Sobre el inmovilismo en las cofradías


Las cofradías son una expresión de fe, no hay duda, pero también un problema para La Iglesia. Se cuentan por miles los desencuentros entre las cofradías y los obispos titulares de sus diócesis, porque al final el medio acaba siendo el fin, o sea, que la cofradía se convierte en la iglesia de los cofrades, hecha a su imagen y semejanza.

El Arzobisbo de Sevilla Juan José Asenjo Pelegrina, en el boletín diocesano del mes de novimebre les dedica este párrafo a las cofadías hispalenses: «De poco servirán, queridos cofrades, vuestros cultos esplendorosos y la belleza de vuestras procesiones, sin en vuestra vida asociativa la primera preocupación no es la santificación, el amor a Jesucristo y a su santa Iglesia, la comunidad fraterna, la unidad en el seno de la Hermandad y la comunión con los pobres. Estaríamos ante un enorme tinglado de cartón piedra, detrás del cual solo existe el vacío». La contundencia del párrafo es evidente para cualquiera, otra cosa es que luego se hagan oídos sordos y nadie se de por aludido, como pasa siempre.

Las cofradías son un mundo muy hermético y rara vez trasciende fuera lo que pasa dentro, aunque en muchas ciudades ciertos pasos procesionales cambian su recorrido y hora para no coincidir con tal o cual otro. Las relaciones entre hermandades procesionales no suele existir más allá de los aspectos protocolarios. Si en el mundo político la renovación es dificil y hay que hacer años de pasillos, de clanes y de camarillas, para a menudo no conseguir nada, en el mundo cofrade todo eso se supera con creces. Ya lo dijo un gran Papa, Urbano II: el buen cristiano matará a su hermano hereje con las entrañas abrasadas de amor a Dios.

                    Dimisión del presidente de La Agrupación de Cofradías en Melilla

        Existe un canon en el Código de Derecho Canónico que impide compatibilizar los cargos de representación cofrade o eclesial, con los de representación política o pública. Cuando Francisco Javier Calderón fue designado como Consejero de Seguridad Ciudadana, esta posible incompatibilidad saltó al debate público, y el entonces Vicario Episcopal (el melillense Jose Manuel Barreiros López), intervino aclarando que el canon se refiere solo a los «cargos electos». La ley o norma siempre tiene su jurisprudencia, incluída la eclesiástica. No sería difícil establecer una relación entre la nueva dimisión de Calderón como presidente de la Agrupación de Cofradías, antes había dimitido como Hermano Mayor de La Soledad, y la última visita del Obispo de Málaga Monseñor Catalá Ibañez. Este dimisión y abandono de todos los cargos eclesiales puede interpretarse como una recomendación sugerida por el Episcopado malacitano.

También podría ser indicio de un  futuro político más prometedor para el actual Consejero de Seguridad Ciudadana, tal y como se rumorea en la ciudad. Francisco Javier Calderón podría ser el futuro nº 2 , solo por detrás de Imbroda, en las listas municipales de mayo de 2015, o incluso el próximo presidente del PP melillense. Todo esto sí daría luz a  estos movimientos sin explicación pública.

                                  Situación cofrade en Melilla

La Cofradía del Rocío lleva más de 10 años en situación de «intervención episcopal», sin celebrar elecciones y sin rendir cuentas al cabildo. Carece de Hermano Mayor y el actual delegado episcopal, Gregorio Castillo, vuelve a asumir el papel de presidente de la Agrupación de Cofradías, mandato que ya ostentara durante ocho años aunque de modo interirno. En la Cofradía de La Victoria sigue sin saberse si dos años después de celebradas las elecciones, se ha producido la ratificación episcopal, algo obligado para todas las entidades incardinadas en La Iglesia y sujetas a los cánones y normas del Código de Derecho Canónico. Si se quiere estar y actuar dentro de La Iglesia, se deben cumplir sus normas. En la Cofradía de La Flagelación, en donde se han celebrado elecciones recientemente, ha salido ganadora la candidatura de José Francisco Ramos, hermano mayor del anterior Hermano Mayor, frente a la candidatura renovadora de Roberto Vargas.

Nadie se arriesga a perder el poder en las cofradías, ni los componentes de las juntas de gobierno se resignan a renunciar a la parte de lustre social que conllevan. El acceso de los jóvenes a las juntas de gobierno y la renovación de sus estructuras, en una ciudad de poca población de confesión católica, es lo único que puede salvar o retardar el declive de la Semana Santa de la ciudad. La designación del pregonero de casa Semana Santa es también otro proceso realizado en las cumbres y sin participación directa de la feligresía de base.

Hay muy poca participación de los fieles de a pie en las estructuras de La Iglesia. Si se quiere conseguir algo es a base de pasillo y de muchos años de espera, en la mayor parte ineficaces y frustrantes. En todos los lugares y desde hace muchos años, se siguen viendo casi los mismos nombres. Todo ha variado muy poco. En la Iglesia corren vientos de cambio desde la parte alta, Papa Francisco, a la vez que en los pisos bajos todo sigue cerrado a cal y canto. El Concilio Vaticano II previó la creación de los consejos parroquiales, para que no todo dependiese de la voluntad o del carácter del párroco, pero nada de eso se llevó a cabo.

Nota: http://semanasantamelilla.wordpress.com/2013/11/29/jose-francisco-ramos-vidal-gana-las-elecciones-de-la-cofradia-del-flagelado/

Elecciones en La Cofradía de La Victoria


 

Constitución del Cabildo General de La Victoria

       La Real y Franciscana Congregación de La Virgen de La Victoria constituirá su Cabildo General el próximo día 29 de enero. Este Órgano, es la máxima representación de la Congregación creada en torno a La Virgen de La Victoria, Patrona Coronada de Melilla. Esta cofradía, es por derecho propio, la más representativa  y emblemática (dentro de la Melilla católica y creyente), de todas las que existen en Melilla, creada en torno a la imagen, que desde un primer momento, fue considerada como la protectora de la gota de agua que significó  la conquista de Melilla, dentro de un mar, el Meditarráneo, que por aquel entonces era casi todo sarraceno.  Esa fue la intención  con la que se conquistó Melilla en 1497. La intención era empujar al Islam hacia no se sabe donde, pero no se pasó del Río de Oro en 4 siglos.

            Todavía se vincula el nombre de La Victoria con la advocación surgida tras la victoria naval de Lepanto ( 7/10/1571). Creo que esa adscripción no es correcta, y que el nombre está vinculado a los frailes de La Victoria o Mínimos, que acompañaron al Rey Fernando e Isabel La Católica, en la conquista de Málaga en 1487. De hecho, ambas ciudades celebran el patronazgo de su virgen el día 8 de septiembre, y no el 7 de octubre como correspondería a la advocación lepantina o del Rosario.

     Problemas históricos aparte, toca elegir el nuevo Hermano Mayor de la Cofradía, ya que el socialista Francisco Verdugo debe dejar el cargo, al cumplir el período máximo estipulado para ese cargo, que son 6 años en total. Las elecciones van a se interesantes, porque es un puesto muy representativo, aunque esté relacionado con el mundo eclesiástico. Además y según las informaciones, esta vez, podría postularse por 1ª vez en su historia, una mujer al cargo de Hermana Mayor. Desde la Cofradía de la Victoria se ha medrado y mucho en la etapa franquista, de tal modo, que el cargo de Alcalde de Melilla, estaba asociado al de Hermano Mayor de la Cofradía.

        Este último punto, me lleva directo hacia otro tema que está suscitando ciertos comentarios dentro del mundo cofrade de Melilla, y es el de si deben desvincularse los cargos políticos y los de representación religiosa, como ordena o recomienda el Derecho Canónico. Algunos piensan, que el Presidente de la Agrupación de Cofradías de Melilla y Hermano Mayor de La Soledad, debería desvincularse de algunon de esos cargo, ya que ostenta también el de Consejero de Seguridad Ciudadana.