Melilla tiene fronteras y límites. Nos quedamos sin comunicaciones aéreas con Granada y Almería. Las fronteras de la ciudad están colapsadas por la actividad del «comercio atípico». La situación del ciudadano melillenses es la de estar encerrado en una jaula. Hoy no se podía acceder a la carretera de circunvalación en su trama de Farhana a Mariguari. Normalmente hay un carril reservado a los vehículos que transportan mercancías a Marruecos. No hay nada señalizado, ni en condiciones ni sin ellas. Esta mañana la fila era triple y el bloqueo total. El llamado transporte público o COA, no podía pasar de este punto.
No hay un tránsito aceptable ni siquiera por motivos de ocio. Es imposible salir de la ciudad con normalidad. Estamos cada vez más aislados de nuestro entorno. Si nadie da cuenta de esto, no existe.
También hay que mencionar la desesperación que supone esta situación para quien este tipo de comercio es su medio de vida, y la tensión para los funcionarios de la Seguridad del Estado, que deben poner orden en semejante caos.
Realmente falta muy poco para que viváis en una auténtica jaula.
Cuesta trabajo creer que hace no tantos años las vallas de Melilla no existían. ¿Qué ha sucedido en este tiempo? Sufrís una gran cantidad de problemas, muchos de ellos, me parece a mí, ocasionados por este sistema injusto y desigual en que vivimos.