no puede evitar el derribo. El expediente de ruina técnica se impone sobre cualquier otra actuación.

     Mientras este emblemático perfil se encamina hacia la desaparición, otro edificio languidece y se deteriora a la vista de todos. Es el inmueble de Correos, que decidió abandonar el anterior gobierno de La Nación. La Administración abandonó un inmueble propio, sin ni siquiera reformarlo, para pasar a pagar un oneroso alquiler en la calle Marqués de Montemar. Es una de las muchas acciones incomprensibles que han llevado a este país a la quiebra económica. Los derroches, lo gastos innecesarios no disminuyen, y la única receta que se le ocurre a los gestores políticos, es la de reducir los sueldos, empobrecer a la población, situar a los pensionistas en la senda de la pobreza, recortar prestaciones sociales, hacer pagar las recetas a la ciudadanía y engrasar la máquina de los despidos. Cualquier cosa antes que recortarse cualquiera de sus privilegios y  de sus  elevados e injustificados sueldos.

            Mientras se inicia la demolición de un edificio, al que seguirán otras decenas, otro se deteriora a la vista de todos (Correos) y sigue sin uso, mientras continúa paralizado el Centro Tecnológico. Es la gestión de las ruinas.

¿El siguiente en caer?


 

             La propaganda dice que somos una ciudad modernista, que existe un triángulo de oro de edificios modernistas, protegido por al menos dos «Reales Decretos». La realidad es que se deteriora y cae todo, en cualquier punto de la ciudad, da igual que pertenezca al triángulo, al cuadrado o al círculo sin retorno.

               El nuevo Plan General de Ordenación Urbana está al caer, sobre la ciudad, con su oleada de recalificaciones, de ensanches, de nuevas zonas habitables, de aumentos de edificabilidad. en definitiva; negocios, especulación y multiplicación del valor.

                  Este edificio de la calle Aizpuru parece el siguiente destinado a caer, o ser derribado. Los balcones tienen profundas grietas, incluso la línea de la verticalidad está perdida. El empuje hacia afuera de los balcones,  es muy evidente. La estructura parece totalmente perdida y arruinada. Caerá como casi todo. La Administración sigue llegando tarde a este tipo de casos.

          Nota: Hace casi dos años que nos llevamos ocupando de ruina de los edificios en Melilla, de mostrarla.

   https://elalminardemelilla.com/2011/06/29/diferentes-grados-de-ruina-de-un-edificio-en-melilla/

La avenida, en ruinas, de Castelar


     

             Paseando entre las ruinas de una avenida

     El aspecto de la avenida de Castelar es desolador y eso que se trata de una de las avenidas  emblemáticas del centro de Melilla. Hay edificios modernistas importantes, algún comercio y sobre todo, es una calle emblemática de «la ruta melillense  de las tapas». Esto quiere decir que cualquier hipotético turista que se acerque a Melilla, puede de una manera u otra acabar en esta calle. No solo los turistas, si un familiar viene a la ciudad y se le quiere invitar a disfrutar de nuestra gastronomía tradicional, hay que hacer una visita casi obligada a esta avenida.

            Hay comercios y establecimientos nuevos que se han establecido allí, pero el entorno ruinoso no ayuda mucho. El aspecto general de esta calle emblemática, que en el pasado tuvo fiestas propias, no invita a detenerse en ella mucho tiempo. Hay algunos callejones laterales, que suben hacia Ataque Seco, cuyo aspecto es más propio de un acceso al averno, que el de una calle del centro de la ciudad. En cualquier momento uno espera la aparición en ellos del can cerbero, el guardián de los abismos infernales.

         Edificios cerrados de los que no se sabe qué suerte esperan, si el derribo o la rehabilitación. Solares absolutamente cochambrosos y en estado vergonzante. Ruinas que se mantienen en pie y que anteriormente fueron edificios, ofrecen tanto al ciudadano como al posible visitante, una apariencia de desidia absoluta y de total falta de gestión.

     Se pueden argüir todas las disculpas que se quieran, tales como la obligatoriedad de respetar los plazos legales, la dificultad de los procesos sancionadores, la complejidad de señalar a los propietarios de los inmuebles, o incluso la renuencia de éstos a acometer cualquier reparación o reforma. Todo es admisible y comprensible, menos el estado general que ofrece esta avenida, a cualquiera que pasee por ella. Las imágenes, que son una selección, muestran años de una gestión ineficaz, o que no ha dado los frutos que se pretendían.

    Hasta la Virgen de La Soledad, que descendía en el pasado por uno de esos callejones, dejó de hacerlo hace unos años, por la inseguridad creciente del lugar.

Diferentes grados de ruina de un edificio en Melilla


 

       Post nº 100   

         Ruina absoluta en la calle Lope de Vega

      Gracias a la colaboración de un amigo arquitecto, puedo hoy ofrecer a «la comunidad del Alminar de Melilla», una  descripción pormenorizada y exacta de qué es la ruina de un edificio, y cuáles son sus diferentes grados. Este en concreto, de la calle Lope de Vega, está en un grado de ruina absoluta, aunque da la impresión de que se ha ayudado algo a ese estado, porque nunca he visto una forma tan extraña de derrumbarse un edificio.

         Hace años, el  Cardenal Paul Casimir Marcinkus ( 1922-2006) al ser preguntado por el «insólito estado» de las finanzas de La Iglesia respondió que: «La voluntad de Dios es la que es, pero a veces hay que estimularla». La reflexión encaja pefectamente con esta de que : «La ruina es la que es, pero a veces hay que fomentarla». En este caso, albergo dudas sobre este  extraño e intenso grado de ruina, al que califico de absoluta y que excede, con mucho, la académica descripción de la ruina edificable que me proporciona mi amigo Javier Herrera, Decano del Colegio de Arquitectos de Melilla, y que por su interés transcribo literalmente:

     1)_ La Ruina Economica es cuando el coste de las reparaciones necesarias para dejar el edificio en condiciones de habitabilidad originales, supera el 50% del valor de reposición, (lo que costaría hacer este edificio nuevo hoy),,, en estos conceptos se justifican todos los expolios interesados.

      2)_ La Ruina Técnica  es un concepto más que un número,,, Pues lo que viene a decir es que ,independientemente de la ruina economica, si algún elemento fundamental de la estructura ( en este campo de fundamental entra toda la jurisprudencia del mundo y algunas ordenanzas intentan fijarlo en porcentajes) está ruinoso o ha perdido su capacidad portante,,, se puede considerar que el edificio está en ruina técnica. y por lo tanto exonera al propietario del deber de conservar,, ya que la reparación de tal elemento supera dicho concepto de mantenimiento o conservación.

 3)-  La Ruina inminente , es fácil de deducir, que es aquella que exige el desalojo inmediato de los ocupantes y el apuntalamiento integral del edificio.

         Visto este edificio yo añadiría el estado, fuera de categoría, de:

4)_ Ruina absoluta, que sería aquel que ha atravesado los tres estados anteriores, sin que la Administración responsable de evitarla se haya dado cuenta de nada, ni conseguido anticiparse a ninguna de las calificaciones de ruina ni sus respectivos saltos cualitativos. También sería aquel en el que el edificio es derribado por el propietario, sin que la Administración lo haya autorizado, que no es el caso, pero sí el de otros edificios de Melilla, uno de ellos extrardinariamente emblemático.