Depósito de agua de la Granja Agrícola


                 Ignoro quién y porqué decidió conservar este depósito de agua, estéticamente atractivo y atrevido desde el punto de vista arquitectónico. Tampoco recuerdo si hubo debate previo sobre tirarlo o conservarlo, en una zona histórica y llena de historia, la Granja Agrícola, en donde se ha tirado absolutamente todo. La explanación fue del 99%, salvo este depósito de agua.

             Indudablemente acertaron conservándolo, porque se ha convertido en un icono del Parque decorado Forestal y a quien corresponda el mérito de haberlo mantenido en su lugar, en medio de la orgía de destrucción que supuso la modificación de  esta histórica zona verde de Melilla, solo cabe el reconocimiento por parte de El Alminar. El autor de este depósito fue el ingeniero Julio de Castro Nuñez, que dejó un variado legado en la ciudad y tuvo una desigual suerte, pues el primitivo techo voladizo del estadio álvarez Claro, hubo de ser derribado por algunos problemas en su estructura.

             Recupero un artículo de otro investigador heterodoxo de Melilla, Ginés Adán, en donde publicó la historia de este depósito y el catálogo de las obras más conocidas de este ingeniero. No se sabe por qué razón, algunos periódicos están blindando sus hemerotecas, o poniéndoles un coto temporal, con lo que dificultan o impiden la labor de investigación, aunque quizá la intención sea esa. Un día trataremos el tema del blindaje de los periódicos y de sus hemerotecas. Los analizaremos uno a uno.

                   

Las caleras de Melilla


Últimos restos de la industria de la cal,  en Melilla

  En diciembre de 2010 encontré este resto de una antigua calera en la calle Arroyo de Mª Cristina. Fue una sorpresa, porque no pensaba que quedasen restos de este tipo de industria. La verdad es que toda esta zona guarda nombres relacionados con canteras o con caleras, aunque se tiende a hacer desaparecer cualquier nombre con significado en Melilla. Hasta ese momento, desconocía el alcance del desaparecido sector industrial de Melilla, y que surgió tras los acuerdos con Marruecos en 1860. Casi toda Melilla desconoce estos aspectos de su pasado, porque casi nadie se ha encargado de conservar estos restos, o  de censar estas actividades, o si quiera de mencionarlas, en los libros «oficiales» de la supuesta historia de Melilla.

         Al menos en la pesca sí se ha hecho y se han fijado los nombres de los barcos de la flota pesquera, e incluso dicen que se prepara un libro relacionado con la historia de las familias de pescadores. Tienen que ser los propios interesados los que se encarguen de reconstruir p de salvar su propia historia, porque si no, nadie se interesará por ello.

         El caso es que en mis archivos tenía las fotos de la calera, pero no sabía como enfocarlo, por carecer de cualquier tipo de información al respecto. Sin embargo, y guiado sabe Dios por qué mano, me encontré con este artículo del empresario e interesado por temas culturales, Ginés Adán Avila, que resolvía todos mi problemas y que además, estaba ilustrado con la misma fotografía.

           Lo más sorprendente es que el artículo es de hace exactamente 20 años y el autor, se quejaba de exactamente las mismas cosas que yo, en síntesis, de que no hay el más mínimo interés por conservar estos restos del pasado industrial de Melilla. Con la «reaparición» del artículo resuelvo dos cosas. Publico las fotos de la caleras y rescato un artículo sepultado por el olvido.

          Nota: El artículo menciona una cosa interesante y es que esa zona de canteras y de caleras, podían estar  en uso desde mucho tiempo antes, quizaá desde época romana y árabe, que eran maestros en el uso de estos materiales. Sería una zona interesante para realizar excavaciones o documentar ciertos aspectos del pasado de Melilla