Humazos fronterizos


Las fronteras entre España y Marruecos llevan inactivas año y medio, y no hay visos de que vuelvan a tener actividad alguna. La preocupación se palpa en ambos lados, sobre todo por los que tienen sus familias en el otro lado. Los trabajadores transfronterizos han desaparecidos. Cientos de expedientes de renovación están caducado sin posibilidad de realizar los trámites necesarios. Todavía hay muchos nacionales marroquíes atrapados en Melilla y desconocemos cual es la situación en el lado marroquí.

En una frontera no puede existir zonas opacas. La semana pasada ardía el cañizo silvestre crecido en la zona de Beni-Enzar, en la otra ladera del arroyo mezquita, que sirve de frontera natural entre ambos países, aunque este curso es artificial y fruto de un desvío hecho con posterioridad a 1920. Hoy el humazo se dejaba sentir en el antiguo paso peatonal de Mariguari. El humo solo es humo, pero no deja de alarmar, porque el fuego es incontrolable y la quema del cañizo hay que hacerla con mucho tiento, ya se una quema fortuita o controlada.

Hay obras y actuaciones en ambos lados de la frontera. Todo está cada vez más despejado y la visibilidad es muy grande. Así pue, en una frontera nada ocurre de manera fortuita, ya sea un grupo pequeño, como el de ayer en el espigón del dique Sur, o en «la gran evasión a Ceuta» de hace un mes.

Pensado con el tiempo y la distancia, o sea, con perspectiva, el cierre total de la frontera con Melilla en marzo del año pasado, recuerda más al cierre ordenando por Franco de la verja de Gibraltar, que a otra cosa. El gobierno de un «país amigo» con el que se tienen relaciones diplomáticas, no cierra sus fronteras de un solo golpe, de modo permanente, y sin permitir corredores humanitarios, para que los atrapados de uno y otro lado pudiesen reintegrarse a sus respectivas zonas.

De momento todo lo que tenemos es esto, humo.

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Cierre fronterizo, frutas y Tratados


Acuerdos comerciales entre España y Marruecos

El 28 de mayo de 1767, en la ciudad de Marrakesch, se firmó el primer Tratado de Paz y Comercio entre España y Marruecos. En 1780 se firmó en Aranjuez, el Convenio de Amistad y Comercio. El Tratado de Paz, Amistad, Navegación, Comercio y Pesca se firmó en Mequinez, el 1 de marzo de 1799. El más importante, el de Comercio entre España y Marruecos, se firmó en Madrid, el 20 de noviembre de 1861, entre el Ministro de Estado de España y el Príncipe Marroquí Muley el Abbas. Hay muchos más, recogidos y transcritos todos por el coronel Gabriel de Morales, muerto en Annual (22/07/1921), en su imprescindible libro Datos para la Historia de Melilla.

El 31 de julio de 2018, Marruecos decidió unilateralmente cerrar la Aduana con España, poniendo así fin a más de 2 siglos de relaciones comerciales entre el Melilla y su entorno geográfico. Todos los Acuerdos y Tratados mencionados, insistían en que en ningún caso, se romperían las relaciones comerciales y sociales entre ambos países. El articulado de los Tratados, establecía que en caso de una crisis grave, «que Dios no lo permita», se establecerían 6 meses de moratoria, para que los ciudadanos de uno y otro país pudiesen trasladarse a sus respectivas naciones, respetando y salvaguardando sus propiedades.

Un año de cierre fronterizo completo

Con un escaso margen de 24 horas, el gobierno de Marruecos decidió clausurar por completo las fronteras con las ciudades de Ceuta y Melilla, dejando una gran bolsa de ciudadanos marroquíes atrapados, sobre todo en nuestra ciudad. No hay ningún país en el mundo que no haya restablecido cierto tráfico fronterizo, ya sea comercial o humano, salvo en el caso de Marruecos con España. Las relaciones están prácticamente interrumpidas. El tráfico humano se detuvo por el inicio de la pandemia en marzo de 2020, y no hay nada hablado sobre una posible reapertura y sus posibles condiciones. De todos estos hechos, el más grave o el de más calado, es el de la suspensión de la Aduana de Melilla, lo que deja sin opciones cualquier tipo de comercio o actividad económica.

Es sabido que Marruecos quiero acabar por completo con el contrabando, y que en las ciudades norteafricanas se conoce como «comercio transfronterizo». El cierre total, como consecuencia de la pandemia, ha dejado sin alternativa económica a decenas de miles de personas. Cualquier alternativa de futuro, requeriría un diálogo abierto y sin vetos, entre España y Marruecos. La suspensión de los Encuentros de alto nivel entre ambos países, indica que no hay nada previsto para una posible reapertura de las fronteras, y sobre el modo en que se retomarían esas relaciones. Khadija Zoumi, Ministra del Interior de Marruecos, dejó claro en una entrevista concedida al diario marroquí L’Opinion: «Que la intención de Marruecos es acabar con el contrabando, no permitir el retorno de ese tipo de comercio, y erradicar la degradante imagen de las mujeres porteadoras». Después de la pandemia espera un gran problema. Nada puede ni debe ser como antes.

Los mayoristas de frutas

El mercado de mayoristas vivía momentos difíciles. La entrada en masa de fruta y de verdura procedente de Marruecos y la llegada de las grandes superficies, con sus propias cadenas de distribución, habían colocado al sector de la fruta en una situación retroceso. Sin embargo, en estos dos años inesperados, el sector está viviendo una edad dorada, aunque finita. Toda la fruta y verdura que entra en la ciudad, procede de España. Por este motivo podemos ver una diversidad de marcas comerciales en la fruta, que hasta la fecha no conocíamos. Es más cara, pero son los tiempos que nos corresponden. Sorprende ver la minuciosidad con la que se colocan las etiquetas en cada pieza de fruta. Hay decenas de etiquetas y de distribuidores diferentes. Todas muy coloridas y variadas. Melilla tiene futuro, pero será diferente y tiene que empezar a ser pensado desde ahora.

Nota:Khadija Zoumi : De Sebta et Melilia, la contrebande sera bannie (lopinion.ma)


Colapso en las fronteras


                   Melilla tiene fronteras y límites. Nos quedamos sin comunicaciones aéreas con Granada y Almería. Las fronteras de la ciudad están colapsadas por la actividad del «comercio atípico». La situación del ciudadano melillenses es la de estar encerrado en una jaula. Hoy no se podía acceder a la carretera de circunvalación en su trama de Farhana a Mariguari. Normalmente hay un carril reservado a los vehículos que transportan mercancías a Marruecos. No hay nada señalizado, ni  en condiciones ni sin ellas. Esta mañana la fila era triple y el bloqueo total. El llamado transporte público o COA, no podía pasar de este punto.

                      No hay un tránsito aceptable ni siquiera por motivos de ocio. Es imposible salir de la ciudad con normalidad. Estamos cada vez más aislados de nuestro entorno. Si nadie da cuenta de esto, no existe.

                       También hay que mencionar la desesperación que supone esta situación para quien este tipo de comercio es su medio de vida, y la tensión para los funcionarios de la Seguridad del Estado, que deben poner orden en semejante caos.

Saturación en las fronteras


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El gran atasco fronterizo

      La cola para atravesar la frontera de Farhana rebasaba,  el lunes 18 de abril,  la rotonda del puesto fronterizo peatonal de Mari Guari. Si sumamos los tramos de la carretera de Farhana, el de la carretera de circunvalación, mas el correspondiente del puesto fronterizo mencionado, tenemos más de 3 kms. de atasco. Quien quiera utilizar la frontera con otros fines que no sean los comerciales, se verá sometido a un tormento. El calor empieza a apretar, y horas de inmovilización en la carretera resulta un auténtico infierno, que sufre también, los funcionarios de los distintos cuerpos policiales que operan en los pasos fronterizos. Los lunes también se cierra el tramo correspondiente de la carretera de cirvunvalación, entre el arroyo mezquita y la frontera de Hardú, o Barrio Chino. Con lo que esta vía de comunicación queda inutilizada.

Colapso en las fronteras de Melilla


         Las fronteras de Melilla son vitales para el futuro de la ciudad de Melilla. No se ha hecho casi nada en ellas durante los últimos 20 años. Los pasos fornterizos de Farhana, Mari- Guari, Hardú (Barrio Chino), están como a principios del siglo pasado. La renovación del paso fornterizo de Beni-Enzar solo fue estético. Las interminables colas colapsan el tránsito comercial y el intercambio de ciudadanos entre España y Marruecos. Los funcionarios de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado trabajan en condiciones no acordes con el siglo en que supuestamente vivimos.

            La situación es tal, que desborda incluso la carretera de circunvalación, que a veces es necesario usar para trasladarse de un lado a otro de la ciduad, sin vivir o disfrutar los interminables atascos provocados pro las rotondas, o por el estado de obras en cadena.

           Sin embargo, hay días en que el acceso a la carretera de circunvalación está cortado en la zona colindante con Puente Magno (arroyo Mezquita), por lo que no se puede acceder hasta el tramo entre el polígono industrial y el puesto fornterizo del Barrio Chino.

            En el medio día de hoy, el colapso en la frotnera de Farhana era total, con una cola que se prolongaba a lo largo de un kilómetro, hasta el puesto fornteriozo de Mari- Guari. La circulación era peligrosa, porque muchos vehículos invadían el carril contrario de circulación, solo para poder acceder hasta la carretera de Farhana en dirección centro.

             Esto sucede casi todos los días de la semana, repartidos entre los tres puestos fronterizos existentes entre España y Marruecos. La vialbilidad económica de Melilla y de su entorno depende de una aglidad en las fronteras, que no existe. Solo hay colapso y encierro. Son cada vez menos los melillenses que salen o pueden salir hacia Marruecos, y cada vez menos los marroquíes que entran o pueden entrar en Melilla, para poder acceder a sus comercios, o a las posibilidades de ocio que ofrece la ciduad.