Doce, par y pacta


La aventura equinocial de Ignacio Velázquez

          Ignacio Velázquez siempre se ha movido en claves de derecha y de Estado. Su viaje es perfectamente comprensible  y explicable. Es un político que siempre ha estado y estará en el entorno de la derecha popular. En 1998 una conjura palaciega, dirigida por Juan José Imbroda puso fin a sus excesos como gobernante, que fueron muchos. En 2015, en una batalla abierta iniciada en 2011, y a la vista de todo el mundo, Ignacio Velázquez ha puesto fin a los excesos de Juan José Imbroda, que también han sido muchos.

          La derecha política nunca renunciará a Melilla y toda esta batalla, que ha sido muy feroz, debe analizarse desde este prisma. Es verdad que a Ignacio Velázquez y su PPL (Populares en Libertad), no le han salido las cuentas, pero tampoco a la derecha popular de Imbroda, que se ha quedado en 12 diputados y sin mayoría absoluta.

            En las elecciones de 1999, con un PP presidido por Ignacio Velázquez y que se quedó con 5 diputados, la UPM (Unión del Pueblo Melillense), de Imbroda, con solo 2 escaños, consiguió  hacerse con el Partido Popular completo, instalándose en 2000 en la Presidencia de Melilla. Ahora, en 2015, y con una agresividad nunca vista en su contra, y mantenida en intensidad a lo largo de cuatro años, el partido de Ignacio Velázquez, con solo un escaño, el de Paz Velázquez Claravana, ha conseguido atar a Polifemo con una cadena, de la que no será capaz de desatarse.

          La gente, los electores melillenses, pudieron votar menos al PP de Imbroda, pero no lo hicieron. Había otra alternativa posible, pero algunos no se atrevieron a otorgar la Presidencia de la ciudad a un candidato de Coalición por Melilla. Ahora, no es posible lamentarse o rasgarse las vestiduras por este resultado. Siempre hay otras alternativas, pero hay que hacerlas o votarlas.

                                           La Paz de Velázquez

              El primer consejero de presidencia de Imbroda fue Ignacio Velázquez, al que nombró para ese puesto tras derrocar a Mustafa Aberchán en la moción de censura del año 2000. Las navidades se prometían felices pero la sentencia de la inhabilitación definitiva del que fuera primer presidente de Melilla se conoció en aquellas fechas. El disgusto del ya presidente Imbroda fue inmenso, según reflejan las crónicas. Las cañas de entonces se han tornado hoy lanzas y la marea ha cambiado de sentido.

                 El Alminar surgió a la vez que el desembarco de Ignacio Velázquez en Melilla, y dimos cuenta de el de modo pormenorizado. Cuando todos los medios de comunicación vetaron a Ignacio Velázquez, aquí publicamos una carta suya dirigida al presidente Imbroda. También tenemos una colaboración dedicada a la figura de Fidel Pagés. Fuimos los únicos que publicamos la fotografía completa de su presentación en Melilla junto a Fernando Arrabal, el melillense más insigne de todos los tiempos. La fotografía publicada eliminó siempre su presencia junto al escritor.

              No le han salido las cuentas a nadie. La presencia de la izquierda en Melilla es testimonial, y el votante melillense es mayoritariamente de derechas. Estamos asistiendo a algo más que a un pacto de gobierno. Estamos ante el posible relevo generacional en el PP de Melilla, y también en el del Poder. La maniobra es muy profunda. Imbroda deberá renunciar en algún momento a lo largo de los próximos cuatro años, y su sucesor no estará ya ni en el entorno familiar, ni en el de los políticos procedentes de la UPM.

             La libre designación en la derecha ya se ha acabado. De momento dos importantes nombres, Miguel Marín y Mª Antonia Garbín, ya están fuera. La puerta no volverá a abrirse en sentido contrario. En los próximos meses, La Ópera seguirá dejando fuera a muchos nombres. En 2019 la renovación será completa en el PP. Su futuro está en paz.

      Nosotros seguiremos apostando por  un futuro en el que la izquierda tenga presencia  en nuestra ciudad.

  Nota: https://elalminardemelilla.com/2012/04/01/cartas-al-director/