Colapso en las fronteras


                   Melilla tiene fronteras y límites. Nos quedamos sin comunicaciones aéreas con Granada y Almería. Las fronteras de la ciudad están colapsadas por la actividad del «comercio atípico». La situación del ciudadano melillenses es la de estar encerrado en una jaula. Hoy no se podía acceder a la carretera de circunvalación en su trama de Farhana a Mariguari. Normalmente hay un carril reservado a los vehículos que transportan mercancías a Marruecos. No hay nada señalizado, ni  en condiciones ni sin ellas. Esta mañana la fila era triple y el bloqueo total. El llamado transporte público o COA, no podía pasar de este punto.

                      No hay un tránsito aceptable ni siquiera por motivos de ocio. Es imposible salir de la ciudad con normalidad. Estamos cada vez más aislados de nuestro entorno. Si nadie da cuenta de esto, no existe.

                       También hay que mencionar la desesperación que supone esta situación para quien este tipo de comercio es su medio de vida, y la tensión para los funcionarios de la Seguridad del Estado, que deben poner orden en semejante caos.

Anuncio publicitario

Es calle México


                   Errar es humano. No corregir el error es desidia. Combatirlo un deber. Todo esto se junta en la calle México del Barrio de Cabrerizas. La rigurosa ortografía nacional del franquismo impuso la escritura de Méjico, por la del original México, que es la única manera de correcta de escribirlo, por ser la original del propio país y también de toda Latinoamérica.

                  En Melilla ha perseverado el error de la grafía franquista, que recuperaba la forma medieval de escribirlo. Si embargo, la calle México de Cabrerizas tiene cinco placas, cuatro de las cuales están escritas como Méjico, y solo una como México. El franquismo no permitía otras ortografías que no fueran las imperiales, como por ejemplo la «ch» vasca que es «tx», como Teletxea, y obligaba a la castellanización de todos los nombres y apellidos del solar peninsular. Antoni, Eudald, o pronunciaba el apellido Puig tal y como se escribe, y no en la forma «puch» que sería y es la correcta. México tenía que ser Méjico, aunque fuese un error ortográfico.

                    La calle México es la que separa y delimita el legendario barrio de Cabrerizas, de la no menos famosa Cuesta de la Viña o de la nueva barriada del Tiro Nacional.

                       En Melilla las cosas son así: si nadie advierte de un error, éste puede permanecer invariable hasta el día del Juicio, y aunque se advierta y se denuncie, puede que nadie se tome la molestia de corregirlo.