El Lignum Crucis


 

         La reliquia del Lignum Crucis es la más importante de toda la cristiandad. Su hallazgo se debe a Helena, mujer grande entre las grandes, esposa del emperador romano Constancio Cloro y madre de Constantino, fundador de Constantinopla, en el lugar de la antigua villa griega de Bizancio.

          Nunca sabremos si Constantino se bautizó o no, tras la declaración del cristianismo como religión oficial del Imperio Romano en 313. Lo que sí sabemos es que Flavia Julia Helena, tras una serie de visiones, decidió marchar en peregrinación a Jerusalén, en donde inició una campaña de excavaciones para identificar los lugares de la Pasión de Jesucristo, perdidos tras tres siglos de destrucciones y olvidos. Por este hecho se la considera la fundadora de la arqueología.

              Una nueva visión, ya en la ciudad de Jerusalén, en la que se  le apareció un comerciante de incienso, le indicó el lugar en donde aparecerían las tres cruces del Gólgota, tanto la del propio Jesucristo, como la de los dos ladrones, Dimas y Gestas. Las cruces fueron halladas en una antigua bodega o almacén, enterrado bajo el suelo de la ciudad del siglo IV. Aquí se inicia la leyenda de la reliquia del Lignum Crucis, en el mes de mayo de 327. Por este motivo la Iglesia Ortodoxa conmemora la festividad de Santa Helena el 21 de mayo de cada año, mientras que la Iglesia Católica lo hace el 18 de agosto. En cualquier caso es santa para ambas iglesias.

              Aunque una historia espuria afirma que los trozos y astillas de la Vera Cruz darían para formar un bosque, la realidad es que los auténticos fragmentos y reliquias están muy localizados. La santa cruz encontrada por Helena fue dividida allí mismo. Uno de los fragmentos grandes se quedó en Jerusalén y  el otro fue llevado por la propia emperatriz y acabaría siendo venerado en la futura Constantinopla. De estos fragmentos se sacarían astillas y pequeños pedazos, que serían repartidos por el resto de iglesias.

               En 614 el emperador persa Cosroes II conquistó Jerusalén y se hizo con el fragmento del Lignum Crucis que se encontraba en la ciudad. La reliquia volvió a la ciudad tras la reconquista bizantina y vuelta a desaparecer tras la victoria de Saladino sobre los cruzados tras la batalla de los Cuernos de Hattin en 1187. El otro gran fragmento de la Vera Cruz desapareció tras la caída de Bizancio en 1453. Desde entonces solo quedan pequeños fragmentos, de los cuales el más grande de Europa se encuentra en Santo Toribio de Liébana, y múltiples astillas. Las que hay son las que son.

                                            El Lignum Crucis y El Alminar

                 En Canjayar (Almería), existe una iglesia que posee un relicario conocido como «la cruz del voto», que contiene al menos 42 reliquias de Tierra Santa, y que apareció por primera vez en 1611, escondida entre los muros del baptisterio. Una de esas reliquias es una astilla del Lignum Crucis. El hallazgo se produjo tras una serie de visiones del entonces capellán Juan Matías de Peralta. Hay un hecho común y es que la reliquia de la Vera Cruz está siempre asociada a visiones.

                El día 1º del año 2011, acudimos a la villa de Canjayar atraídos por la celebración del Año Jubilar en la localidad y conocimos la historia de este relicario y su ángel portador, que se convertiría en la imagen del Alminar de Melilla en mayo, mes de su creación, por eso decimos que: «antes de que existiera el Alminar, ya era».

                       Ahora, en el año 7º desde la creación del Alminar, podemos compartir la imagen de un relicario Lignum Crucis, cerrando así lo que podemos considerar un ciclo, que se inició en 2011. Ahora y en el tiempo forzoso de detención de la actividad del blog, que se abre a partir de mañana, consideramos que lo mejor que podemos compartir es esta imagen.

                         Nunca estuvimos ni estaremos tan cerca. Gracias a los que nos han permitido estar cerca de él. Normalmente estas reliquias se ven dentro de relicarios como el de La Cruz del voto de Canjayar, y se veneran a distancia. Ahora ya preside al Alminar y a su comunidad.

 

 

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