Palabras y hechos


Obispo de Málaga y Vicario de Melilla

                                                      Obras y Fe

        Así también la fe, si no tuviera obras, muerta está por sí misma. Aún podrá uno cualquiera decir: «Tú tienes fe y yo tengo obras; muéstrame esa tu fe desprovista de obras, y yo te mostraré por mis obras, la fe. ¿Tú crees que Dios es Uno?. Haces muy bien; también los demonios creen y se estremecen. Santiago 2, 17-19

                     A veces se producen encuentros casuales, imágenes irrepetibles , como esta de monseñor Buxarrais, obispo emérito de Málaga, y José Manuel Barreiro, anterior Vicario de Melilla, el segundo melillense que ha ocupado ese cargo desde que fuera creado en 1939. En el año 2011, fecha del nombramiento del actual Vicario, Roberto Rojo, se produjo una revolución en el mundo eclesial y religioso católico, de la que escribimos en su momento.

                    Monseñor Buxarrais lleva retirado en la ciudad desde 1991, y José Manuel Barreiro está de misión en Venezuela desde el año 2011. Ambos son buenas personas y ejemplos de dedicación a la fe de la que son testigos. La frase de Santiago es tremenda: ..también los demonios creen». ¿Qué diferencia por tanto?. Las obras, los ejemplos. Palabras sin hechos no son nada. Fe sin hechos tampoco. En este caso, coinciden ambas cosas; palabras y hechos, fe y obras. Y ambos, por las obras, prueban o dan muestras de su fe.

           Nota:https://elalminardemelilla.com/2011/10/17/frente-a-la-roca-de-san-pedro/

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El Cristo de Limpias regresa a San Agustín del Real


El Obispo de Málaga restablece y bendice un culto centenario

      En la tarde del día 3 de noviembre de 2015, la iglesia de San Agustín del Barrio melillense del Real estaba llena como en sus mejores tiempos. Un obispo  de la Diócesis de Malaga-Melilla oficiaba por primera vez allí una misa, y no en la iglesia Arciprestal o en la patronal de La Purísima Concepción, como sería habitual.

      La presencia de monseñor Jesús Catalá Ibáñez, obispo de Málaga, tenía un doble motivo, el primero era ordenar como diácono a un seglar, Antonio Guerrero, máximo cargo al que puede aspirar un laico. El segundo motivo era el de bendecir la urna del Cristo de Limpias en la parroquia de San Agustín, y restablecer así un  culto iniciado en la ciudad de Melilla hace un siglo, y 25 años después de que fuera abatido por el sacerdote Jesús Hurtado, entonces perteneciente a la congregación de los Padres Paúles.

        La alegría  era triple entre los feligreses de la parroquia del Real, primero el nombramiento de un vecino del barrio, segundo el regreso del busto del Cristo de Limpias al barrio y el tercero, la presencia del Obispo de Málaga en el templo de San Agustín.

                                    La ceremonia religiosa

        La ceremonia religiosa empezó con la bendición de la urna del busto del Cristo de Limpias, donada y restaurada por feligreses del barrio, y estuvo dirigida por monseñor Catalá Ibañez, para seguidamente, atravesar el templo en procesión, seguido por el obispo emérito de Málaga monseñor Ramón Buxarrais, el Vicario Episcopal Roberto Rojo, y el párroco de San Agustín Rafael Lopez, y otros sacerdotes del clero melillense y asistentes de monseñor Catalá Ibáñez. Fue una ceremonia religiosa de primer orden, consistente en una misa concelebrada, en la que se dio lectura al nombramiento episcopal de Antonio Guerrero como diácono y lector del evangelio.

                       La homilía de monseñor Jesús Catalá Ibañez

            Monseñor Catalá Ibáñez, obispo de Málaga- Melilla, estuvo cerca y fue cercano, algo que no es fácil de conseguir. Resaltó en su homilía dos cosas, la obediencia a la palabra de Cristo y el servicio a la misma. Para Monseñor Catalá: La obediencia es la virtud de escuchar la palabra de Cristo y luego obedecerla, pues se trata de la palabra de Dios, de la cual Cristo es su última manifestación. Escucharla atentamente es el alimento del cristiano, para interiorizarla y luego obedecerla. El banquete eucarístico que ofrece Cristo es algo al que todos están invitados. La palabra de Cristo transforma y se manifiesta por medio de la propia palabra y por la Eucaristía. La lectura de la palabra de Cristo te convierte en proclamador, y también en su servidor. El servicio al Altar y a la mesa del banquete eucarístico.  ¡Quién come de este pan y bebe de este cáliz, se salvará!; concluyó monseñor Catalá Ibáñez.

                                                Un hecho histórico

           En la historia de la Iglesia de Cristo en Melilla, la fecha del 3 de noviembre de 2015 quedará ya marcada para siempre. Un obispo, D. Jesús Catalá Ibañez, restableció el culto al Cristo de Limpias en el barrio del Real, en presencia del obispo emérito D. Ramón Buxarrais, y siendo párroco de San Agustín, el sacerdote diocesano Rafael López.

El Obispado cubre la marcha de los Paúles


    Fundación Sta. Mª de La Victoria

      Las órdenes religiosas y congregaciones que forman la tupida red de La Santa Madre Iglesia, son completamente autónomas. Por este motivo, Monseñor Catalá Ibáñez, Obispo de Málaga, no ha tenido responsabilidad alguna en el repentino abandono Paul de lo que hasta ahora habían sido sus centros más emblemáticos (parroquia de San Agustín, Centro Asistencial y guardería de Las Damas y Luisas de Marillac). Las Hijas de la Caridad dependen de los Paúles.

         Los superiores de la Congregación de los Padres Paúles comunicaron al Obispado de Málaga sus intenciones de abandonar los mencionados centros, en el pasado mes de junio. Esos cuatro meses son los que ha tenido Monseñor Catalá Ibañez, para solucionar esta crisis en el seno de la iglesia melillense. Se vio salir humo, pero no se sabía de qué importancia era el fuego. En los últimos c meses el Obispo de Málaga ha visitado dos veces la ciudad. En teoría era visitas protocolarias, con agenda marcada y pública, sin embargo, detrás de ellas está claro que se necesitaba evaluar el alcance de «la rebelión Paúl» en Melilla. Eran demasiados centros y muy emblemáticos, para resolver la situación en un solo golpe de timón.

       El principal problema era como iniciar el curso en la guardería de Las Damas y Luisas del Bario del Real, pues no se podía iniciar el curso y cambiar la dirección en el primer trimestre. Así, sin hacer ruido, el Obispado malagueño encargó a la Fundación de Santa Mª de la Victoria que se hiciera cargo de la dirección del Centro en la calle del General Villalba. Luego había que sustituir la dirección Paúl de la parroquia de San Agustín por otra diocesana y como último acto, el más trascendente, el cerrar la página histórica de la presencia de Las Hijas de La Caridad en Melilla.

      Ahora hemos conocido las dimensiones de la crisis, pero probablemente, nunca conozcamos ni sus fundamentos ni sus causas. La Santa Iglesia actúa así desde hace dos milenios. Cuando la feligresía huele y ve el humo, es porque ya han apagado el fuego. Por esta y otras muchas razones, al Iglesia sobrevive como Institución y de las herejías que se enfrentaron a ellas ya solo queda un nombre en los libros de historia. Con la Orden del Templo de Jerusalén, acabaron en un solo día, con un solo golpe de maza.

                       Como almas que lleva el diablo

     Así han salido esta mañana, a las 7h00, las cinco últimas Hijas de la Caridad de la historia de Melilla. No se han dado cuenta ni los trabajadores , ni los residentes. Han sido despedidas únicamente por Monseñor Ramón Buxarrais, que se levanta todos los días a las cinco de la mañana. El trance ha debido ser muy doloroso y no han querido exponerse a las despedidas de los ancianos. En cualquier caso, no se merecía acabar así la presencia de estas hermanas en Melilla, tras 87 años de duro trabajo y entrega absoluta a los desfavorecidos. Algunos dirán que esto ha sido la voluntad de Dios, pero yo afirmo que por todos lados, se ve la voluntad de los hombres.

Nota: http://www.fdevictoria.es/

Málaga recuerda al padre Tiburcio Arnáiz


               Tiburcio Arnáiz, un culto extendido en Málaga

                 En la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Málaga, en la calle Compañía,  se celebra la Santa Misa presidida por su Rvdo. Obispo de Málaga Monseñor Jesús Catalá Ibañez. Será hoy  lunes 18 a las 19.30 h con motivo del 85 aniversario del fallecimiento del jesuita en proceso de beatificación.

                   Desde su llegada, en 1912, se caracterizó por ser buen predicador y confesor, y por su honda sensibilidad social. El obispo Don Manuel González le encomendó los ejercicios espirituales de sacerdotes y maestros, así como el preparar las visitas pastorales a la provincia con misiones populares, en las que le acompañaban algunas catequistas. Su figura fue pronto elogiada, y merece especial mención su papel en la asamblea diocesana, encargada de la aplicación de la doctrina social de León XIII.

                Dedicó grandes esfuerzos a atender la casa del Niño Jesús, a impulsar la educación en los corralones de la periferia de Málaga y, a partir de 1922, en los pueblos y pedanías más distantes de la capital, obra que fue conocida como las doctrinas rurales. También intervino en la creación de la librería católica de la plaza del Siglo, de una Casa de Piedad para mujeres, de colegios-capilla en El Chorro y Las Mellizas, y en la instauración del Carmelo de Ronda. Su causa fue presentada en la Congregación de la Causa de los Santos en Roma, el 27 de abril de 2010.

                www.diocesismalaga.com