Hemos ido recopilando imágenes navideñas de la ciudad en un año que ya consume sus últimos días. Fotografiar los mismos lugares pero buscando algo diferente. En este año de 2019 no está resultado demasiado difícil, porque se ha producido un gran cambio, el del Gobierno de la ciudad.
Son las mismas calles, casi la misma gente, las mismas luces, pero el ambiente es distinto, hay más cordialidad. El nuevo gobierno está atomizado y repartido por todas las zonas de conmemoración navideña. No caminan en clan, no acuden a un lugar exclusivo de celebraciones, están en cualquier lugar y son abordables. Comparten un momento, un comentario, un saludo, con cualquier ciudadano/a que se lo requiera. En la Navidad el protagonismo es del portal de Belén, y no del pesebre. La Sagrada Familia era una familia como cualquier otra.
«Un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió», lo que traducido a nuestros días quiere decir que un dirigente público no es más que su votante. Hoy en la entrada del túnel del hornabeque, hemos visto a dos megaconsejeras del nuevo gobierno, Gloria Rojas y Elena Fernádez. Se han convertido en megaconsejeras por la extraordinaria acumulación de competencias, cargos y denominaciones, tras la sentencia del Tribunal Supremo que obligó a que los representantes del gobierno de las ciudades autónomas de Ceuta y de Melilla sean también diputados electos.
Son las servidumbres de la estricta observancia de las leyes. Como en el cuento de Dickens, el gobierno de las navidades pasadas estuvo 20 años haciendo caso omiso de esta normativa, y es el gobierno de las navidades presentes el primero en cumplirla. Todo sea porque sigamos teniendo gobierno de las navidades futuras.
Bendiciones navideñas desde El Alminar
Reiteramos nuestra propuesta, tanto en el literal como en el espíritu: «Deseamos paz y felicidad a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos y todas los que componen la gran comunidad alminarense». Estén donde estén y nos lean donde nos lean, a lo largo y ancho de todo el mundo, incluida Mongolia.
Devolvemos el protagonismo al portal de Belén, a la Sagrada Familia, a la gran bola de la que hemos encontrado un lugar diferente desde el que observarla. A la gente, tanto la conocida como la anónima; a los villancicos y a la breve salutación, pero llena de contenido de «Feliz Navidad».