


Tal día como hoy, hace catorce años, iniciamos la andadura de caminar bajo la luz pública, en formato y espacio propio, para no colisionar con las líneas editoriales de los medios de comunicación melillenses, en el que siempre habíamos encontrado cobijo, con mayor o menor asiduidad. Lo hicimos aconsejados por amigos, y por creadores de otros medios y de otros blogs, que hoy en día ya han desaparecido. De toda aquella actividad pretérito, solo queda en actividad, a día de hoy, el blog de La Otra Melilla.
Era un buen momento para la libertad de expresión, aunque ya empezaban a aflorar las limitaciones. Escogimos una plataforma autónoma, entonces reciente, WordPress, que existía solamente para alojar blogs y páginas webs, con el único fin de promover la expresión y la creatividad libres, pero que no era una división más de otro grupo. En este decimocuarto aniversario, podemos decir que fue una decisión acertada, porque WordPress existe por sí misma.
Era un buen momento todavía para la libertad de expresión porque existían plataformas, foros, infaustos o no, alojados a su vez en otras plataformas , todas ellas existentes en el mundo digital. Se iniciaba el gran trasvase de la opinión escrita, desde el papel a hacia Internet, que permitió y sigue permitiendo la creación de diarios y blogs digitales. En aquel momento casi todo era gratis, en la actualidad, no. La permanencia ya no depende únicamente de la voluntad y de la perseverancia, también del pago de algunos cánones, que otorgan una visibilidad más digna. Aún así, esta plataforma es la que más formatos gratuitos permite.
El seguimiento diário del Alminar de Melilla es de 345 vistas, y 10.000 mensuales, en su decimocuarto año. La categoría preferida es la de Religión, seguida por la de Historia y la de Otras Noticias. El total acumulado en todo este tiempo es de 2,5 millones de visitas, para sus casi 2800 artículos publicados. Se ha alcanzado pues una estabilidad, que se mantiene a lo largo del año. El blog se ha compartido 5000 veces a través de Facebook y X.
A pesar de todos los excesos, las redes sociales y plataformas, son un soporte necesario para la libertad de expresión. Lo que ocurre es que hoy en día, nadie soporta la crítica. Manda solo el argumentario. Millones de fotografías, comentarios e historia, se han perdido tras la caída y desaparición de muchos servidores gratuitos .
La libertad de expresión y opinión son garantías constitucionales, el problema es que el Poder ya no tolera la discrepancia y los espacios para debatir y escribir, son cada vez menores. Mucho de lo escrito desaparece, no todo se conserva. Aquí la lámpara sigue permaneciendo encendida y el aceite se repone. Sí alguien necesita luz, que venga y la coja.