El cierre de año


                          Venturoso año 2020 para la Comunidad Alminarense

           Nada hay escrito y el futuro se teje cada día. Un año sucede a otro con rigor cronológico y cada primero de enero todo nos espera en el mismo estado. Los cambios se producen cada día de modo imperceptible y si somos testigos demasiados tiempo de las cosas, veremos que las novedades suelen equilibrase con lo ya desaparecido, aunque a veces la sensación sea que desaparece más de lo que se crea. El mundo se renueva constantemente, aunque a veces sí puede cambiar en un solo día, como por ejemplo el 2 de enero de 1492, fecha de la entrada de los Reyes Católicos en Granada.

                Si algún lugar simboliza todavía el mundo nuevo y el desaparecido, es la propia ciudad de Granada, y toda La Alpujarra, territorio que comparte con la provincia de Almería. Es una región muy hermosa y de gran atractivo. Queda muy poco de aquel pasado común del que ya nadie puede reclamarse heredero. Son muchas las causas y hechos que llevaron al Reino Nazarí a aquel 2 de enero. Que nadie reivindique la reconquista, porque aquellos tiempos y nombres fueron otros, y otras sus motivaciones. Así como nadie debe reivindicar la época andalusí como un legado a recuperar, porque todo desapareció mucho antes de aquella fecha.

             La tentación de ver el pasado como nunca fue e sun error en el que no se puede caer. Los tiempos que tenemos son estos y no otros. El pasado puede ser evocado y recordado, pero para construir un presente que sea futuro común para todo. El pasado no puede ser utilizado para seguir separando.

                Una imagen del modesto adorno para la celebración de la entrada del Año Nuevo en Gádor (Almería), no sirve como imagen de cierre del año del Alminar, así como otras de la propia Granada y de la Alpujarra.

              Feliz y venturoso Año 2020 para tosa la Comunidad Alminarense, mujeres y hombres. Todo cambia, y desaparecen las postales de Navidad y las cartas, que ya no tienen cabida en el mundo de los instantáneo. Pese a todo, nada podrá igualarse nunca a una felicitación navideña recibida por correo postal. Los WhatsApp, los mensajes de texto o incluso lo Tweets, se reenvían una y otra vez. Ya casi nadie se toma la molestia de hacerlos de modo personalizado. Pese a todo, el futuro nos seguirá esperando.

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