Trabajadores del servicio de la limpieza


                   La realidad de los costes laborales

        Todos los días, a la misma hora, los trabajadores del servicio de la limpieza, descienden la dura rampa de la calle «Auxilio Social», para cambiar de zona de trabajo o para iniciar su turno laboral. Es un trabajo penoso e ingrato, y muy mal remunerado.

        Constantemente oímos la mentira de los costes laborales, y lo repiten tantas veces, que algunos se lo llegan a creer, pero en general, el problema o la causa de la crisis que arruina el mundo, no son los costes laborales de los trabajadores, sino los beneficios empresariales, sin tasa y sin medida. Los beneficios empresariales aumentan, también las subvenciones directas y exenciones fiscales a los empresarios, mientras que los sueldos de los trabajadores disminuyen, a la par que se reducen sus derechos laborales y la protección social.

         Muchos creen todavía, que Melilla es algo parecido a Jauja, o el Reino del rey Midas, aunque no descarto que los sea para algunos, y de hecho lo es. Sin embargo, la realidad laboral suele ser bastante dura e ingrata para muchos colectivos, como el de la limpieza de las vías públicas. La jornada oscila entre los trabajadores de media jornada y los de jornada completa, y los salarios se sitúan entre los 400€ y los 1100€ en los mejores casos.

        Hace casi décadas, los trabajadores del servicio de limpieza eran de carácter municipal, y fueron privatizados por el gobierno del regidor socialista Gonzalo Hernández, en medio de un clamor popular sobre la ausencia de calidad del mismo.  Lo escribo y digo para demostrar que la privatización de los servicios públicos no conduce a ningún buen lugar. Los trabajadores han perdido derechos y salarios, mientras que el contrato de prestación de servicios sigue aumentando de modo constante. La diferencia de calidad entre el ayer y el hoy no es tanta, o no está en relación con el aumento del coste de la adjudicación del servicio de limpieza a una empresa privada.

           Para averiguar esto, solo hay que saber unas pocas cuestiones: el coste total del contrato de limpieza pública, el número de trabajadores empleados en el mismo, qué parte de ese dinero se emplea en salarios y cotizaciones sociales, cuál es el coste y mantenimiento del material empleado, y cuál es el montante del beneficio empresarial. Parte de ese coste, también repercute directamente sobre los  melillenses, pues cada hogar está pagando una media de 40€ anuales por el servicio de recogida de basuras. Los costes recaen siempre sobre el lado público y los beneficios en la ladera, siempre voraz, privada.

         Nota: Aquellos privatizaron, pero desde entonces, tras más de 20 años de gobiernos del Partido Popular en la ciudad, nadie ha dado marcha atrás, pese a la evidencia del fracaso. Lo peor es que ahora viene la definitiva oleada privatizadora, de lo poco que todavía está en manos del Estado. La mayor etapa de privatizaciones se llevó a cabo durante el gobierno de José Mª Aznar.