Ateneo, la asociación cultural


El 13 de febrero de 1989, Manuel Céspedes Céspedes, a la sazón Delegado del Gobierno, autoriza los estatutos de la Asociación Cultural Ateneo, una de las más importantes de la incipiente historia democrática de la ciudad. En apenas 3 años Melilla tuvo abordar la llegada de los primeros inmigrantes subsaharianos, sin ningún tipo de instalaciones o de plan para su atención. Fue un hecho que cambió nuestro modo de ver el mundo, y la ciudad antes aislada, empezó a ser un reflejo de los conflictos bélicos y políticos existentes en el mundo, es más, empezó a ser parte de él.

La Asociación Ateneo, tenía como valores promover el fomento de la cultura, el desarrollo de la convivencia, la tolerancia, los hábitos democráticos, la lucha contras las discriminaciones y la solidaridad entre los pueblos. Sus miembros fundadores fueron José Luis López Belmonte (primer presidente), Mª Victoria Pleguezuelo, Mª Ángeles Sánchez (última presidenta), Enrique Delgado, José Mª Sánchez Jauregui, Francisco Cárdenas, Antonio Sarompas, Javier Burbano, Rafael Morales y Javier Quiros.

La presentación a las autoridades se materializó el día 1 de marzo del mismo año. La primera actividad fue una charla de Esteban Beltrán, Presidente de Amnistía Internacional en ese mismo mes. La 2ª estuvo dedicada a la Objeción de Conciencia y Servicio Militar, que fue obligatorio hasta el año 1998, en la que también participaron militares. Los reemplazos fueron la mano de obra esclava de Franco, para mantener la ocupación permanente de su propio país, con miles de cuarteles repartidos por cada palmo de terreno del territorio nacional. Dentro del mismo año y en el mes de noviembre, recaló en nuestra costa el buque insignia de la organización Greenpeace, el Sirius, como 2ª actividad estrella de Ateneo y con la colaboración de Guelaya.

En 1990, y con una subvención de 500€ (90.000 pesetas) concedida por la Fundación Municipal Socio Cultural, llegó a Melilla el ginecólogo Germán Sáenz de Santamaria, en pleno debate sobre la Ley del Derecho al Aborto. Un año después, 1991, estalló la 1ª Guerra del Golfo, y Ateneo formó parte de la Plataforma contra la Guerra. En febrero, Ateneo organizó la conferencia del profesor palestino Mahmud Sobb, hecho que nos hizo merecedores de la estola de «pacifistas al servicio de Saddam Hussein».

Javier Ortiz, subdirector de El Mundo ofreció una conferencia en abril de 1993. José Antonio Gimbernat, presidente de la Asociación pro Derechos Humanos fue el conferenciante de 1994. El anarquismo ibérico estuvo representando por José Luis García Rua, en otra charla en la UNED. En 1994 estuvo en Melilla el Magistrado del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín.

Ateneo con la inmigración y contra el Racismo

Desde la llegada de los subsaharianos en 1992, se crearon todo tipo de tensiones políticas y sociales y Ateneo se dedicó con intensidad a concienciar a las autoridades sobre la necesidad de su atención y el respeto a los derechos de la persona. En diciembre de 1992 llegó a la ciudad el Defensor del Pueblo Andaluz Diamantino García. Mesas redondas, concentraciones la participación en el Movimiento del 0,7% del presupuesto para los países subdesarrollados, ocuparon todo la actividad de Ateneo, frente a dos administraciones, la Local y la Estatal, insensibles en un principio. Todo está en la prensa y no nos extenderemos en ellos, pero El Alminar debía saldar la cuenta pendiente con el Ateneo, del que formó parte, antes de que existiera como tal. Al final, se acabó creado el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, y la inmigración se convirtió en un arma arrojadiza entre los grandes partidos. Como conclusión de todo aquel conflicto que llenó páginas en todo el orbe, algunos recogieron la hoz de la cosecha y Ateneo, al menos en sus cabezas más visibles, se quedó con el martillo.

En 1999 Ateneo promovió la fundación del Colectivo Ciudadano para la Supresión de los Símbolos Franquistas, con la presencia de todas las formaciones políticas y sindicales de Melilla, salvo el Partido Popular. En muchos aspectos, la asociación Ateneo fue la precursora de muchas actitudes y políticas, hoy asumidas por el discurso político común. La más importante de todas ellas, el Concierto África, la primera actividad cultural, musical y de fraternidad, realizada en Melilla, en el Campus de la Universidad de Granada, también en colaboración con Guelaya. En la ciudad, la Duquesa de la Victoria debe la denominación de su calle a una propuesta de Ateneo.

El caso de los dos búlgaros en Melilla

En 1996, atraídos no se sabe porqué promesa, llegaron a Melilla dos búlgaros: Valentín Gueorguiev y Svetozlav Valentinov Dochev, quedando atrapados en nuestro territorio. Nos los presentaron a Ateneo unos amigos comunes, y les mantuvimos alojados en la pensión Rioja cuando era solo una pensión. Muy desesperados por la imposibilidad de salir de la ciudad, decidí utilizar mi cercanía a Manuel Céspedes, para habilitarles una salida rápida de la trampa del tratado espacio Schengen. En apenas un mes, el Delegado del Gobierno me llamó y me recibió con los billetes de vuelta a casa para los búlgaros, y mezclando esa ironía y afectuosidad de la que solía hacer gala en muchas ocasiones y cuando se veía en confianza, me dijo: «dile a tus amigos que en Melilla se entra, pero no se sale». Los envió de regreso a Sofía, acompañados por fuerza policial, con prohibición de entrada a la CEE en 5 años. En su momento me/nos pareció un exceso, pero algo más tarde comprendí que les ahorró dos años de sufrimiento en la ciudad. A día de hoy, es algo que todavía le agradezco, y de lo que quería dejar constancia.

Las pateras siguen llegando a Melilla


       Las pateras continúan llegando a nuestra ciudad. La foto, enviada por un colaborador al Alminar, es de las primeras horas de la mañana del domingo. Una patera está próxima a embarrancar en la escollera de la playa de San Lorenzo, junto al Puerto deportivo. La última vez que mostramos una imagen de una patera arribando a nuestras costas, alguien no dijo que esa no era la foto de la patera, si no de la lancha de la Guardia Civil. Esto sí es una patera, y como dice la frase: una imagen vale más que mil palabras. Estos son los contrastes del mundo. Unos pedimos todas las comodidades para viajar en barco, y a otros les da absolutamente igual. Solo quieren llegar al lugar, del que los demás queremos irnos. Paradojas.

      Nota: En la 2ª fotografía que nos remiten, podemos ver que la patera se llama Hafida.

Inmigrantes frente al Gobierno, en Melilla


 

      Congoleños y saharauis  frente a La Delegación del Gobierno

      Manifestarse es un derecho constitucional, hacerlo frente a la Administración, ya sea local o estatal es la vía más rápida para dar a conocer los problemas de un colectivo. Es también lógico. En los primeros años de la década de 1990, Melilla empezó a ser destino de la inmigración centroafricana. España se dio a conocer ante el mundo con la Expo de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona y se quiera o no, Melilla es la una de los dos posibles puertas de entrada a Europa.

          El primer impacto de la inmigración lo recibió el entonces Delegado del Gobierno, el socialista Manuel Céspedes, en una ciudad que se encontraba frente a un problema inédito y sin medios para resolverlo. La expulsión de los inmigrantes centroafricanos a la  » tierra de nadie», convirtió un problema local, en un escándalo europeo. Parecía que nadie iba a poder superar una acción semejante y sin embargo, el nuevo Delegado del PP en Melilla, Enrique Beamud, en junio de 1996, recién estrenado en el cargo, deportaba, en una acción espectacular, a 90 inmigrnates, previamente adormecidos con «haloperidol». La frase del entonces Presidente José Mª Aznar: «Teníamos un problema y lo hemos solucionado», en referencia a Melilla, dió la vuelta completa al Planeta Tierra.

            Parecía que las dificultades del anterior Delegado del Gobierno, el socialista Gregorio Escobar (2007-2010), tampoco iban a tener parangón, sin embargo, el nuevo Delegado en Melilla, Abdelmalik El Barkani, empieza su labor condicionado por los mismos problemas que sus antecesores, unos problemas que son inherentes a la difícil situación  de la Delegación del Gobierno en Melilla.

            Lo que sí hay que reprochar y mucho al PP, es su actitud desestabilizadora cuando está en la oposición, frente a los gobiernos socialistas. La visita de 2010 de José María Aznar a la frontera de Melilla, que llenó de orgullo al Presidente Imbroda, fue institucionalmente injustificable, por que se trataba de un ex presidente del Gobierno de España, y debería haber solicitado la autorización, o haberla comunicado al entonces Presidente Rodríguez Zapatero.

           Durante  meses y solo con el fin de desgastar y erosionar la imagen de la Delegación del Gobierno socialista, permitieron, auspiciaron y/o ampararon  en algún modo,  una acampada en la Plaza de España y frente a La Delegación, en defensa de dos ciudadanos (uno español y otro belga), reclamados por Marruecos por su presunta colaboración con redes de terrorismo islamista.

      Hoy, el principal y gran problema de La Delegación del Gobierno son el poblado de chabolas del CETI melillense, la larga permanencia en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, y la no admisión como refugiado político, de un inmigrante saharaui. En definitiva, el PP empieza su labor en Melilla, lastrado y condicionado por la actitud que desarrollaron cuando eran oposición. No eran problemas de los socialistas, ni de Zapatero, sino uno inherente a la situación geográfica de Melilla. La diferencia es que antes se ponía altavoz a todos estos incidentes y ahora se utiliza la sordina.

  

Los pobladores del CETI de Melilla


 

         Todas las comunidades con frontera con Marruecos sufren el problema de la inmigración (Canarias, Ceuta y Melilla). Todos los países de nuestro entorno, sobre todo Italia, han notado las crisis políticas del Norte de África, en forma de aumento de la inmigración. Todos han establecido las medidas que han sido capaces o han solicitado ayuda a los gobiernos nacionales respectivos.  Sin embargo, sólo en Melilla se ha producido un lamento constante en forma de: «Perdemos soberanía frente a Marruecos, nos invanden, necesitamos una actitud de firmeza frente a nuestro vecino territorial»,  y todas esas canciones de verano que tan bien ha sabido aprovechar el PP de Melilla, para hacer creer que existía un problema en donde no lo había, o que de existir, lo es en igual medida que en cualquier otra comunidad o provincia española. ¿Volverá Aznar a visitar la frontera de Melilla sin avisar a Mariano Rajoy antes?.

         Olvidan, todos estos, todo el bloque mediático que ha acompañado estas «falsas serpientes de verano», que el PP ya gobernó en España entre 1996 y 2004 y también en Melilla. Ocurrió que entonces los parlamentarios no interpelaban al gobierno (cesaron en sus preguntas durante ochos años) y la sensación de inexistencia de problemas era total. La mejor forma de que un problema no exista es no considerarlo problema, o mejor, dejar de hablar de él de modo inmediato.

       En cualquier caso ya sabemos cual va a ser la respuesta ante ocasionales repuntes migratorios: «Melilla tiene que acostumbrarse a ser una ciudad receptora de inmigrantes». La frase es de Javier Arenas, Ministro de Trabajo en 1997, cuando acudió a Melilla a inaugurar un nuevo pabellón en el Centro Asistencial junto a Ignacio Velazquez. Osea, que se acaban los tiempos de los cantos de sirena y lamentos de plañideras». 

       Toca resolver cada uno sus propios problemas (Melilla ni es la Comunidad ni la ciudad en peor situación de España), de la manera más barata posible y con los recursos existentes. Toca hacer gestión y dedicarse a ella.

  Nota: La foto de los poblados del CETI en la loma del viento (Palma Santa), es del presente mes de noviembre.