Un lugar propio


12º Aniversario del Alminar de Melilla

Para conmemorar una efeméride debe hacerse siempre en su fecha exacta. La nuestra es el 3 de mayo, fecha de la inscripción del blog en la plataforma de WordPress. La etiqueta conmemorativa nos llega cada año puntualmente al correo electrónico. La primera publicación se realizó dos días después, el 5 de mayo. Cada año es especial, es igual y también distinto, porque son muchas las cosas que han ido sucediendo y han quedado aquí registradas, para consulta y memoria de la ciudad a la que pertenecemos.

El nombre y el logotipo es el mismo desde el principio, incluso el nombre del alminar ya existía antes que el propio blog, por eso escribimos cada vez que tenemos ocasión que: antes de que existiera El Alminar, ya era. Todo surge de algo anterior o tiene, o está dentro, de una cadena de antecedentes que acaban dando forma y razón a una existencia.

Hoy, pasados esos 12 años, nunca pudimos imaginar dos cosas: La primera es haber llegado hasta aquí, en un tipo de blog que también pretendió ser desde el principio, testimonio de su tiempo y del devenir histórico de la ciudad. Describir, dar voz a hechos y voces que normalmente no reciben atención, y también interpretar la propia ciudad. No es fácil sobrevivir y hacerse un lugar propio dentro de todo el marasmo que supone la vida de una urbe, en su más amplio sentido. La segunda cosa en la que no pensamos nunca, ni todavía podemos acostumbrarnos, es que él no estuviera ya para este aniversario. Son esas situaciones que no se imaginan, ni en las peores previsiones. Este aniversario está marcado indeleblemente por el luctuoso suceso que le costó la vida, defendiendo a España y al Estado, el pasado 18 de marzo, en aguas del Atlántico Norte. Ahora valoramos el impacto de su ausencia desde el blog, y lo calificamos como el golpe más duro posible. Sus conocimientos sobre el mar, el océano, la marina mercante y la de guerra, y sobre la historia marina del mundo eran inmensos, enciclopédicos, y ahora debemos caminar sin ellos, sin su asistencia.

Este blog surge en tiempos muy oscuros, pero también contábamos con una serie de blogs, periódicos digitales, e incluso prensa escrita que ya no existe. No estábamos solos, hoy casi sí. Una de las más importantes presencias era la de mi amigo Carlos Esquembri y su blog http://surdealboran.blogspot.com/2009/02/capitan-mayoral_13.html, cuyo primer artículo data del mes de febrero de 2009, o sea, dos años antes. Su primer trabajo hacía referencia al Capitán Mayoral, barco con el que el Ministerio de Defensa abastecía a las islas y peñones de soberanía española. Él fue el que más me insistió en la creación de un blog, para poder escribir sin límite de espacio o de tiempo.

Los artículos más representativos

Escoger los artículos mas representativos es fácil, pues contamos con los análisis estadísticos de WordPress, que registran todas las incidencias, y las visitas directas a cada uno de ellos. En el 2011, al que también denominamos como el Alminar oscuro, porque las visitas eran las mínimas posibles, la entrada más vista fue la escrita sobre Alfredo Alcoba, jefe de la Policía Local de Melilla fusilado por los sublevados, y del que nos gustaría tener más datos y fotografías que desvelen a los melillenses su historia: https://elalminardemelilla.com/2011/09/01/el-heroe-de-la-policia-local-de-melilla/. Este blog fue pionero en el intento de recuperación de la memoria histórica de Melilla, junto con los blogs de Carlos Esquembri.

El año 2014 fue el que registró más visitas (275.000) y el artículo más leído y visto fue sobre un tema controvertido en nuestra ciudad; la dificultad para determinar el día de la festividad del Aid el Kebir y que nunca coincide con el resto del mundo islámico: https://elalminardemelilla.com/2013/10/08/el-cordero-la-luna-y-la-meca/. Pasados todos estos años, sigue siendo la entrada más vista de la historia del blog, y el que tiene un mayor número de visitas totales. Este artículo suma mas de 6000 visitas directas y repitió dos años como el más leído (2014 y 2015).

Hay otros dos artículos que merecen especial atención, porque año tras año. se mantienen entre los 10 más visitados, además de la orla de haber sido los más leídos. El primero es: https://elalminardemelilla.com/2011/09/21/ni-franco-ni-astray-salvaron-a-melilla/; y el segundo: https://elalminardemelilla.com/2011/07/03/la-leyenda-del-cristo-de-pedro-de-mena/. Ambos fueron escritos en 2011, pero el primero se convirtió en el más leído en 2016, y el segundo en 2018. Desde entonces, ambos están siempre en ese grupo de los 10. Esto nos indica otra cosa muy importante, y es que El Alminar pertenece a los lectores, a los comentaristas, a toda su comunidad, y que tienen sus propios ritmos de lecturas. Aquí la gente entra a buscar, a leer, cómo y cuando quiere, en total libertad. Esa fue, es y seguirá siendo siempre nuestra principal divisa y lema, la libertad, o como también hemos dicho en muchas ocasiones, nuestra labor principal. Mantener viva y encendida siempre, y mientras podamos, la llama de la Libertad.

Hay muchos más artículos, muchas más cosas, hasta 2670 entradas, muchas más de las que ya podemos recordar. Un año más, muchas gracias a todos y todas los/as que conforma nuestra comunidad alminariense. Por eso escribimos, porque todo lo escrito permanece y se acaba encontrando en algún momento, tarde o temprano.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2021/01/23/el-protoalminar/

A Carlos Esquembri Hinojo


¿Qué consuelo nos queda en una sociedad humana como ésta, plagada de errores y penalidades, sino la lealtad no fingida y el mutuo afecto de los buenos y auténticos amigos? San Agustín, La ciudad de Dios

Hay amigos que son más que amigos, o lo son en un sentido pleno, y que son casi tanto como hermanos. En esta categoría se encontraba Carlos Esquembri desde mi llegada a Melilla en 1979, cuando formamos la pandilla del parque Hernández. Allí íbamos tarde tras tarde, sin faltar una, tras el fin de las clases del Instituto. Desde esos 18 años, Esquembri, quería ser marino y estudiar Ciencias del Mar en Cádiz, objetivo irrenunciable que mantuvo pese a los «locos y contrarios» consejos de todos los que éramos sus amigos. La Mar Océana era su pasión y a ella dedicó su vida. Primero en los petroleros con los que cruzó el mundo, desde Alejandreta (Turquía), hasta Nigeria y Sudamérica, hasta su regreso a Melilla, que era su otra pasión después del mar y el océano.

Estuvo casi una década en el Capitán Mayoral, barco perteneciente a la Compañía de Mar hasta el 2010, en el que fue dado de baja y enviado al desguace. Él formó parte de la tripulación civil contratada por el Ministerio de Defensa, para abastecer a los Peñones e Islas de soberanía española. Estar vinculado a la legendaria unidad que desembarcara en Melilla en 1497, le llenó de orgullo y satisfacción. Unos años antes, enterado del próximo cese de ese servicio marítimo, decidió preparar las oposiciones de Vigilancia Aduanera, como tripulante de embarcaciones y con la categoría de primer oficial de puente. Y si estaba satisfecho como su pertenencia a la legendaria unidad en la que llegaron los conquistadores de Melilla, su orgullo se hizo pleno cuando pasó a formar parte de los patrulleros de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, en su lucha contra el narcotráfico y el contrabando. En esta actividad ha permanecido a lo largo de más de dos décadas. En el mundo de la mar abarcó todo cuanto le fue posible.

Amigo entrañable y melillense de talento

En el origen del Alminar estuvo él, que ya tenía su blog de Al Sur de Alborán, y que siempre me animó (y lo he escrito) a que creara mi propio blog. Carlos Esquembri coincidía plenamente con El Alminar y sus objetivos, aunque él, siempre tan prudente, se llevaba las manos a la cabeza cuando publicaba alguna de las más osadas opiniones e investigaciones publicadas aquí desde hace 12 años. «Un día volveré y del Alminar no quedarán ni los ladrillos», solía decirme. Pero él regresaba siempre y mi blog siempre estaba. Y así ha sido siempre hasta ayer, el funesto día 18 de marzo de 2023.

Porque la clave de todo, para nuestra amistad, para su familia, era que él siempre regresaba. La cena de rigor entre ambas parejas de amigos/as; en la que comentábamos todos los disparates y esperpentos sucedidos en Melilla durante sus ausencias, era esencial para la puesta al día y su actividad literaria. No solía darle excesiva importancia a sus arriesgadas persecuciones marítimas de narco embarcaciones, pese a que eran muy largas y exigentes. En algunas ocasiones atravesaron la línea del Ecuador o llegaban más allá de aquella zona en la que en los mapas antiguos se escribía: Hic sunt dracones (encontrarás dragones).

Y ha sido justo allí, a 750 millas marítimas de no se sabe dónde, en una persecución durísima, en un océano embravecido, con una narco tripulación que se resistió hasta el límite, en donde Carlos Esquembri Hinojo, 1er oficial de Vigilancia Aduanera, se encontró con el terrible dragón de la muerte, de modo heroico y defendiendo su divisa de Servidor del Estado, a bordo del Fulmar, el buque estrella de la Agencia Tributaria. Porque su muerte ha sido heroica y ahora espero que el Estado al que sirvió recompense y enaltezca su memoria, porque otra cosa ya no puede devolverle.

Barruntos

La última cena conjunta fue el pasado 4 de marzo, apenas hace dos semanas. En última intervención, en el mes de febrero, apresaron un carguero con 4500 kilos de cocaína. Las misiones eran cada vez más continuas, largas y arriesgadas. Se le notaba el cansancio y la preocupación. Solo disponían de dos patrulleros de altura, el Fulmar y el Petrel, y las tripulaciones justa para tan arriesgadas misiones. En el vídeo difundido por la propia Agencia Tributaria del último abordaje, se puede apreciar la peligrosidad del mismo. Para hacerlo debían abandonar el barco y embarcar en una lancha zodiac, que es la que dicen que ha volcado y que le ha costado la vida. El lunes 13 fue el último día en que lo vi y conversamos en las calles de Melilla. No me dijo en ningún momento que volvería a salir. Solían llamarle los martes.

Su faceta literaria y de investigación histórica

El tiempo que pasaba en Melilla lo dedicaba a su familia y a su ciudad. Tenía otro blog:https://melillaizquierda.blogspot.com/, y es autor de numerosos artículos de investigación histórica. Publicó un biografía del diputado por Melilla Carlos Echeguren, y una historia del sector pesquero melillense. Tenía publicados importantes trabajos sobre la Historia de Chafarinas y sobre el poblamiento del «campo exterior». Pertenecía a la Asociación de Estudios Melillenses.

El último viaje a Melilla

Las tripulaciones son como familias, eso me contaba. La supervivencia depende de la suma de cada uno de ellos, de su cohesión. Llevaban a un mes juntos en alta mar sin posibilidad de ir a ningún lado. El apoyo mutuo y el hacer vida familiar resultaba imprescindible. Su tripulación no ha querido dejarle en ningún lado. Lo traen sin interrupción desde ese más allá marítimo en el que navegaban, hasta Melilla, a la que llegarán (D.m.) en la tarde del miércoles 22. Luego ya se quedará con nosotros para siempre.