La procesión de las autoridades


Reflexiones del sábado santo

Todo lo que debía ocurrir, ocurrió el viernes, tal y como estaba escrito. El sábado es para la reflexión y el domingo es pura fe.

    Todo esto tiene su origen en Jerusalén, durante la Pascua judía, en un territorio bajo la administración de Roma. En algunas de las conmemoraciones participaban las autoridades romanas, de las que Poncio Pilato, gobernador de Judea fue la más célebre, tanto que pasó al Credo cristiano. Ninguna autoridad quiere que durante su mandato, se origine un conflicto así, pero tampoco quieren darle la espalda a la población y a sus sensibilidades. Este es el motivo y el origen de la presencia de la autoridad pública, en los desfiles procesionales religiosos. Es un guiño al pueblo gobernado ya también una suerte de conjuro: » y líbranos del mal», dice la única oración instituida por Jesús, para dirigirse al Padre (Abba). Los romanos eran tolerantes en lo concerniente al fenómeno religioso, pero totalmente implacables en cuanto a la supremacía de la Ley y del Estado, romano, frente a la religión. Más de 20 siglos después, seguimos en este conflicto, y en estas disquisiciones.

   Su exigencia era muy sencilla, al entrar en un edificio público, bastaba con añadir a la jaculatoria habitual de «buenos días nos de Diós», la de «y al César». Esas tres palabras finales eran, fueron y son, la causa de los conclictos más salvajes, el detonador más poderoso. La intolerenacia está siempre del lado religioso y en el ideológico. Lo opuesto sería el Estado bolchevique y la destrucción física de todo lo religioso, incluidas las personas, porque el Estado también se puede convertir en una religión.

  Las Democracias representan pues, la única posibilidad de salir indemnes de todo este oscurantismo, pero para nuestras inquietudes, son vulnerables a las intransigencias religiosas e ideológicas, que acaban transformándose en imposiciones. Las autoridades romanas imploraban constantemente la protección de todas las divinidades habidas y por haber, pero divinizaban también a las autoridades. A partir de Augusto, la deificación de emperadores fue habitual. Es más, se ha convertido en una práctica vigente hasta nuestros días, aunque se la denomina como «culto a la personalidad«, influjo y tentación de la que nadie está exento. Eso sí, santificando lo propio y demonizando lo del rival. La política mundial sigue siendo muy romana, muy pasional. La defenestración, otra práctica en uso, es también muy romana. Por lo demás,  el Estado romano no era ejemplar.

La metáfora del Viernes Santo

Los viernes son el día clave en todas las procesiones del mundo católico romano, por eso participan las autoriades, pero solo las que lo son realmente. Ocurre que como tienen público, nada existiría sin él, se suman al carro expositor todos los que pueden o quieren, sean creyentes o no, y aunque no ostenten cargo alguno. Lo que es obligado es la presencia institucional, no la personal. Ocurre también que se critica tanto al que va, como al que no lo hace. Así pues, la opinión pública tampoco deja a veces opción alguna. Solo en el mundo ortodoxo y en el prostestante, están exentos de todas estas participaciones y alternativas sin opción. En El Alminar no criticamos ni la participación, ni la ausencia, sobre todo porque quien participa en las procesiones lo hacen porque quieren, en uso de su libre albedrío. Si además se está obligado institucionalmente, entonces nada hay que decir.

  La obligación, en nuestra ciudad de todas las culturas y todas las religiones, es preservar la neutralidad institucional, y no mezclar lo político con nada religioso.  Es una obligación política, institucional, y también individual, conservar este ejemplo construido a lo largo de cinco siglos, en un mundo que busca el viento contrario. Al final, todo es incienso.

Viernes Santo final


Nunca había habido tanta gente en el centro de Melilla, acompañando los pasos procesionales o llenando algunos puntos del recorrido. El Viernes Santo es el día clave, el de las procesiones oficiales. También es el día en que acaba la historia, lo constatable: fue enterrado, muerto y sepultado , y descendió a los infiernos; para dar comienzo al camino de la fe: y al tercer día resucitó de entre los muertos.

La presencia de la semana santa en el norte de África es una reliquia histórica, fruto de la presencia europea desde el siglo XV. Los otros focos cristianos están en Egipto, Etiopía y en el Túnez de San Agustín, aunque allí lo que impera es la tradición ortodoxa oriental y copta, y no el catolicismo romano. La distinta evolución del cristianismo configuró realidades distintas.

A nadie se le escapan las dificultades a las que se enfrenta la existencia futura de la semana santa melillense, algunas de las cuales se muestran cada año, como la insuficiencia de portadores de trono o el escaso número de nazarenos. Aún así, el mérito es mayor que en cualquier otra ciudad española, ya que algunas cofradías portan pasos procesionales dos y tres veces a lo largo de la semana, casi con los mismos portadores o costaleros, sin relevos posibles, como son las cofradías del Flagelado y la del Rocío. El acortamiento del recorrido y la permanencia de los tronos en la plaza de toros, ha ayudado a que todos los pasos permanezcan, desde el retorno de las procesiones en 1984, tras la década iconoclasta.

Semana Santa 2023

La pandemia del coronavirus detuvo toda actividad a lo largo de dos años (2020 y 2021). El regreso ha sido completo. El acierto, ya iniciado el pasado año, de instalar gradas suficientes y sillas en el recorrido de la carrera oficial, ha ayudado a la mayor presencia y permanencia de los melillenses durante el paso de las imágenes. Además, le ha dado una mayor presencia y vistosidad al enorme esfuerzo que supone tener un trono o varios en las calles, a lo largo de 5 horas.

Cualquier reforma futura del centro de la ciudad debe tener en cuenta la pervivencia de la semana santa melillense, y del propio centro como eje económico y cultural. En esta parte de la ciudad hay población y hasta ella se debe acceder con comodidad. Mejorar la accesibilidad no debe significar hacerlo inaccesible. Es un trazado inmejorable y la avenida principal es muy amplia y espaciosa. La calle General Marina iba a ser «reventada» apenas unos días antes del inicio de la semana santa. La construcción no entiende de hechos diferenciadores. No todo puede ser una alocada carrera por ver quién hace más en el último mes.

Imágenes y pasos

Son siempre los mismo, pero siempre cambia algo. Cambian los espectadores, los portadores, los lugares y las luces. Algunos de los que forjaron este modelo de semana santa ya no están, como Sebastián García, hermano mayor y refundador del Rocío, fallecido el pasado mes de marzo. Desde algunos sectores se ha afeado el hecho de que no haya existido un mínimo recuerdo a su importante contribución a la semana santa de Melilla y a sus imágenes más emblemáticas, las del Cautivo y del Rocío.

Cada día tiene su propio afán y su imagen más representativa. El viernes son la de la Virgen de los Dolores (Soledad antigua) y la del Cristo del Socorro, ambas de Melilla la Vieja, o Pueblo. La primera es la procesión oficial, y en la que participan las autoridades civiles y militares. Ante la segunda se realiza el responso oficial desde la tribuna oficial. Siempre quedaran certezas y también dudas. Cada cual tendrá su día y su imagen emblemática, la del Alminar es siempre la de Dolores. Esa imagen tiene algo especial. Llamativa también, la abundante presencia de jóvenes y adolescentes bajo los varales de los tronos.

El futuro de la ciudad se decide dentro de muy pocas semanas, con la sensación de muchas oportunidades perdidas, y la de tener muy pocas alternativas. Quizá haya que esperar más. Quizá no sea este el momento, pero debería. Tras esta semana santa, que ha sido especial, el Alminar cumplirá 12 años de existencia. Demasiado tiempo, nunca esperamos que fuera tanto. Ahora ya, estamos casi en Soledad.

Post Data: Como despedida final, damos el último adiós al amigo y compañero de tres blogs (Al Sur de Alborán, Historia de la Melilla de izquierdas, Historias de la Melilla marinera) Carlos Esquembri, fallecido el pasado día 18 de marzo, en aguas del Atlántico Norte.