El gimnasio fantasmal


         

              El presidente portuario de Melilla, el singular D. Arturo, concede una entrevista a la cadena SER en diciembre de 2011 y dice: » Melilla vive de espaldas a su estación marítima, aquí hay una magnífica cafetería/restaurante, al qe se puede venir y disfrutar a la vez de unas vistas maravillosas». Cuatro meses después cierran la cafetería/restaurante y abren un gimnasio. No tiene lógica alguna. No creo que en ninguna estación marítima, de ferrocarril  o aeropuerto de toda Europa, exista un sólo gimnasio. No se entiende qué función puede tener un establecimiento de este tipo, en un edificio de tránsito de pasajeros. Tampoco ayuda el que la zona colindante al gimnasio esté semi abandonada, con las paredes sin enfoscar, y con el aspecto de ser un cuarto de los trastos portuarios.

        Los aeropuertos, las estaciones de ferrocarril, o los puertos, se utilizan para transportar viajeros. Las cosas que debe haber en estos edificios y que de hecho hay, son muy determinadas: Zonas de ocio, cafeterías, tiendas, o incluso centros comerciales. En Melilla han decidido, los responsables de esto, que tenemos que marchar con el paso cambiado y al revés del mundo. Un pasajero de la Estación Marítima de Melilla ya no tiene lugar en dónde sentarse, en donde cenar, desayunar o almorzar, o simplemente esperar el horario de salida de su barco. No hay tiendas, la mini cafetería tiene un horario muy limitado, no hay ni siquiera un cajero automático. No hay nada.

        El pasajero que sale o llega a Meilla por la noche se encuentra con que no dispone de un lugar para tomar un café. Si el barco sale en un horario nocturno o incluso de madrugada, solo ve el ambiente fantasmal del gimnasio. Es una visión irreal. La propaganda lo presentó como lo más sofisticado del planeta y la verdad es que resulta bastante normalito, tiene el aspecto de ser un gimnasio. La pregunta principal es qué modelo de Estación Marítima están buscando, si es que tienen alguno en mente.

       Dentro de poco, la operación Paso del Estrecho pondrá a prueba nuestra a la Estación Marítima Master del Universo, y la verdad es que no hay nada que ofrecer al viajero. Ningún área de descanso, ningún establecimiento comercial, ningún restaurante. Es una visión fantasmal. Una Estación Marítima es por definición un lugar de tránsito. La impresión que da la nuestra es que se quiere que salgamos de ella disparados, como almas que lleva el diablo.