Algunos, en su ficción, creen que con haber retirado los símbolos del yugo y las flechas, la doble aspa de los requetés, y el lema de Una, Grande y Libre, un monumento fascista deja de serlo. La ausencia de debate libre, la opinión domesticada, les hace creer que eso es asentimiento. Es más, llegaron a publicar una encuesta absurda en la que el 45% de los arquitectos de Melilla afirmaban estar a favor de mantenerlo. No se dieron cuenta que con ese titular estaban diciendo que más de la mitad o estaban en contra, o les daba igual su derribo. La carta en la manga de la supuesta autoría de Enrique Nieto ni si quiera se atreven a esgrimirla, porque ya hay cuatro ases sobre la mesa, y ese sería el falso. Hay una placa delatora que iguala las águilas. La del monumento, la de las banderas y la de a qué tipo de héroes rinde homenaje el monumento. Ahora ya sí hemos acabado enero.
Día: 31 enero, 2017
Imágenes del pasado III
Imagen de Melilla desde el aire
La clave está en la resolución, en el tamaño de la fotografía, en su resolución, en su calidad. Esta fotografía aérea de la zona centro de la ciudad, en 1982. La hemos mantenido en su tamaño original para que puedan apreciarse todos los detalles. Quien se la descargue podrá apreciar multitud de cosa. Estamos en la ciudad en la que todo se ha fotografiado, desde el aire o desde el suelo, desde el inicio de la fotografía. Otra cosa es que todo esté a buen recaudo, o no se reconozca su existencia, pero está en alguna parte. El Alminar, pese a todo, tiene su buenos amigos/as y colaboradores.
La plaza húmeda
Lo que hoy conocemos como plaza de Las Culturas ha tenido diversas denominaciones y usos a lo largo del siglo XX, el de la expansión de la ciudad. En siglos anteriores fue terreno de huertas y de confluencia fluvial de los distintos arroyos que bajaban desde los montes que rodean el peñón rocoso. Esta muy cerca del mar y abierta a los cuatro puntos cardinales. En invierno es fría y húmeda y muy calurosa en verano.
La línea de costa sobre la que se asienta Melilla mira hacia levante, uno de los vientos dominantes sobre la ciudad, el más húmedo, el que provoca grandes temporales en el mar y que ha causado grandes daños en la ciudad en el pasado, e incluso derrumbes en el recinto amurallado.
La plaza de Las Culturas, antaño de Los Carros, recibe toda la humedad del mar través de los fosos de Los Carneros y del Hornabeque, que son auténticos cañones de aire. A veces hay viento cruzado sobre la plaza y la transforman en un lugar inhóspito y frío. En esta situación colaboran las calles de Calderón de la Barca y Pablo Vallescá.
En mañana húmedas, como la de este último día de enero, el suelo de la plaza aparece mojado. El pavimento elegido no resulta adecuado, porque es artificial e impermeable, por lo que se forman charcos y resulta muy resbaladiza y peligrosa. La ausencia de sombra en verano, en tiempo cálido, la convierte en una plancha, por lo que es solo utilizable a partir de la puesta de sol. Hoy la hemos recorrido entera, para descubrir los misterios y razones de su humedad y del mal micro clima que la caracteriza.