En la memoria de Carlota O’Neill


Tiempo de mareas

Una placa colocada en una casa de Pamplona en la calle Compañía, sabe Dios porqué ayuntamiento y en qué momento, hizo que la poeta y escritora Fátima Frutos reparara en un nombre sacado del olvido (En esta casa nació el aviador Virgilio Leret). Buscando ese nombre llegó hasta Carlota O`Neill y desde ella, hasta Melilla, una ciudad a la que califica como «altamente inspiradora». Y esto es cierto, pero los melillenses nativos o los de paso, no suelen tener conciencia de la gran cantidad de escritores/as, poetas, de relevancia nacional, que tienen a nuestra ciudad como fuente de inspiración para una parte de su obra. Sin Melilla hay muchas cosas que no se explican en España.

Una de esas escritoras, las del exilio, quizá de las más relevantes, Carlota O´Neill, escribe la parte más importante de su obra, o bien en Melilla, o totalmente relacionada con la ciudad. Son tres obras: Una mujer en la guerra de España, Romanza de las rejas y Los muertos también hablan, que reeditara y publicara su hija Carlota Leret en 2004, en la colección Oberón del grupo Anaya. La presentación de la obra tuvo como lugares significados a Madrid y Melilla.

Fátima Frutos, además de poeta, escritora y autora teatral, es investigadora. En estos momentos prepara su tesis doctoral sobre Carlota O´Neill, contextualizándola con otras escritoras del exilio y de la resistencia frente al fascismo como Ilse Weber, una escritora judía muerta en Auschwitz en 1944. Según cuenta Fátima Frutos: «en Alemania existe un gran interés en las escritoras contemporáneas españolas, pero tienen como máximo referente a Carmen Laforet. Tras presentar en Friburgo sus trabajos preliminares sobre Carlota y su equiparación con Hannah Arendt, obtuvo un notable éxito, tanto por la posible ubicación de la escritora española, como por dar a conocer nuevos nombres en la resistencia intelectual frente a los totalitarismos.

Para Melilla es también una suerte notable que Fátima Frutos se haya fijado en Carlota O´Neill, porque su relación con la ciudad es indisoluble, como la de Fernando Arrabal. No solo está ella en esta tarea sobre el rescate y estudio de la autora exiliada española, están otras importantes autoras como Rosana Murias, Rocío González Naranjo y Raquel Osborne, tienen también obras dedicadas a ella. «Es por este motivo, dice Fátima Frutos, por el Melilla podría ser un centro de conferencias o diálogos sobre esta autora, o inaugurar unas jornadas sobre su vida y obra».

¿Qué tres requisitos debe integrar una autora para ser un referente de memoria? se pregunta la socióloga donostiarra. «Debe reunir poesía, teatro y la intención memorialista». Por eso une a Ilse Weber con Carlota O´Neill, de la que anticipa «su gran proyección de futuro» y que Melilla no debería perderse. En otoño del próximo año (2025) presentará una obra teatral dedicada a Carlota, que ha sido titulada como Tiempo de Mareas, y que transcurre integramente en el viaje de barco que la lleva al exilio y a la libertad.

Escritoras frente al totalitarismo

Según Hannah Arendt, cuya obra constituye una de las columnas del pensamiento político europeo, no es posible disociar el totalitarismo nazi del estalinista. Son categorías absolutas y por tanto equiparables. Por ello, desde el Alminar, y aprovechando los requisitos especificados por Fátima Frutos, traemos a colación a dos grandes nombres de la resistencia frente al totalitarismo de Stalin: Anna Larina (esposa de Bujarin) y Anna Ajmátova. Salvo Ilse Weber, todas estas autoras sobrevivieron a la persecución, y no vieron publicadas sus obras hasta las desapariciones de las dictaduras franquista y soviética.

Fátima Frutos es un escritora polifacética muy premiada, que cuenta con varias obras, algunas de ellas muy sobresalientes, como Andrómeda Encadenada y La selva bajo mi piel, ambientada en la guerrilla salvadoreña y el asesinato de Ignacio Ellacuría, por fuerzas paramilitares.

Nota:https://www.fatimafrutos.com/