El rescatador del Rocío y del Cautivo


Sebastián García: In memoriam

Los primeros pasos en busca de la densa historia de la semana santa de Melilla me llevaron invariablemente hasta la casa de Sebastián García y Loli Arjonilla. Si alguien merecía que la calle en donde vivían llevase su nombre era esta singular y ya irrepetible pareja, porque le daban sentido colectivo a esta calle. La falta de reconocimiento en esta ciudad hacia alguno de sus personajes más representativos y que más han hecho por ella, empieza a ser un mal endémico. Es más, merecerían haber disfrutado de ese honor en su vida conjunta.

Solo el exdiputado melillense Antonio Gutiérrez Molina se ha atrevido a hacer una elegía post mortem u obituario, del que fuera hermano mayor de la Cofradía del Cautivo y de la virgen del Rocío, advocaciones a las que veneraba sin medida. Hablo de él porque es el que ha fallecido, pero en realidad eran ambos, en el mismo modo que lo eran Isabel y Fernando y su célebre Tanto monta, monta tanto. Esa otra frase que tanto repetimos de «hacer Melilla» cobra sentido en la actividad humana, social y vecinal de Sebastián García.

Su contribución a la recuperación y rescate de la semana santa melillense y de esta cofradía es fundamental, sin ningún matiz posible. Sin él, no hubiera sido posible, o la evolución de las cosas hubiese sido totalmente distinta. Sin embargo, el que Sebastián y Loli se encontrasen en un cuarto oscuro, allá por por 1983, con los restos abandonados de las dos imágenes más veneradas de Melilla, cambió la historia. Era el año 1983 y los pasos procesionales todavía no habían regresado a las calles, desde la prohibición eclesiástica de 1974. El miedo a los iconoclasta era tal, porque todavía actuaban y no habían acabado el trabajo empezado, que vistieron a la virgen del Rocío con el vestido de novia de Loli (que presentamos en exclusiva), y la escondieron en la capilla de los toreros en la Plaza de Toros, conocida también como la mezquita del toreo. A partir de ese momento empezó la reconstrucción de la semana santa melillense, es el hecho clave.

Reconstruyeron la cofradía desde la nada, porque no había quedado nada, ni siquiera las imágenes, que tuvieron que ser restauradas. a partir de ahí, se presentaron nuevamente en las calles en 1989. No había tronos, ni palios, ni varales, ni cirios, ni vestidos, ni corones. Recuperaron todo, las pasos semanosanteros, la romería del Rocío, la banda, el coro de Jesús Cautivo, e incluso llevaron una nueva imagen de la virgen del Rocío a los Pinos, que fue donada por Evaristo Muñoz Manero, entonces Comandante General de Melilla. La cofradía renacida como el ave fénix, alcanzó su máximo esplendor y prestigio, hasta que en 2005, en un suceso del que nada más se ha sabido, el entonces vicario Antonio Ramos Ayala, decidió intervenir y disolver la Junta de Gobierno de la Cofradía, con un decreto que se conoció como «el vicariazo«.

Sebastián García y Loli Arjonilla se retiraron del mundo público y renunciaron a defenderse públicamente de lo sucedido. Con el mismo empeño con que levantaron la cofradía, crearon su nuevo mundo, su pequeña capilla que compartían con el barrio, con los vecinos y amigos, y allí volvieron Mª Santísima del Rocío, Jesús de Medinaceli y otras muchas imágenes que ellos iban adquiriendo o que les iban donando otras personas. Desde ese mismo año y hasta la fecha presente, montaban el Belén Navideño, participaban en la Cruces de Mayo, celebraban Pentecostés y el día de la Patrona, con pequeñas fiestas en la calle, con presencia de música, amigos y comida y bebida para todos los asistentes, sin faltar un solo año.

La desaparición de Sebastián García cierra un época importante en la Pascua católica, la de la recuperación. Al menos un tercio de lo que hoy se tiene y vemos, se debe a su voluntad y a su fervor religioso, inasequible frente a los duros golpes que tuvo que recibir de lo que creía que era su mundo y al que tanto contribuyó. Por eso, y ha sido comentado en las redes sociales, se ha echado en falta dedicatorias consideradas como imprescindibles, por parte de algunas cofradías y hermandades y sobre todo, por la Agrupación de Cofradías, tan exigentes en otras ocasiones. No puede ser tanto el rencor o el olvido, como para que ni siquiera dejen aflorar la obligada caridad cristiana. Que Descanse en Paz Sebastián García.

El fallo de la Cruz de Mayo


                    

                   

                  ¿Olvidó Festejos la Cruz de Sebastián y Loli Arjonilla?

       Un fallo es tanto una sentencia dictada por un juez o tribunal, como una decisión tomada por una persona o jurado en un determinado asunto. Fallo es también una deficiencia o error, o el propio acto de fallar.

        La Vice-Consejería de Festejos es la encargada de fomentar y velar por el mantenimiento de las tradiciones de las diferentes comunidades que conforman la sociedad melillense.    Las Cruces de Mayo se engloba en las tradiciones de la comunidad cristiana y consiste en el adorno de patios, o vestíbulos,  bien en comunidades o asociaciones de vecinos,  en entidades oficiales, o en casas particulares que dispongan de un patio o de una azotea en donde instalar estas cruces, hechas con flores y otro tipo de exornos.

       Sebastián García y Loli Arjonilla son una familia del Monte de la Libertad, o de Calvo Sotelo, que de «motu propio» celebran en la calle y con todos los vecinos, varios eventos tradicionales cristianos (Navidad, Rocío y Cruz de Mayo). Las Cruces de Mayo es aparte de una tradición, un concurso en el que participan todos los melillenses que quieran, en sus distintas modalidades, y regulado por la Festejos, con reglamento de participación.

                                         ¿Fallo o fallo?

       En la modalidad del concurso individual, participó como cada año éste conocido matrimonio melillense, que también dirige uno de los coros rocieros más famosos y de calidad de la ciudad. Su Cruz de Mayo, instalada en la azotea, es una de las más hermosas y bien realizadas que he visto. Es muy superior en calidad a muchas de las que participan en el concurso colectivo. Sin embargo, el Fallo del jurado del concurso de las Cruces de mayo, ha fallado en favor de todos los participantes, excepto en el del caso de Sebastián y Loli, al que ni siquiera mencionan.

     ¿Olvido, fallo, mano negra, ésta espectacular Cruz era la peor de todas las que se presentaban?. Según cuentan los vecinos y el propio matrimonio, creen que el jurado oficial se olvidó, bien de visitar su casa, o de mencionarlos siquiera en el apartado de meritorio. Piensan que «el jurado» que se presentó a visitar y valorar la cruz no era el oficial, porque han contactado con otras personas y no eran los mismos componentes del jurado visitante.

    El fallo del jurado es inapelable, según las bases del concurso, y también clamoroso, tras la vista de la espectacularidad de esta cruz. Aquí ha habido un olvido, no se sabe si deliberado o involuntario. En la mañana del lunes 8 de mayo van a presentar una aclaración ante el jurado de las Cruces de Mayo, porque las bases obligan a que las composiciones estén montadas hasta el día 10, para que el público que lo desee pueda visitarlas. Saben de buena tinta que algunos de los premiados en el concurso individual ya las han desmontados. A ellos sí les visitó el jurado oficial.

Coro navideño, Jesús Cautivo


        Su nombre completo es: Coro Jesús Cautivo y Nuestra Sra. de La Victoria, surgido en la primera década del 200o, tras la escisión en la Cofradía del Rocío en 2001. Lo componen los antiguos integrantes de la que fuera la última Junta de Gobierno del Rocío, porque desde entonces no ha habido otra. Se puede decir, que Sebastián García es el último Hermano Mayor del Rocío en Melilla. Han pasado ya 15 años desde aquel suceso, destitución e intervención de una cofradía, y todavía no se han convocado elecciones en la actual, de la que se podría decir que está en funciones, o en situación de interinidad.

        Sebastián García y su esposa Loli Arjonilla, junto a su grupo de amigos y fieles, atraen cada año a más de un centenar de personas, a las celebraciones populares de la Navidad y de Pentecostés, en su casa de la calle sargento Arbucias, en el muy conocido cerro de la Libertad o de Calvo Sotelo. Ellos invitan a todo y organizan todos los pormenores de las celebraciones. Con ellos arranca y se mantiene, la celebración popular de la navidad en las calles, al margen de cualquier organización oficial o eclesial.