Inicio de la procesión Monseñor José Antonio Satué Procesión litúrgica Como Tú y ContigoMisa de presentación El obispo Satué en la puerta
El obispo que llega desde las Tierras frias
No es usual que un obispo reciba y salude a todos y cada uno de los feligreses que acuden a la iglesia, en ese caso, para recibirle en su primera visita a Melilla, en la misma puerta de la iglesia arciprestal. Esto ocurrió ayer viernes, 10 de octubre, en la puerta principal del templo. Monseñor Jose Antonio Satué Huerto, obispo de Málaga desde el pasado mes de septiembre, se encontraba tras la hoja izquierda de la puerta. Podía haber estado sobre los mismos escalones, pero los lemas coreados por los asistentes a la concentración Pro Palestina, se entremezclaban con el rezo de rosario. Abrir la puerta y encontrarte con el obispo de la dióceis resulta sorprendente.
Cada vez que un nuevo feligrés o feligresa accedía al templo, escuchaba el saludo del oscense monseñor Satué, la parte de la oración correspondente (ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte), junto con el más estruendoso «Netanyahu asesino«. Luego, durante la misa, entre los rezos litúgicos y los cantos salmódicos, se escuchaba también a los tunos, que andaban por todos lados. Son las insólitas mezclas que pueden producirse en nuestra ciudad. Todo variopinto y diferente, concentrado en un radio no superior a 100m. Por eso lo reflejamos, porque ocurrió así. Si no reflejáramos todo lo que vemos, no tendría valor.
José Antonio Satué, desde las tierras frías
Nacido en Sesa, a pocas decenas de kilómetros de Huesca, y a una centena de ellos de Los Pirineos, y de la frontera con Francia. Huesca se encuentra muy por encima de la marca alta, en lo que se denomina el Alto Aragón, uno de los primeros y más antiguos reinos hispanos.
Monseñor Satué es teólogo canonista, lo que en términos laicos sería un constitucionalismo. El Derecho Canónico es el corpus legal de La Iglesia. Su primer destino episcopal fue Teruel, en donde ha permanecido 4 años. Es el obispo malacitano que ha venido desde más al norte, de todos los llegados a esta ribera del Mediterráneo.
¿Que trae? No lo sabemos, pero su acción, según explicó en su presentación: Conversión, unidad y Dios, según la reflexiones sugeridas por la lectura del día. Recalcó especialmente esta: «Todo Reino dividido contra sí mismo va a la ruina», que se puede interpretar en un sentido amplio o específico, pero igualmente vale. Preservar la unidad por encima de todo.
El nuevo obispo, es un hombre muy alto, de tipo norteño. No le atemoriza nada , pese al gran cambio que le ha supuesto venir al sur. Ha hecho también algo inédito, y es venir a Melillla, casi de modo inmediato, porque «le gusta empezar por lo más pequeño, por esas comunidades que rara vez ven a su obispo». Es una interesante declaración de intenciones. No nos va a perder de vista y viajará más, allí en donde se le necesite en mayor medida.
De momento contamos con imágenes diferentes y con palabras distintas, o las mismas pero expresadas de otro modo. «Como tú y contigo», ese es su lema episcopal, que adoptó en 2021 en la diócesis de Teruel-Albarracín.
Dos centenas de feligreses, un coro excelente, un obispo en presentación, un futuro lleno de incertidumbres y retos. «A veces no tienen que cambiar los demás, o la Iglesia, sino nosotros mismos». Esto también lo señaló monseñor Satué. Más profundo de lo que pudiera parecer.
Monseñor Catalá Ibáñez, obispo de Málaga Bendición del Cristo de Limpias, 2015Santa Mª Micaela, campanario Eduardo Resa, Vicario en Melilla
«Un sacerdote nunca se va solo al cielo…ni solo al infierno; para bien o para mal, siempre arrastran detrás de ellos un largo cortejo de almas». San José Mª Escrivá
Este frase del fundador del Opus Dei, recogida por Pilar Urbano en El hombre de Villa Tévere, es la clave de los sucedido en la parroquia de Santa Mª Micaela. A pesar de su escaso tiempo en Melilla (julio de 2021-enero de 2023), las fiestas y francachelas en los aledaños del llamado Patio del Cura habían cogido fama en la ciudad. Todos hablaban de ellas como «el nuevo dinamismo de la parroquia», como el nuevo espacio para la fraternidad. No diremos que allí ocurriese nada malo, pero el rosario no se rezaba. A pesar de la popularidad de las fiestas y del ambiente jubiloso, ahora nadie recuerda nada. Nada vio nada extraño, ni se percató nadie de que el cura tenía novia, pese a que el comportamiento del sacerdote no era usual. En Antena 3 noticias se recoge esta afirmación: En Melilla, algunos cuentan que el cura acusado de agresión sexual realizaba fiestas y se quedaban «hasta tarde». La periodista explica que, según los testimonios, el padre Francisco terminaba estos farolillos a altas horas de la madrugada y al día siguiente «se le olvidaba que tenía que oficiar misa». Incluso si era un bautizo o un entierro, el sacerdote terminaba ausentándose.
El deber del silencio impuesto desde el Obispado de Málaga, ha provocado una ola de enmudecimiento y de falta de recuerdos, pese a que la situación se extendió durante año y medio. Otros hablan del carácter iracundo y autoritario del sacerdote. El miedo a La Iglesia está haciendo el resto. No se puede traspasar el espeso muro de silencio que se ha alzado alrededor de esta parroquia y de lo sucedido en ella.
La novia del cura, que parece que también era bígamo, descubrió el material audiovisual que guardaba el siniestro sacerdote, hijo a su vez de una monja de clausura, y quedó aterrada. Así fue descubierta por el otro párroco de la iglesia y juntos fueron a ver al Vicario Episcopal, don Eduardo Resa, que inmediatamente aconsejó la comparecencia ante el Cuerpo Nacional de Policía. La confundida mujer se enredó entre cartas al obispo, en solicitudes de audiencia y en nuevas visitas al Vicario, que siempre aconsejaba lo mismo: «Acude a la Policia, acude a la Policia«. El Vicario melillense informó a su superior jerárquico, el obispo Catalá Ibáñez, y el sacerdote en desgracia abandonó la ciudad «como alma que lleva el diablo». En toda los círculos católicos melillenses se comentó el abandono relámpago del párroco que se había hecho popular, y se especuló sobre las posibles causas, pero nadie averiguó nada. La novia, trompetista de la Banda de Cautivo, vagó errabunda y sin protección alguna, por diversas dependencias, hasta que finalmente hizo lo recomendado por el Vicario Episcopal, y acudió a la Policía Nacional.
Errores en cadena del Obispo de Málaga
La política de transparencia del Obispado malacitano se hundió en el mes de enero, al no publicar el cese en Melilla del párroco caído, y al no anunciar suss nuevos destinos. No contentos con esta falta, procedieron al borrado total de su nombre, y de todos sus anteriores destinos, pero se olvidaron de uno que posteriormente borraron, el primero, el del 7 de agosto de 2017, nombrado como párroco de Álora, Ardales y Carratraca.
Que se sepa, tampoco activó el obispo malacitano la oficina de Abusos Sexuales, a cuyo frente están Francisco García Villalobos e Ismael Álvarez García, desde marzo de 2022. No se ha informado de un expediente interno sobre este asunto. El caso, es que en vez de apartar de modo preventivo al sacerdote y ex fraile de la Trinidad, se le dejó peregrinar por varias parroquias, sin que se sepa cuales porque tampoco se hicieron públicas, aumentando el riesgo de que prosiguiera con sus fechorías. Se ha publicado que su todavía enamorada pareja, intentó una reconciliación postrera. Al detectar a una nueva novia, se decidió por entregar todo el material a la policía. El sacerdote siguió ejerciendo su ministerio religioso hasta el día anterior a su detención. Esto es una absoluta falta de reacción por parte del Obispado, por mucha carta fraternal que dirija ahora un obispo, que no suele hacerlo.
Suspensión tras su ingreso en prisión
Si la Iglesia retuviera todavía parte de lo que fue en su día, con los procesos inquisitoriales, no le hubiese costado más de tres meses averiguar las falsedades o no del sacerdote ahora encausado por «el brazo secular», o sea, la Justica . Es más, debió ser internado de modo forzoso en un convento, tras su salida intempestiva de Melilla, ante el riesgo de fuga, o del borrado de pruebas, o del acercamiento a otras mujeres. Solo con el ínclito entre rejas, se ha formalizado el expediente que le llevará a la expulsión del sacerdocio, y se le ha suspendido de sus funciones, que ya no debió seguir ejerciendo desde enero.
Nulidad de actos sacerdotales
La sociedad exige responsabilidades a los políticos, a los cargos públicos, y muchos son destituidos o cesados, pero cuando se hace lo mismo frente a La Iglesia se está en contra de ella. El silogismo esgrimido por el Obispo de Málaga es falso, pero no dará cuenta frente a nosotros, sino frente al Vaticano y al Papa Francisco. En Roma conocen muy bien cualquier tipo de falsas excusas y allí no «suelen entender de barcos». Con otro nombre, pero el Santo Oficio sigue existiendo.
¿Son nulos los actos sacerdotales del párroco caído? Esta es la cuestión más espinosa y a la que sí se ha anticipado el Obispado, pero que es la más difícil de dirimir. Si la investigación llega hasta el mismo origen y determina que el sacerdote pronunció sus votos en «falsía», y que ya estaba en desorden espiritual, serán nulos todos los matrimonios, comuniones, bautizos y confesiones que haya realizado. La Iglesia tendrá que extender una nueva validez para todos esos sacramentos. Deberá elaborar una lista de todos aquellos en los que hay intervenido desde 2017 a 2023.
La destrucción de los Padres Paúles en Melilla
Cuando el obispo Catalá Ibañez se asentó en la Diócesis de Malaga en 2012, una de sus primeras decisiones fue la de arrebatar las parroquia de San Agustín a los Paúles, de la que habían sido sus fundadores en 1928. Acataron la decisión y fueron sustituidos por el clero diocesano, sometido a constantes relevos, otro mal que aqueja a la diócesis. Quedaron recluidos en la iglesia de Santa María Micaela, de la que fueron definitivamente removidos en 2021. Fue como abrir directamente la puerta al diablo, como así ha sucedido. Las fechas coinciden.
En Melilla fue rectificada una bendición suya, cuando volvió a la parroquia de San Agustín el busto original del Cristo de Limpias, guardado por una mujer del barrio. Un monaguillo impío abrió la urna bendecida y lo sustituyó por otro de su conveniencia.
Así también la fe, si no tuviera obras, muerta está por sí misma. Aún podrá uno cualquiera decir: «Tú tienes fe y yo tengo obras; muéstrame esa tu fe desprovista de obras, y yo te mostraré por mis obras, la fe. ¿Tú crees que Dios es Uno?. Haces muy bien; también los demonios creen y se estremecen. Santiago 2, 17-19
A veces se producen encuentros casuales, imágenes irrepetibles , como esta de monseñor Buxarrais, obispo emérito de Málaga, y José Manuel Barreiro, anterior Vicario de Melilla, el segundo melillense que ha ocupado ese cargo desde que fuera creado en 1939. En el año 2011, fecha del nombramiento del actual Vicario, Roberto Rojo, se produjo una revolución en el mundo eclesial y religioso católico, de la que escribimos en su momento.
Monseñor Buxarrais lleva retirado en la ciudad desde 1991, y José Manuel Barreiro está de misión en Venezuela desde el año 2011. Ambos son buenas personas y ejemplos de dedicación a la fe de la que son testigos. La frase de Santiago es tremenda: ..también los demonios creen». ¿Qué diferencia por tanto?. Las obras, los ejemplos. Palabras sin hechos no son nada. Fe sin hechos tampoco. En este caso, coinciden ambas cosas; palabras y hechos, fe y obras. Y ambos, por las obras, prueban o dan muestras de su fe.
El Obispo de Málaga restablece y bendice un culto centenario
En la tarde del día 3 de noviembre de 2015, la iglesia de San Agustín del Barrio melillense del Real estaba llena como en sus mejores tiempos. Un obispo de la Diócesis de Malaga-Melilla oficiaba por primera vez allí una misa, y no en la iglesia Arciprestal o en la patronal de La Purísima Concepción, como sería habitual.
La presencia de monseñor Jesús Catalá Ibáñez, obispo de Málaga, tenía un doble motivo, el primero era ordenar como diácono a un seglar, Antonio Guerrero, máximo cargo al que puede aspirar un laico. El segundo motivo era el de bendecir la urna del Cristo de Limpias en la parroquia de San Agustín, y restablecer así un culto iniciado en la ciudad de Melilla hace un siglo, y 25 años después de que fuera abatido por el sacerdote Jesús Hurtado, entonces perteneciente a la congregación de los Padres Paúles.
La alegría era triple entre los feligreses de la parroquia del Real, primero el nombramiento de un vecino del barrio, segundo el regreso del busto del Cristo de Limpias al barrio y el tercero, la presencia del Obispo de Málaga en el templo de San Agustín.
La ceremonia religiosa
La ceremonia religiosa empezó con la bendición de la urna del busto del Cristo de Limpias, donada y restaurada por feligreses del barrio, y estuvo dirigida por monseñor Catalá Ibañez, para seguidamente, atravesar el templo en procesión, seguido por el obispo emérito de Málaga monseñor Ramón Buxarrais, el Vicario Episcopal Roberto Rojo, y el párroco de San Agustín Rafael Lopez, y otros sacerdotes del clero melillense y asistentes de monseñor Catalá Ibáñez. Fue una ceremonia religiosa de primer orden, consistente en una misa concelebrada, en la que se dio lectura al nombramiento episcopal de Antonio Guerrero como diácono y lector del evangelio.
La homilía de monseñor Jesús Catalá Ibañez
Monseñor Catalá Ibáñez, obispo de Málaga- Melilla, estuvo cerca y fue cercano, algo que no es fácil de conseguir. Resaltó en su homilía dos cosas, la obediencia a la palabra de Cristo y el servicio a la misma. Para Monseñor Catalá: La obediencia es la virtud de escuchar la palabra de Cristo y luego obedecerla, pues se trata de la palabra de Dios, de la cual Cristo es su última manifestación. Escucharla atentamente es el alimento del cristiano, para interiorizarla y luego obedecerla. El banquete eucarístico que ofrece Cristo es algo al que todos están invitados. La palabra de Cristo transforma y se manifiesta por medio de la propia palabra y por la Eucaristía. La lectura de la palabra de Cristo te convierte en proclamador, y también en su servidor. El servicio al Altar y a la mesa del banquete eucarístico. ¡Quién come de este pan y bebe de este cáliz, se salvará!; concluyó monseñor Catalá Ibáñez.
Un hecho histórico
En la historia de la Iglesia de Cristo en Melilla, la fecha del 3 de noviembre de 2015 quedará ya marcada para siempre. Un obispo, D. Jesús Catalá Ibañez, restableció el culto al Cristo de Limpias en el barrio del Real, en presencia del obispo emérito D. Ramón Buxarrais, y siendo párroco de San Agustín, el sacerdote diocesano Rafael López.
Las órdenes religiosas y congregaciones que forman la tupida red de La Santa Madre Iglesia, son completamente autónomas. Por este motivo, Monseñor Catalá Ibáñez, Obispo de Málaga, no ha tenido responsabilidad alguna en el repentino abandono Paul de lo que hasta ahora habían sido sus centros más emblemáticos (parroquia de San Agustín, Centro Asistencial y guardería de Las Damas y Luisas de Marillac). Las Hijas de la Caridad dependen de los Paúles.
Los superiores de la Congregación de los Padres Paúles comunicaron al Obispado de Málaga sus intenciones de abandonar los mencionados centros, en el pasado mes de junio. Esos cuatro meses son los que ha tenido Monseñor Catalá Ibañez, para solucionar esta crisis en el seno de la iglesia melillense. Se vio salir humo, pero no se sabía de qué importancia era el fuego. En los últimos c meses el Obispo de Málaga ha visitado dos veces la ciudad. En teoría era visitas protocolarias, con agenda marcada y pública, sin embargo, detrás de ellas está claro que se necesitaba evaluar el alcance de «la rebelión Paúl» en Melilla. Eran demasiados centros y muy emblemáticos, para resolver la situación en un solo golpe de timón.
El principal problema era como iniciar el curso en la guardería de Las Damas y Luisas del Bario del Real, pues no se podía iniciar el curso y cambiar la dirección en el primer trimestre. Así, sin hacer ruido, el Obispado malagueño encargó a la Fundación de Santa Mª de la Victoria que se hiciera cargo de la dirección del Centro en la calle del General Villalba. Luego había que sustituir la dirección Paúl de la parroquia de San Agustín por otra diocesana y como último acto, el más trascendente, el cerrar la página histórica de la presencia de Las Hijas de La Caridad en Melilla.
Ahora hemos conocido las dimensiones de la crisis, pero probablemente, nunca conozcamos ni sus fundamentos ni sus causas. La Santa Iglesia actúa así desde hace dos milenios. Cuando la feligresía huele y ve el humo, es porque ya han apagado el fuego. Por esta y otras muchas razones, al Iglesia sobrevive como Institución y de las herejías que se enfrentaron a ellas ya solo queda un nombre en los libros de historia. Con la Orden del Templo de Jerusalén, acabaron en un solo día, con un solo golpe de maza.
Como almas que lleva el diablo
Así han salido esta mañana, a las 7h00, las cinco últimas Hijas de la Caridad de la historia de Melilla. No se han dado cuenta ni los trabajadores , ni los residentes. Han sido despedidas únicamente por Monseñor Ramón Buxarrais, que se levanta todos los días a las cinco de la mañana. El trance ha debido ser muy doloroso y no han querido exponerse a las despedidas de los ancianos. En cualquier caso, no se merecía acabar así la presencia de estas hermanas en Melilla, tras 87 años de duro trabajo y entrega absoluta a los desfavorecidos. Algunos dirán que esto ha sido la voluntad de Dios, pero yo afirmo que por todos lados, se ve la voluntad de los hombres.
En la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Málaga, en la calle Compañía, se celebra la Santa Misa presidida por su Rvdo. Obispo de Málaga Monseñor Jesús Catalá Ibañez. Será hoy lunes 18 a las 19.30 h con motivo del 85 aniversario del fallecimiento del jesuita en proceso de beatificación.
Desde su llegada, en 1912, se caracterizó por ser buen predicador y confesor, y por su honda sensibilidad social. El obispo Don Manuel González le encomendó los ejercicios espirituales de sacerdotes y maestros, así como el preparar las visitas pastorales a la provincia con misiones populares, en las que le acompañaban algunas catequistas. Su figura fue pronto elogiada, y merece especial mención su papel en la asamblea diocesana, encargada de la aplicación de la doctrina social de León XIII.
Dedicó grandes esfuerzos a atender la casa del Niño Jesús, a impulsar la educación en los corralones de la periferia de Málaga y, a partir de 1922, en los pueblos y pedanías más distantes de la capital, obra que fue conocida como las doctrinas rurales. También intervino en la creación de la librería católica de la plaza del Siglo, de una Casa de Piedad para mujeres, de colegios-capilla en El Chorro y Las Mellizas, y en la instauración del Carmelo de Ronda. Su causa fue presentada en la Congregación de la Causa de los Santos en Roma, el 27 de abril de 2010.
Blog de Julio Alejandre, autor de las novelas Reporte de una boda y un entierro, Las islas de Poniente y La corona del marReporte de una boda y un entierro.