La arruinada residencia militar de Melilla


 

Un paseo entres cascotes

      La situación de ruina de este edificio camina hacia el estado de irreversible, casi el mismo que alcanzó el edificio de la Cruz Roja, hoy sede de la Consejería de Hacienda. La razón es clara, cuando mayor sea le grado de ruina, mayor será el coste de la rehabilitación y el volumen del negocio. La correspondiente  entrada del Alminar quedó escrita el 29 de febrero de 2012, en año bisiesto, en un día irrepetible hasta el año 2016.  Han pasado dos años y las leyes de Melilla se cumplen de modo inexorable: lo que está mal, permanecerá en igual estado pasado el tiempo, salvo que por alguna circunstancia empeore de modo definitivo y catastrófico.

       Intentar buscar explicación a las cosas empieza a resultar difícil en esta ciudad. No sé quién es en este momento la titularidad del inmueble, aunque imagino que pertenecerá al Estado, a través del Ministerio de Defensa. Luego ocurrirá como con la inversión millonaria en el edificio de Cruz Roja, que llegará la rehabilitación correspondiente, se «descubrirá» un sótano, cuando los sótanos no se descubren sino que están, se modificará el proyecto y todo saldrá más caro de lo previsto. ¿Hay que seguir tirando y dilapidando el dinero público, el de las inversiones estatales, el de las ayudas europeas, en rehabilitar edificios que se dejan arruinar por sí mismos?.

     Pese a todo haremos algunas preguntas: ¿porqué se cerró el inmueble y se desalojó a las familias que allí vivían?, ¿cuántos años lleva en estado de abandono y cerrado?, ¿quién es el titular del edificio y a quién corresponde su rehabilitación?, y ¿qué se piensa hacer con el mismo?.

  Han pasado dos años desde la entrada anterior. La próxima la escribiré, D.M.,  el 29 de febrero de 2016.

    Nota: https://elalminardemelilla.com/2012/02/29/residencia-militar-de-melilla/

Residencia Militar de Melilla


           

 

               Arruinada, abierta y a merced de todo

     Esta antigua Residencia Militar, se encuentra abandonada, en estado de ruina total, abierta y a disposición de quien quiera hacer uso de ella, que de hecho lo hacen. En días atrás, y mientras comentábamos supuestas «casas encantadas» en Melilla, un colaborador nos informaba de que había visto gente en su interior, pese a estar cerrada por todos lados. Hasta ese momento sólo me había limitado a tener almacenadas algunas fotos de su fachada. No había sentido nunca el interés de fjarme en ella con detalle, sobre cuál era su estado real y si era posible acceder al interior de la misma. El colaborador que firma como «jesús» (no confundir con Jesus), dió en días pasados la señal de alerta y hasta allí acudió El Alminar.

         La situación del histórico inmueble es dantesca, está completamente arrinado y saqueado, lleno de basura y abierto por su parte trasera. Se puede entrar en él por cualquier lado y parece constituir un claro refugio de «personas de la noche», aparte de un grandísimo foco de inseguridad ciudadana para toda la zona.

     El edificio ha sido responsabilidad del Estado hasta la pasada primavera, en la que se cedió al Instituto Victoria Eugenia, por tanto, nos encontramos ante algo de lo que no tiene culpa alguna el Gobierno Autonómico, y esto ya sí constituye una novedad digna de ser reseñada. En un principio se pensó en la Comisión Islámica de Melilla, pero no se sabe porqué motivo no llegó a cuajar esa cesión,  y constiuyó uno de los motivos para la ruptura de la alianza electoral entre Coalición por Melilla y los socialistas.

          El estado de abandono y ruina es lamentabilísimo. Nunca podré entender el porqué las casas y las cosas tienen que llegar a estas situaciones límite en Melilla, una ciudad en donde el Patrimonio se arruina de modo inexorable. La Residencia Militar, asignada al Instituto de Formación Profesional, es ahora mismo una carga casi imposible de levantar. Habría que gastar una cantidad ingente de dinero en evitar su desmoronamiento y no digamos ya, el reacondicionarlo y ponerlo en uso.

       Al final, por no conservar las cosas en su tiempo, se acaba pagando el quíntuple de lo que hubiera costado mantenerlo. Esto es también es una forma de derrochar el dinero de todos. La Residencia Militar, tal y como está, ya no sirve de nada.

    Nota: (1) No acabo de entender porqué tenemos que ser los ciudadanos los que denunciemos estas cosas, cuando hay Consejerías y servicios municipales que tendrían que estar al tanto de estas cosas.

               (2) Obsérvese la paloma crucificada sobre la ventana. Ya había oído hablar sobre ritos satánicos en Melilla. No digo nada mas.