La llegada de la bruma


    Hemos visto en ocasiones como la ciudad aparecía cubierta por la bruma, pero verla llegar, desbordando  el litoral, rebasando los acantilados y alcanzando la parte de la ciudad más cercana al mar es más difícil de ver o de coincidir con ella. La bruma costera se forma cuando una masa de aire templado y cargado de humedad pasa por encima del agua del mar y está más fría. La meteorología distingue entre niebla y bruma, que son fenómenos distintos y que tienen diferentes causas, incluso para  cada uno de ellos.

     El día anterior hizo un calor extremo, la evaporación del agua es mayor y al encontrarse con una masa de aire cálido y húmedo, se produce la saturación y se forma la bruma. Al entrar en contacto con el suelo  ardiente la humedad  se disipa, se queda sobre la tierra y no penetra más allá del borde litoral. Ha sido una circunstancia momentánea.

       Como metáfora cabe decir que hasta los entendimientos más claros puede nublarse en un instante. Una vida puede oscurecerse en una hora. Un periodo histórico puede sumergirse en la neblina en un día. La niebla acecha hasta en los días más claros.

El Sol como una luna


         En la mañana de hoy una densa bruma cubría toda la ciudad. Era casi imposible ver más allá de lo inmediato. No se veía ningún barrio, ni se distinguía ninguna silueta de edificios representativos. La visibilidad era nula. Hace apenas un mes escribía sobre una Luna que parecía un sol, y hoy escribo sobre el Sol que se asemejaba a la luna. Son efectos engaños, cosas que parecen lo que no son. Si el adecuado filtro de las nubes resultaría imposible mirar al disco solar sin quedar cegados al instante. La bruma ha retrasado su salida casi una hora, porque el Sol de enero es dormilón, sale muy tarde. Pese a todo, el astro solar aparecía potente tras la niebla, y en este momento empezaba a mostrar su inmensa fuerza. Apenas un instante después ya era imposible mirarlo de frente.

          Sin referencias nada es lo que parece. Sabemos lo que son las cosas o distinguimos sensaciones porque las oponemos o comparamos con algo. En sí mismas las cosas no son nada. Ayer escribíamos sobre despegues y aterrizajes, y el primer avión de la mañana no pudo aterrizar en Melilla.

         Nota: https://elalminardemelilla.com/2013/12/17/la-luna-como-un-sol/

La bruma cubre Melilla


   

          El fenómeno de las brumas de levante ofrece imágenes distintas de la ciudad. Este año han empezado pronto, el día 15, con los idus de mayo.  Si uno no se fija demasiado, las brumas que sobresalen sobre las Torres del V Centenario recuerdan vagamente otros perfiles y otros imágenes. Son espejismos, nada es lo que parece a simple vista. Las brumas de levante, en algunas zonas de la costa pueden durar y mantenerse varios días. Sólo permiten ver con claridad el entorno más inmediato. El horizonte, al igual que el futuro, queda cubierto por demasiadas cosas. Envueltos en la bruma la sensación de las cosas es diferente. La incertidumbre se apodera de nuestros pasos, aunque sepamos de sobra que detrás no hay obstaculo alguno. Sin embargo, esta bruma adelantada refleja perfectamente lo que se cierne sobre la ciudad, y sobre el País. Ganaron los   que mentían, y perdieron los que decían la verdad. Incluso ahora que ya queda manifiestamente clara la magnitud de sus mentiras, la gente sigue aturdida, atenazada por el miedo. Aunque a veces no se vea, siempre es bueno saber que El Alminar está detrás de toda esa niebla espesa. Son pequeñas disgresiones, pero para mí, absolutamente necesarias.