El Consejero en la cabalgata


                                                      Evitar el mal 

           El Consejero de Seguridad Ciudadana de Melilla, Isidoro González estaba al frente de la seguridad de la cabalgata. Era uno de sus protagonistas, pero por circunstancias distintas. Como siempre que aparece en los medios nacionales una noticia «no controlada», se acusa a los que la publican y la comentan de participar en una campaña de descrédito personal, extensible a todos los familiares y amigos de la personalidad pública objeto de la noticia. Todo eso es falso.

          Hemos seguido con mucha atención todas las noticias relacionadas con el Consejero de Seguridad Ciudadana de Melilla. No hay una sola línea de descalificación que aluda a su profesión, persona, familia o a su gestión en el cargo público. Es más, la información publicada es muy comedida. Nada se sabe de la otra parte, de la de su ex esposa, de la que se está separando en un proceso que podemos calificar como «tormentoso». Esto sí es algo normal en estos tiempos. La falta de diálogo se suple con acciones irresponsables. Es algo conocido por las noticias publicadas.

           Si un cónyuge tiene que entrar en el domicilio conyugal, solo hay dos manera de hacerlo, bien con el consentimiento de la otra parte, o con una autorización judicial. Si no se hace, y se revientan cerraduras y se utilizan radiales, se está iniciando una espiral indeseable. Si quien lo hace, es el Consejero de Seguridad Ciudadana, es sencillamente indamisible. ¿Qué ejemplo se está enviando a otras parejas en procesos similares?.

               Al decir el Consejero que al hacer eso: «estaba evitando un mal mayor», reconoce implícitamente que estaba haciendo un mal. En su caso, tanto por su cargo de responsabilidad pública, como por su profesión, no podía desconocerlo. Una acción así cuesta un cargo público. Sus declaraciones demuestran que no entiende las repercusiones de los sucedido. Lo que debe evitarse es el mal, tanto el mayor como el menor. ¿Qué dificultad puede haber en llamar al cónyuge, y con su autorización recoger ciertos enseres personales? ¿ es también un mal recurrir a una autorización judicial?.

                En estas navidades conocimos que el Delegado del Gobierno en Euskadi fue destituido por comprar un cd en un top manta. Si el Consejero de Seguridad Ciudadana de Melilla sigue sin entenderlo, ya no debe tener la posibilidad de dimitir. Debe ser destituido.

         Nota:http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/destituido-delegado-gobierno-euskadi-comprar-top-manta-5718511

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Los Reyes Magos en 2017


 

                 Llegó La Cabalgata de 2017, después del funesto año bisiesto del Gran terremoto de Melilla. La climatología dio un respiro y  no hizo viento ni frío. La nueva zona peatonalizada permitió una mayor comodidad y amplitud para poder disfrutar de la cabalgata. La gente llenó la avenida y todas las calles adyacentes. El ambiente fue similar al del año 2105, cuando la población melillense abarrotó el centro de la ciudad. El Alminar es ya un registro amplio y podemos comparar.

                  Llegaron los Reyes Magos con su magia a la avenida, pero sin caramelos, casi sin nada, salvo confeti, para arrojar sobre los niños y niñas allí congregados. Había poca música festiva navideña. La cabalgata «del miedo al camión», estaba bien organizada; por primera vez no hubo coches circulando casi hasta el último momento por las calles adyacentes, ni nada que molestara.

                  Las condiciones eran perfectas para que la cabalgata resultara muy lucida y sin embargo le faltó espíritu, pese a los siempre meritorios conjuntos de niñas danzantes, las de la Escuela Municipal de Baile de Nuria Nieto, y los grupos de Gimnasia Rítmica a cargo de su profesora Violeta.Hubo otros grupos danzantes y una banda de música vestida de negro,  que sirvieron de argamasa a un conjunto de amalgama.

                       Le faltó algo más de color y de sonido. Algo pasa con las últimas cabalgatas. No se acaba de acertar con un modelo fijo, al que ir desarrollándolo año tras año, apartando lo que no funciona y mejorando lo que resulta vistoso. Se ha pasado del exceso a la casi pobreza.

                La magia de los Magos, su ilusión, no es comparable a ninguna otra fiesta. Para los que ahora son padres y madres, para los niños y niñas que en los años venideros serán también lo serán. Es ilusión no está en lo que se ve, sino en lo que se guarda en el interior, y no se pierde nunca. El ambiente de la avenida era extraordinario. Esta es la fiesta que une a las comunidades de la ciudad, y es la que debe cuidarse.